Hay veces que tengo la sensación de ser un burro con demasiada carga. Las obligaciones, lo que debo hacer, la carga, se ha ido incrementando y ya apenas puedo con ella.
Con demasiada cargar es imposible avanzar
Si me paro a mirar llevo muchos bultos inservibles, que en su día tuvieron un propósito y que se han quedado en el carro. Carga que sigo arrastrando sin pararme a poner orden.Es
como el armario sin revisar, donde hay ropa de hace años, que ya no uso y que
sigue ocupando espacio. O la estantería, donde están libros que me interesaban
hace tiempo y que ahora sería mejor regalar. O proyectos acumulados, a medio
empezar y que ya no merece la pena terminar. Cosas, ideas, de las que me da
pena o miedo desprenderme. Parece que ando en una economía de postguerra, donde
hay que guardar por si acaso en algún momento hace falta.
Más
cosas, más proyectos, … ¡más, más y más…! Parece que es a lo que nos arrastra
la sociedad de consumo. Acumular sin parar, sin pensar, sin detenernos a
valorar, a elegir. Merece la pena que nos demos cuenta que en la mayoría de las
ocasiones “Menos es más”.
“Menos
es más”
Empezamos
la semana, el día, llenos de posibilidades, cosas que hacer. Opciones que nos
abruman y nos hacen estar saltando de una cosa a otra, con pequeños avances,
insuficientes en la mayoría de los casos. Incapaces de abandonar algunas cosas,
incapaces de elegir, sin percatarnos de que no cuenta lo que empiezas, cuenta
lo que acabas. Y para acabar tenemos que mantener el foco, la atención, elegir
que vamos a acabar hoy.
“No
cuenta lo que empiezas, cuenta lo que acabas”
Te
invito esta semana a parar, a mirar, a escoger lo importante en tu vida. A
dejar lo menos importante. Es una ilusión lo de que podemos con todo. No puedo
con todo. No puedes con todo. No somos omnipotentes. Y sí podemos con lo
importante. Es nuestro privilegio escoger.
Cuando
simplifiques el número de actividades, una vez elegido lo que vas a hacer,
aprende a simplificar el cómo hacer. Hay caminos más fáciles que otros para
llegar al objetivo. Hay caminos que, aunque sean más difíciles, puedes
disfrutar más, de los que puedes aprender más o que te apetecen más. Cuando vas
a caminar a la naturaleza hay caminos que puedes disfrutar más. Si planificas,
si te informas, puedes escoger qué camino tomar y conocer cuáles son las
alternativas.
De
pequeños nos enseñaron a simplificar en matemáticas, para que las operaciones
nos resultasen más sencillas. Con la práctica la simplificación aparece de
forma automática, sin darnos cuenta, después de todo el esfuerzo consciente
para simplificar.
Simplificar
es un hábito. Te propongo que cada día escojas que es lo más importante para ti,
decide que es lo que vas a terminar (puede ser una parte de un proyecto más
grande) y busca la manera más simple de hacerlo. Después, manos a la obra.
“Cuando
tienes claro el objetivo es más fácil mantener el foco”
Las
circunstancias pueden ser difíciles. Nosotros escogemos como hacerlas frente,
elegimos que batallas luchar. Otras veces, aunque las circunstancias son
favorables, podemos, sin darnos cuenta, ponernos las cosas difíciles.
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