domingo, 29 de septiembre de 2024

El paso del tiempo lleva a las renuncias de la edad

Esta semana ha sido intensa, en experiencias y conversaciones. Mi buen amigo Gabi, que está renunciando a cosas demasiado rápido, me ha regalado esta reflexión, sugiriéndola para el blog: “Envejecer es renunciar”.

Normalmente lo haces poco a poco, renuncias a jugar al futbol, porque te empiezan a doler las rodillas, por eso mismo, más tarde, renuncias a correr. Renuncias a comer determinadas cosas, porque te sientan mal, también a comer demasiado. Cada vez andas más despacio. Ya no puedes conducir. Así vas renunciando a cada vez más cosas.

Envejecer. Imagen creada con Bing
El paso del tiempo se refleja en tus renuncias. Normalmente, el cambio se va dando poco a poco. El proceso natural de envejecer trae consigo experiencias, aprendizajes y transformaciones. La reflexión, que acompaña la renuncia, lleva a la sabiduría de la aceptación.

¡Qué tiempos aquellos en los que cenabas un chuletón, te ibas de copas y al día siguiente te levantabas casi como nuevo! Con los años, si sales un día ya no son resacas, son convalecencias, tardas varios días en recuperarte.

No sabemos cuándo y con qué rapidez vamos a tener que ir renunciando, con qué rapidez iremos perdiendo capacidades, seres queridos, renunciando a sueños. Así que como decía Pau Donés, el cantante de Jarabe de palo, VIVIR ES URGENTE. Vivir lo que tenemos, antes de que se escape.

Con la edad, acumulamos experiencia. Puede que hayamos aprendido a saborear más el tiempo. También puede que se nos pase volando. Los meses parece que van más deprisa con cada año que pasa.

A pesar de las renuncias, el envejecimiento también es tiempo de reconciliación y aceptación. Una etapa en la que muchas personas alcanzan una mayor comprensión de sí mismas y de la vida en general, aceptando con serenidad lo que se ha dejado atrás y valorando lo que se ha ganado en el proceso. Aceptación que no implica resignación, que es una forma más sabia de relacionarse con el propio proceso vital.

¿Cómo quieres envejecer? Algunas veces puedes poner algo de tu parte, otras veces no depende de ti, una enfermedad, accidente u otro acontecimiento te arrasa.

Depende de cómo te portes hoy, de lo que hagas ahora, así estarás dentro de 10 años. Si haces ejercicio, comes sano y descansas, incrementas tus posibilidades de estar mejor ahora y en el futuro. Equilibrar presente y futuro, tan fácil y tan difícil a la vez.

Para reflexionar contigo sobre el tiempo, sobre este y otros aspectos del mismo, me lanzo a impartir un curso de gestión del tiempo. Empieza el día 15 de octubre, ocho martes de 18 a 20 horas ¿Te animas? Más información y matrícula en la Fundación de la universidad de Burgos (pulsa aquí).

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domingo, 22 de septiembre de 2024

Saber a quién preguntar ahorra mucho tiempo

Mi hija Leyre está estudiando fuera de casa. Este año se ha ido a vivir a un piso y son muchas las decisiones que tiene que tomar y varias las cosas nuevas que tiene que hacer.

Este comienzo de curso pregunta bastante. Al hacérselo notar me dijo, “papa, lo que nos has enseñado, no hace falta saberlo todo, hay que saber a quien preguntar, y yo os tengo a vosotros”. Le dije, ya tengo idea sobre la que escribir.

No estamos solos, estamos con otros. Intentar solucionar todo solo, ser autosuficiente, puede ser un gran sumidero de tiempo, suponer dificultades y equivocaciones. Mejor preguntar a alguien que tenga la experiencia, que ya haya pasado por ello, que pueda proporcionar orientación y guía.

Generado con IA (Bing)
Lo primero es identificar a quién puede orientarte, quien tiene experiencia con el tema. Estupendo si esa persona está entre tus conocidos, sino siempre puedes preguntar a quién preguntar.

Después hay que formular la pregunta adecuada. Para saber qué preguntar debes tener claro el resultado que persigues. También la conversación te puede ayudar a clarificar lo que quieres. Para obtener respuestas útiles tienes que preguntar de forma adecuada.

  • Ser claro y específico al preguntar, si haces preguntas genéricas te contestarán cosas genéricas.
  • Poner en contexto la pregunta en lo que sea relevante. Si te conocen es fácil que conozcan tu contexto

Según iba a ponerme a escribir esta entrada me ha llamado una amiga. Ha comprado un móvil nuevo y tenía problemas para pasar la información del antiguo, llevaba un rato intentándolo. Su reflexión final es que por 20€ se lo hacen en una tienda, que su tiempo vale más, así que irá a la tienda. Con eso puede dedicar el tiempo a otra cosa.

Puedes decidir que haces con tu tiempo, a quién preguntar para hacer las cosas más fácilmente. También, si alguien tiene más experiencia o medios, le puedes pagar por que lo haga. No podemos saberlo todo, no podemos hacerlo todo.

Hace un rato he preguntado a un amigo donde comprar leña, él la ha comprado no hace mucho. Creo que tengo más posibilidades de tomar una buena decisión que buscando por mi cuenta. Espero que a final de semana la leña en la leñera, que ha empezado a hacer frío. No me veo en el monte cortándola por mi cuenta.

Cuando no existían los móviles, para encontrar la dirección en una ciudad, preguntabas a quien veías en la calle. Algunos se negaban a preguntar y preferían dar vueltas y vueltas hasta encontrar el destino. Es una forma de conocer la ciudad si te sobra tiempo, pero creo que hay mejores opciones.

Buscar ayuda o asesoría para distintas cosas, como hacer ejercicio, una buena nutrición o escribir un libro, puede mejorar los resultados y acortar los plazos.

¿Qué puedes preguntar que te ayudaría a avanzar más rápido?

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domingo, 15 de septiembre de 2024

Descanso, aceptación y suficiente

Ayer estaba fundido, me quede dormido antes de las diez de la noche en el sofá. Me despertó una llamada a eso de las diez y tuve la fuerza suficiente para subirme a la cama. He dormido casi 10 horas, un montón para lo que duermo normalmente. Para mucha gente dormir más de 10 horas el fin de semana es lo normal, creo que para todas mis hermanas es así, no es mi caso.

Afortunadamente he aprendido a escuchar un poco más mi cuerpo, a sentir el cansancio y descansar. Aunque a veces se me olvida. No hace tantos años, era frecuente, al llegar las vacaciones, que me pusiese enfermo, así no tenía otra opción que descansar. El cuerpo es sabio y nos dice muchas cosas si le aprendemos a escuchar.

El cansancio de ayer se debía no solo al exceso de actividad de la semana, también era un cansancio físico de disfrutar de una buena caminata por el cañón del Ebro, a su paso por la provincia de Burgos. La cabeza descanso, pero se cansaron las piernas.

Vistas del cañón del Ebro (Valdelateja). Tomada de Confederación hidrográfica del Ebro
La falta de descanso está muy ligada a la autoexigencia, al cada vez más, más tareas, más objetivos, sentimiento de culpa al parar. Acostumbrados a tratar de hacerlo todo nos cuesta decir que no al sentirnos cansados, cuando sentimos que no es el momento. Incluso a veces nos pasamos ese sentimiento por encima. Ayer me alegre cuando una compañera de trabajo me decía que había dicho que no a una tarea, después de pensárselo unos días. En otro caso habría estado tres semanas sin dar abasto.

El viernes estuve con Emilio Adrián dando una vuelta en bici, le cito porque me dijo que lo pusiese en los créditos. Me decía que antes de plantearse más objetivos hay que pasar por la aceptación. Ver que no aceptamos de nosotros y que nos sentaría bien aceptar.

Sin aceptar, sin disfrutar de lo que ya tenemos, nos metemos en la guerra del más. Cada vez más objetivos, detrás de cada reto conseguido encontramos nuevos retos, nuevos desafíos. En la rueda del hámster, cuanto antes conseguimos algo, antes vamos a por lo siguiente.

La clave es descubrir cuando es suficiente ¿Cuánto es suficiente para ti? Cuando es momento de parar, descansar, saborear el punto en el que estás. Dejarte sentir cuando el próximo reto te resta más de lo que te aporta, abandonar el automático por tomar más conciencia de tus necesidades, algunas tan simples como descansar.

Recuerdo mis tiempos más jóvenes, sentado al lado del superjefe a nivel europeo del Boston Consulting Group, donde había empezado a trabajar. Me dijo que lo que más disfrutaba era sentarse en verano, a la puerta de casa, en un pueblo de montaña, a leer y a charlar con los vecinos que pasaban. Me dije, eso lo tengo bien fácil volviendo a mi pueblo de la España vaciada, las decisiones desde allí vinieron solas.

Teniendo claro lo que quieres es más fácil decidir qué haces.

Autoexigencia y búsqueda constante de más objetivos impiden el descanso adecuado. Saber cuándo es suficiente para disfrutar, sin caer en la “rueda del hámster” de la productividad continua.

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miércoles, 11 de septiembre de 2024

Felicidad o/y tranquilidad

Esta semana escribo en miércoles en lugar de en domingo. De viernes a martes he estado completando un proceso de autoconocimiento, que empecé hace casi 10 años. Estos días he estado con el SAT5 del programa SAT (buscadores de la verdad) de Claudio Naranjo.

Más que completar creo que queda mejor expresado diciendo que siento que he dado un paso más en el camino que me ayuda a conocerme y a comprenderme. Un proceso que no acaba, que no se completa, como quitar una capa más a la cebolla.

Es difícil de explicar con palabras. Me ha acercado un poco más a la tranquilidad, que me ayuda a relacionarme de manera más amplia, más espontanea, primero conmigo mismo y después, también, con los demás. Una puerta a un mundo de posibilidades.

Conocernos nos libera. Libera energía creativa que teníamos atascada. Nos permite saber lo que queremos e ir a por ello, disfrutando por el camino, siguiendo la dirección que nos marcamos. También a saber lo que no queremos.

Vivir tu tiempo va de esto, de vivir el tiempo, que es vida, en tus propios términos, soltando los automatismos, las presiones sociales. Dándote cuenta de tus pensamientos, de tus sentimientos y emociones, de tu instinto, para actuar en consecuencia.

Me encantan unas frases que encontré en internet atribuidas a Wüicho Villegas y que te comparto:

“La verdadera felicidad, es la tranquilidad.

Sin angustias en la mente. Sin presiones sociales superficiales. Sin ataduras personales hirientes. La Felicidad, no siempre es estarse riendo, cantando o saltando como demente. Tampoco es estar siempre hiperactivo. Tampoco es estar distorsionado a causa de algún exceso alegre, pues a diferencia de la alegría, la verdadera felicidad no tiene caducidad, sino que es permanente.

Un estado puro de paz, de claridad mental, de completa presencia en el presente y, por ende, de absoluto dominio de todo lo que te sucede.

Presencia en lo que piensas. Presencia en lo que dices. Presencia en lo que haces. Presencia en lo que sientes.

La Felicidad, es la tranquilidad mental que te permite disfrutar cada segundo de Vida tal y como viene.”

Te deseo mucha felicidad y tranquilidad. La aceptación de ciertas cosas ayuda.

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domingo, 1 de septiembre de 2024

¡Vete a cagar!... Sin móvil

En mi casa los tiempos en el baño se han alargado, especialmente entre los adolescentes ¿Por qué será? Seguro que te está viniendo una respuesta a la cabeza. Me da que tiene que ver con que se meten en el baño con el móvil. Hay que reconocer que ahí tienen intimidad y supongo que el tiempo que pasan dentro tiene que ver con eso.

No es solo cuestión de adolescentes. Tengo que reconocer que también es un hábito que practico, incluso cuando trato de evitarlo. Por charlas que he tenido, creo que es un hecho habitual para bastantes y bastantes casas.

El móvil, el tiempo y el baño
Ir al baño sin el móvil se está convirtiendo en extraño. Como salir de casa sin él. Cuantos hemos vuelto a casa el día que se nos ha olvidado a recogerlo, nos sentimos descolocados sin este pequeño aparatito. Por otra parte, que gusto el día que no volvemos a por él y disfrutamos de la desconexión. He tenido problemas con la batería y lo he dejado algún día en casa; la verdad es que ha estado bien, una preocupación menos, podía estar a lo que estaba, con menos interrupciones.

Además de que el baño está más ocupado que nunca hay otros motivos que aconsejan cambiar de costumbre y dejar el móvil fuera:

  • Lo que podrían haber sido dos minutos se convierten fácilmente en 15 entretenido con juegos, redes sociales u otros contenidos.
  • La postura en el inodoro con el móvil te puede generar dolores de espalda, cuello y muñecas.
  • Mucho tiempo allí sentado puede producir hemorroides. De esas que no se sufren en silencio porque se cuentan.
  • No te digo nada de la faena que supone si el móvil se cae en el inodoro.

Como ya he comentado en otras entradas, el móvil es la chupeta de los adultos. Nos la ponemos en cuanto nos aburrimos. El problema es que cuando nos ponemos la chupeta nos quedamos enganchados y los tiempos se nos alargan, además de suponer otras consecuencias.

El tema de esta entrada es un poco escatológica y también muy cierta. No se si es fácil de implementar, es simple y creo que efectiva. Un reto para el comienzo de septiembre, dejar el móvil fuera del baño, hay mucha humedad, que no sienta bien a la electrónica. Tus compañeros de hogar te lo agradecerán. (¡Vete a cagar!... Pero sin el móvil).

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