En español tenemos dichos para todo, también para lo que tiene que ver con el dormir. Por un lado, encontramos “Al que madruga Dios le ayuda” y su aparente contrario “No por mucho madrugar amanece más temprano”. El primero nos anima a madrugar, el segundo a descansar lo suficiente y a no tener prisa por la mañana.
¿A
cuál de ellos hacer caso? ¿Qué es lo que conviene? ¿Dormir hasta tarde o
madrugar? Muchos libros aconsejan madrugar y levantarse mucho antes de que
salga el sol. Puede que a ti te funcione, cada uno tenemos nuestros ritmos.
Hay
días que cuesta levantarse, salir de la cama, abandonar el cálido refugio de
las sábanas, especialmente si sacas el brazo fuera y notas el frío del
invierno, si todavía fuera es de noche ¿Cómo ponerse en pie con lo bien que se
está en la cama?
Así
que el truco para madrugar con energía es fácil, de sentido común (el menos común
de los sentidos):
“Para
levantarse pronto y con energía, acostarse pronto”
Si nos
acostamos tarde y nos levantamos pronto dormiremos pocas horas, es posible que
no las suficientes, con lo cual al día siguiente estaremos cansados y
despistados. Más si llevamos varios días no durmiendo lo suficiente. Si te tienes que levantar pronto, acuéstate
pronto.
No dormir
lo que necesitamos afecta a nuestra concentración y memoria, hace que nos sintamos
fatigados y somnolientos, que nos enfademos con más facilidad, con lo que
empeora nuestras relaciones. Si no descansas no tendrás energía para el día.
Puede
pasar que madrugues para aprovechar el día y que acabes madrugando para
desaprovechar las horas, sobre todo si no tienes un foco claro de que es lo que
vas a hacer. Cansado te entretienes con cualquier tontería, entretenimientos
sobran.
Puede
que aproveches mejor la noche que la madrugada, puede que te compense levantarte
tarde si prefieres acostarte tarde. Pronto y tarde son conceptos subjetivos,
cada uno tiene su opinión al respecto, cada uno tiene que encontrar su propio
ritmo.
Y en
el dormir ¿Cuánto es suficiente? Porque ese también es un concepto subjetivo,
de cada uno. Hay mucha variabilidad, lo recomendado para un adulto es de entre
7 y 9 horas diarias, pero puede que necesites menos o más. Lo cantidad que te
sienta bien también varía con la edad, así que presta atención a tu nivel de
cansancio, a tu capacidad de concentración o a si te duermes en cualquier sitio.
Mi
consejo, duerme lo suficiente (para ti), levántate con las pilas cargadas, con
foco, con claridad en lo que quieres hacer con tu día. Madruga si te sienta
bien, a mi me encanta ver como sale el sol y los sonidos de la naturaleza
cuando se despierta. Además, empezar con calma, leer o escribir un rato antes
de que la casa se despierte, me predispone a tener un buen día.
Si
quieres ver cuando publico una nueva entrada, puedes seguirme en LinkedIn.
Pulsa aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario