Mi hijo Juan es un sabio espontaneo. Sus ocurrencias y sus ideas son fuente de inspiración constante. El viernes, yendo en el coche, me contó su truco para superar la vergüenza. Algo sencillo, aunque quizá no fácil, si no sabemos aplicar su espontaneidad.
La
espontaneidad, a veces, se opone a la vergüenza. Nos permite expresar lo que
sentimos, ser auténticos y pedir si queremos algo. Juan puede aparecer con guindillas
de la tía Nieves o con el bocadillo de queso que le da Rodrigo. También es un
hacha en las relaciones, no le cuesta hablar prácticamente con nadie.
La
vergüenza puede privarnos de muchas cosas. Ya lo dice el refrán “quien tiene vergüenza, ni come ni almuerza”.
El miedo a ser juzgados puede paralizarnos, impedir que nos acerquemos a hablar
con alguien, dificultarnos el pedir lo que queremos, reducir nuestra
naturalidad, no dejarnos bailar o cantar (¡qué más da si no lo hacemos del todo
bien! Mientras disfrutemos). Con menos vergüenza nos podemos abrir más a la
vida, a las experiencias.
El
truco sencillo, que espero no se me olvide la próxima vez, es “contar un, dos y
tres y a por ello” (1, 2, 3 ¡YA!). Una técnica sencilla pero efectiva:
- Interrumpe
la ansiedad: el contar calma nuestros nervios y nos enfoca
en la acción en lugar de la preocupación.
- Facilita
la acción: nos obliga a actuar, evitando la parálisis por el
análisis.
- Pone en marcha la inercia positiva: una vez que damos el primer paso es más fácil continuar.
El truco para superar la vergüenza y la pereza |
Eso
sí, apliquemos este truco para vencer la vergüenza poco útil, la que nos impide
hacer o decir lo que nos conviene. Aunque la
vergüenza también tiene su papel. No perdamos la vergüenza que nos
conviene, la que también tiene su papel, que nos permite integrarnos con otros,
pertenecer a un grupo. También puede motivarnos a tratar de corregir nuestros
errores cuando nos equivocamos y puede ser impulso para mejorar
Aunque
la vergüenza es una emoción natural, no debemos permitir que nos controle hasta
el punto de perjudicar nuestro bienestar.
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