Cuando
durante mis estudios universitarios en Madrid volvía a Burgos para un fin de
semana o vacaciones siempre traía libros, con la intención de estudiar. La
realidad es que aparcaba los libros en una mesa y creo que nunca llegué a abrirlos.
Después
esto mismo me ha ocurrido trasportando papeles del trabajo a casa para avanzar
algo de trabajo y volviendo al día siguiente con los mismos papeles sin
haberlos tocado.
En
estos casos si te paras a pensar te sientes mal, con sensación de fracaso, piensas
que no eres capaz de cumplir con tus propósitos, te defraudas, te decepcionas
por no cumplir contigo mismo, minando tu autoestima y autoconfianza, haciendo
más difícil cumplir con tus propósitos la próxima vez.
Llevar trabajo a casa - Foto de Corbis en revistaohlala |
Poco
a poco nos vamos acostumbrando y para no hacernos daño olvidamos que no hemos
cumplido con nuestro propósito. Convertimos en un hábito el no hacer lo que nos
proponemos, suponemos que solo eran buenas intenciones y para perdonarnos, nos
contamos la historia de que nunca pretendimos hacer nada realmente.
Esto
nos puede ocurrir con los estudios, con el trabajo y con otras cosas. Puede ser
que queramos hacer algo de deporte, tomar un café con un amigo, leer un buen
libro, ordenar la habitación, meditar o cualquier otra tarea. Normalmente una
tarea que nos cuesta empezar y nos escudamos en otras para no hacerla,
aparentamos que estamos ocupados.
Estar
ocupado es popular, todo el mundo muestra que tiene montones de cosas por hacer
y para no ser menos también nosotros nos mostramos ocupados hasta para nosotros
mismos.
El
truco para no decepcionarte la próxima vez es reservar un tiempo por
anticipado, si vas a estudiar el fin de semana, marca a qué hora te vas a poner
y a qué hora lo vas a dejar, deja ese tiempo bloqueado en la agenda y acuerda
ese hueco con los que te rodean.
Si
tienes que trabajar una hora esta noche, decide cual es la mejor hora por
anticipado, reserva un tiempo y atente a él. Tan bueno es tener una hora para
empezar como una hora para terminar.
Y si
no consigues hacer ejercicio no te engañes diciendo que no tienes tiempo,
reserva un hueco por anticipado y trata ese espacio como si tuvieses una cita
importante con el médico. Así es como he escrito hoy este post, reservando un tiempo
por anticipado.
Por
mi parte te recomendaría que reservases todos los días un tiempo, aunque solo
sean cinco minutos, a hacer algo que disfrutes. Mucho mejor si puede ser más
tiempo, la vida disfrutada sabe mejor y el resultado de lo que haces también
sale mejor, tiene alma.
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