Un
amigo cura me dijo hace muchos años que los sermones tienen que ser como las
minifaldas, cortos y que enseñen (¡todavía no entiendo porque se salió de
cura!). Eso mismo se puede aplicar a los post en internet, las conversaciones,
los discursos, las cartas, las clases…
Baltasar
Gracián decía “Lo bueno si breve, dos veces bueno; y aun lo malo, si poco, no
tan malo”. Así que la brevedad aporta.
Puede
pasar que al querer contar demasiado al final no se entienda nada. No es tanto
lo que escribes sino lo que sirve de lo escrito, lo mismo que cómo profesor no
es tanto lo que enseñas sino lo que aprenden los estudiantes.
Foto de el arte de presentar - Menos es más |
También
aplica al hacer demasiado o al hacer muchas cosas. Haciendo tanto se pierde el
foco y al final no se sabe ni para que se hace. Para hacer mejor las cosas deja
de hacer tantas cosas.
Lo mejor predicar con el ejemplo, así que hoy la entrada del blog es breve ;-)
¿Lo bueno, si breve, dos veces bueno?. Evidentemente, depende. A veces si, a veces no. Me convence más como continua. Aunque, obviamente, mejor sería que no hubiese mal alguno, si fuese posible.
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