El
otro día salió la pregunta ¿Qué constituye para ti un día perfecto? ¡Qué buena
pregunta! Es como tener la barita mágica y poder pedir lo que quieras. Puede
que no resulte fácil responderla.
En los
cursos que imparto sobre gestión del tiempo hago un ejercicio que es plantearte
tu semana ideal “realista”. Añado lo de realista porque sino nos vamos a la
semana de vacaciones. Lo primero que programa el 99% de la gente es el tiempo
de trabajo, así que no se nos olvida trabajar.
Después
hay un fenómeno curioso, mucha gente se queda bloqueada ante el tiempo que
queda después de haber reservado lo necesario para trabajar. Tenemos claro
cuando hacer “lo que hay que hacer” (así
que lo hacemos) pero no sabemos donde poner “lo que queremos hacer” (así
que no lo hacemos). Sin la reflexión necesaria pasamos los días sin hacer lo que realmente queremos.
Al
levantarme, he preparado un café con miel, he salido al porche y he estado
leyendo un buen libro, disfrutando del café con vistas al jardín. Cuando Bea
(mi mujer) se ha levantado, hemos charlado un rato. Después he ido al pueblo de
mis orígenes, con mis hijas, a pasear por la naturaleza, monte y montaña (nos
ha faltado mi padre). Almuerzo y vuelta a comer a casa, en buena compañía.
Con mis hijas Leyre y Sofía, en la Coladera, Valtierra de Albacastro |
Me he
levantado y aquí estoy, contando la experiencia para colgarla en el blog. No es
para dar envidia, es para que te preguntes ¿Qué es un buen día para ti? Para cada
quien puede ser distinto. De hecho, ir a andar a la montaña, para algunos es un
castigo, para mí un gran placer.
He
preguntado a distintas personas y cada quien tiene una opinión distinta. Para
algunos es madrugar y ver el amanecer, para otros dormir hasta tarde. Suelen coincidir
en pasar ratos con gente que quieren, familia o amigos. También en disfrutar de
cosas sencillas: naturaleza, comida, descanso, calma, paseo.
Para
mi la gestión del tiempo tiene mucho de gestión emocional, de gestión de la
energía. Para estar bien hay que descansar
(dormir lo suficiente), comer sano,
hacer ejercicio y conectar con la naturaleza; todo ello mejor acompañado,
con gente que quieres. Las relaciones
nos nutren y no pueden faltar. El día perfecto tiene que ver con lo que me hace
estar bien, sentirme bien. La receta es sencilla ¿Cómo de difícil es vivirla?
También cada uno tendrá su respuesta.
Mi día
sigue, de momento va bien, muy bien. Voy a procurar que siga siendo bueno, no sé
si perfecto. No hay una sola forma de que sea bueno, de que sea perfecto, cada
día es distinto, una nueva oportunidad de seguir viviendo.
Te
invito a que ahora te hagas la pregunta de ¿Cómo sería el día perfecto para ti? ¿Qué puede hacer tus días mejores?
¿Puedes hacer tú algo para que mejoren? No hace falta que esperes a que
otros hagan lo que puedes hacer tú, por ti mismo.
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