Estoy
en una de esas épocas donde no paro de hacer, venga a tratar de solucionar
problemas, corriendo de una cosa a otra y con la sensación de no llegar lo
suficientemente bien a ninguna.
Reviso
el día cuando termina, he hecho un montón de cosas y no he avanzado nada en lo
importante, lo único que he hecho es sobrevivir, sacar la cabeza lo suficiente
para poder respirar en el mar de obligaciones que creo tener.
Las cosas
van llegando y como un hámster en una rueda tengo la sensación de que llegan
más rápido conforme las voy solucionando más rápido. Y me quedo con el sentir
de que en esa rueda no avanzo, solo me entretengo, corro para seguir estando en
el mismo sitio. Igual que el hámster tiene la rueda en la jaula para
entretenerse.
Esta
mañana comentaba con un amigo la importancia de poder pararse a pensar, darse
cuenta de lo que estás haciendo, para no ir corriendo, a toda velocidad, a
ningún lugar. Quizá si paro puedo darme cuenta de que estoy en una rueda, que
no me muevo por mucho que corra y al darme cuenta me puedo bajar de la rueda y
comenzar a explorar.
Foto tomada de www.miscota.es |
La rueda
puede ser lo conocido que tengo en la jaula, la jaula que he creado poniendo
limitaciones, barreras que creo infranqueables o que no quiero pasar por lo
cómodo que me siento. Lo fácil puede ser seguir en la rueda, seguir en
automático, sin darme cuenta de que la puerta de la jaula está abierta para
explorar un nuevo mundo.
Puede
dar miedo explorar, dejar de hacer lo de siempre en automático y permitirse un
rato para probar cosas nuevas, para probar lo que quieres y alejarse de la
jaula conocida, quizá solo un poco al principio.
Los
años pasan más rápido cuando eres más mayor y quizá sea la falta de novedad, el
repetir siempre lo mismo, algo que no haces en la adolescencia y juventud,
tiempo de exploración y crecimiento, donde en un año pasan muchas cosas nuevas.
Siendo
joven te atreves a probar, a explorar, a arriesgar… y no siempre aciertas. El
probar te permite madurar y avanzar en la prueba-error o la prueba-acierto.
Quizá la percepción del tiempo tiene que ver con la actitud en la vida, con la
innovación y la decisión de seguir viviendo y no sobreviviendo.
¿Realmente
tienes que ir tan rápido a ningún lugar? ¿Te puedes permitir parar a sentir
todos los días 5 minutos lo que quieres? ¿Qué es lo importante? Y si es
posible, empezar cada día con lo importante y así no tendrás la sensación de
que ha pasado un día más y no has hecho nada por mucho que has corrido.
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