Un
niño se cae de media 4.000 veces antes de aprender a andar, cuando empieza no
lo hace perfecto, persevera y finalmente consigue andar. Todos nacemos con esa
capacidad de perseverar para aprender, de aceptar el error, de caernos y
levantarnos.
Cuando
crecemos aprendemos a tener miedo al error, a la equivocación, a no ser
perfectos. Aunque la cabeza nos dice que todo el mundo puede equivocarse no
queremos permitirnos esas equivocaciones. Creo que por eso los niños aprenden
más rápido, van probando, caerse es un paso más antes de conseguir andar.
También
para aprender a andar en bicicleta, nos tenemos que arriesgar a caer, sin
riesgo el aprendizaje es más difícil. Si la primera vez que nos caemos dejamos
de intentarlo nunca aprenderemos.
Cuando
alguien con más años intenta aprender a patinar, a esquiar, además de aprender
la habilidad tiene que ser capaz de vencer el miedo a caerse. Con los años una
caída duele más, no solo porque el cuerpo se resiente más, también hemos
aprendido a aceptar menos nuestros errores.
“Cuando
vamos a por algo corremos el riesgo de no conseguirlo, si no vamos tenemos la
seguridad de que no lo conseguiremos”
Si
queremos volver a avanzar cómo cuando éramos niños tenemos que des-aprender a
ser tan exigentes con nosotros mismos, tenemos que dejarnos probar y aceptar
nuestras equivocaciones.
La
auto-exigencia, el perfeccionismo, nos paraliza y por eso no cantamos como hace
un niño, por vergüenza al qué dirán, por miedo al ridículo.
No
solo dejamos de cantar, también nos ponemos excusas para empezar nuevos
proyectos o montar nuevos negocios, por si acaso no funcionan, para ahorrarnos
la posibilidad de que fracasen con lo que también nos ahorramos la posibilidad
de que triunfen.
Entre
la chapuza y lo perfecto existe un gran espacio, para avanzar tienes que darte
permiso a hacer en ese espacio.
Suficientemente bueno en lugar de perfecto (así ya vale) |
El
perfeccionismo paraliza, nunca va a estar suficientemente bien y nos lleva a
posponer proyectos y hasta decisiones, hasta que tengamos toda la información
que nunca tenemos.
Hace
unos días podía leer en la camiseta de una amiga “If you never try you’ll never
know” (Si no lo intentas nunca lo sabrás) ¿Te vas a quedar sin saberlo?
Cuando
haces puedes equivocarte, si no haces te quedas sin avanzar seguro ¿Quieres
asumir el riesgo y poder conseguir algo o prefieres quedarte en el sofá pensando
lo que podría haber sido?
Párate
y observa que estás posponiendo porque crees que no tienes la suficiente
información, porque piensas que no sabes lo suficiente, porque puede fallar. Si
empiezas a dar pasos el camino se irá aclarando, quizá solo es miedo a que no
salga bien. Ponte en lo peor ¿realmente es tan malo?
Si
estás dudando ponte en marcha, con perseverancia podemos conseguir más cosas de
las que creemos.
Y si
lo que estás pensando es que dirán los demás, siempre encontrarás quién te
critique y quién te apoye, creo que es mejor quedarte con los que te apoyan.
Siempre he pensado que la perfección lleva a dejar las cosas inacabadas debido a la frustración. Estoy totalmente de acuerdo con que a más adultos más perfeccionistas y más inmovilismo. Ese es el momento de soltar al niño que llevamos dentro.
ResponderEliminarUn Saludo