La ansiedad es frecuente en un mundo competitivo y lleno de actividad, con altas expectativas que no siempre se cumplen. La ansiedad puede ser una reacción normal al estrés, provocada por el temor a aspectos supuestamente negativos de un futuro desconocido.
Podemos
extraer tres características de este tipo de ansiedad:
- Anticipación del futuro.
- De carácter negativo (anticipamos resultados que nos desagradan).
- Ante un futuro incierto.
Puede
ayudar a adaptarnos, a ponernos en marcha, buscar soluciones, a actuar, a ocuparnos en lugar de preocuparnos,
ante ese futuro que imaginamos.
Por
otra parte, si nos desborda, puede paralizarnos. Incapaces de actuar, los
pronósticos negativos tienen más posibilidades de suceder (la verdad
autocumplida).
Existe
una gran diferencia entre una ansiedad puntual, reacción a un momento de
estrés, de la que se prolonga en el tiempo. Una ansiedad prolongada compromete
nuestra salud a largo plazo, en su triple dimensión: física, mental y social.
Lo que escribo se refiere principalmente a la ansiedad puntual.
Explorando
la anticipación del futuro aversivo (desagradable), esta anticipación puede
provenir de, entre otras cosas:
- Falta
de control percibido: un entorno en cambio, desconocido, puede
despertar la inseguridad, es imposible predecir el futuro, sin una bola de
cristal que funcione ¿Podemos aceptar que no podemos controlarlo todo? Está
claro que “no somos omnipotentes, aunque a veces nos presionamos como si lo
fuésemos”.
- Auto-exigencia
y el perfeccionismo: La imaginación sigue jugándonos malas
pasadas, sobre lo que somos capaz, además, sin demasiado esfuerzo. Nos
convertimos en nuestro peor juez, exigiéndonos más de lo que exigiría cualquiera,
de lo que exigiríamos a cualquiera. Con ese nivel de exigencia es imposible
llegar, el resultado solo puede ser decepcionante.
- Demasiadas
cosas que hacer y que no haces, con la sensación de que
estás perdiendo el tiempo. La fantasía
de poder hacerlas todas (otra vez la omnipotencia).
La
imaginación, la expectativa, juega un papel fundamental en la ansiedad. Darnos
cuenta de lo que estamos imaginando es un primer paso. Muchas veces no somos ni
conscientes de lo que está pasando en nuestra cabeza.
Cada
uno reaccionamos de una manera ante
la ansiedad. Las reacciones pueden no ser muy saludables: puede que nos
enfademos ante cualquier motivo, atraquemos la nevera, nos atiborremos de
chocolate, fumemos más de la cuenta, bebamos más cerveza o un largo etcétera.
Ver esas reacciones nos puede dar pistas de que algo nos está sucediendo.
Los
primeros pasos si te encuentras así:
- Parar y darnos cuenta de lo que nos pasa, de dónde nos viene la sensación.
- Ser conscientes de que la mayoría de las cosas que nos preocupan no llegan a ocurrir. Y si han de ocurrir afrontarlas cuando lleguen y no por anticipado. Pre-ocuparse es ocuparse antes de tiempo.
- Ordenar la lista de tareas inacabables, descartar unas cuantas y decidir por dónde comenzar. Empezar por la primera, pasar de preocuparse a ocuparse.
- Aceptar la incertidumbre del futuro, que traerá cosas buenas y no tan buenas, como siempre sucede.
Todo
esto se puede complementar con hábitos saludables:
- Buscar buena compañía y compartir tus sentimientos.
- Hacer ejercicio, libera endorfinas y nos pone a punto. Mejor si es en la naturaleza.
- Risoterapia, los efectos saludables de la risa. Echarse unas risas.
- Centrarte en la respiración. El Mindfulness puede ayudarte a quedarte en el presente y darte cuenta de lo que te está pasando.
- Yoga que ayuda a liberar la tensión en el cuello o los hombros que puede acompañar a la ansiedad.
- Volver a lo fundamental. Realmente necesitamos muy poco. Podemos ser felices con mucho menos.
Si en lugar de una ansiedad puntual esta es prolongada, se puede estar sufriendo un trastorno de ansiedad. En este caso es recomendable buscar apoyo y ayuda de un profesional. La ansiedad puede desembocar también en un trastorno de depresión.
La ansiedad es algo natural y normal en ciertas situaciones. Si se hace intensa, crónica o incapacita para tareas habituales busca ayuda de un profesional.
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