Esta
semana se caracteriza por la incertidumbre, el no saber, el cambio. Lo escrito
hace una semana, lo que pensábamos hace dos días, ya está desfasado y
aparentemente esto va a seguir así un tiempo.
Los planes cambian, y lo que había previsto
hace una semana parece un sueño. Viajes sin hacer, proyectos que se quedan a
medias o que ni siquiera empiezan, cosas que cancelamos o nos cancelan. Cuesta
cambiar los planes, lo que teníamos previsto, perder eso que ya habíamos
imaginado.
Las emociones nos acompañan y es normal que
estemos tristes con tanta pérdida: de planes, proyectos, compañías a las que no
nos podemos acercar. La tristeza es
la emoción que nos ayuda a adaptarnos a la pérdida.
Además, la incertidumbre,
el “no saber” hacia dónde evolucionará la situación, cuánto tiempo estarán los
niños sin cole, cómo estará todo cuándo pase lo más gordo, cómo vamos a cambiar
y van a cambiar las circunstancias. Esa incertidumbre que mira al futuro,
difícil de pronosticar y más en estos casos, que nos hace sentirnos vulnerables
y nos lleva al miedo y a protegernos.
Buscamos compañía, esa pertenencia a un grupo más grande, en la que nos
sentimos menos vulnerables. Estando en un país distinto esta vulnerabilidad se
siente más.
En la
distancia física igual estamos más próximos que nunca,
pensando en los que queremos, en los que no nos son tan cercanos y
comunicándonos a distancia, por redes sociales, hablando con amigos, con los
que hace tiempo no hablamos. Al menos así lo estoy viviendo yo.
Podemos ver el vaso medio vacío, de hecho, se
ha vaciado mucho, y también podemos ver lo que nos queda, cada uno con su
mirada. En las circunstancias nuevas
tenemos miradas nuevas, igual que cuando probamos un nuevo plato puede que
nos guste, algo podemos encontrar en lo que la vida nos trae.
Ante tanta incertidumbre y cambio, encuentro un
marco para entender, sentir y actuar. El marco lo encontré en el libro “los
siete hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen Covey:
“Aceptación
de lo que no puedo cambiar,
Valor para
cambiar lo que puedo cambiar,
Y sabiduría
para ver la diferencia”
Aceptar lo
que viene, en este caso el coronavirus, algo que no puedo cambiar. En mucho me toca confiar, en los sanitarios,
en los que organizan, confiar en los que pueden saber más o pueden estar más
informados que yo.
Dejar
de preocuparme de lo que no depende de mí y empezar a ocuparme de lo que si
depende, encontrar la energía y la fuerza. Saber estar en casa, si
de eso se trata, lavarme las manos a menudo, establecer mi rutina (leer, hacer
ejercicio, bailar…), la que me vaya bien. No paralizarnos de tanto pensar y
salir de los bucles negativos. Está bien estar informado y también el exceso de
información nos puede sentar mal y confundirnos más que aclararnos.
Y entre los dos extremos, entre lo que podemos
cambiar o no, entre lo que podemos hacer y lo que no, tener la sabiduría suficiente para ver la
diferencia. En muchos casos solo depende de saber mirar, de prestar atención y
ver cuándo lo que pensamos y sentimos nos lleva en alguna dirección o sólo a la
queja.
Es momento de cambio, es una oportunidad para
vivir de otra forma, escoge cómo quieres
vivir estos días, vete probando que es lo que te va bien y quizá este
enclaustramiento obligado, que parece un castigo, dé sus frutos. En oriente
tienen la metáfora del Yin Yang, dentro de todo lo malo hay algo bueno y dentro
de todo lo bueno hay algo malo, vamos a encontrar lo bueno.
Puedes poner la atención en lo que ahora ya no
puedes hacer, quedarte en la pena, la queja y la inactividad, o poner la
atención en lo que todavía sí puedes hacer y aprovechar, dentro de tus circunstancias.
“Escoge si poner atención a lo que no
puedes hacer o a lo que sí puedes hacer”
No escogemos las circunstancias, pero escogemos
como respondemos a esas circunstancias.
Mis mejores deseos para que todos vivamos estas
circunstancias de la mejor manera posible. Parte de ello depende de cada uno de
nosotros.
Gracias Nacho....hay que ver todo con positividad.....disfrutar de la familia, hablar y escucharnos ahora no vale eso de "no tengo tiempo".y sobre todo pensar , que hoy ya queda un día menos para que todo pase. Porque "esto también también pasará". Se os echa de menos
ResponderEliminarUn besazo familia
:-)
EliminarNacho,¡brillante!
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