A
veces, sin darnos cuenta, nos encontramos enganchados a internet, al móvil, a
los video juegos o estamos mirando en la nevera que podemos comer cuando no nos
conviene.
Internet
es una gran red, que como una tela de araña nos atrapa. Vamos saltando de una
página a otra y el tiempo va pasando. Si no entras con un objetivo, es
probable, que después de dos horas de navegación, al día siguiente ni te
acuerdes de que estuviste haciendo.
Esos descansos
de estudiante, que van a ser de cinco minutos y se convierten en una hora, si
es que consigues volver a ponerte. En ocasiones, abandonar una tarea a medias,
pensando en retomarla más tarde, es abandonarla para siempre.
Una
vez que comenzamos, que nos enganchamos a cualquier actividad, es difícil
parar, cuesta dejarlo. Me llego por correo un cuadro de equivalencias de tiempo
en internet:
Conocemos
la dinámica de cómo nos quedamos enganchados, cada uno tenemos la nuestra:
Abrir el correo electrónico y ya que estoy conectado mirar las noticias en
internet, desde ahí me puedo quedar horas; aburrido, decido jugar una partida
con el móvil, que llevará cinco minutos y eso se convierte en hora y media;
también vale para esos cinco minutos que voy a pasar con el WhatsApp, de donde
paso a Facebook… y que se convierten en una hora.
Hay un
espacio, antes de quedar atrapados, donde podemos intuir hacia dónde vamos,
cómo vamos a pasar las siguientes horas si comenzamos, si nos dejamos llevar.
A
veces está bien, puede compensarnos y es algo que disfrutamos. Otras veces
sabemos que nos arrepentiremos, que hubiésemos estado mejor durmiendo o
haciendo otra cosa.
El
momento de elegir es antes de empezar. El truco, podemos hacer una pausa, antes
de dejarnos llevar por el piloto automático. Es como el viejo dicho de las
abuelas de contar hasta 10, dar tiempo para que podamos valorar los pros y los
contras.
En
Mindfulness, para tomar consciencia, para darnos cuenta, encontramos una
herramienta, el DROP. Este acrónimo nos recuerda sus componentes, antes de
engancharte en algo que no te conviene puedes Detenerte, Respirar (dos o tres
respiraciones profundas), Observar y Proseguir.
El
detenerte y darte un tiempo permitirá que te des cuenta de por donde quieres
seguir. Quizá es el momento de quedarte enganchado a internet toda la noche o
quizá es mejor que te vayas a la cama, tú decides.
El
parar y observar te da la capacidad de elegir. Si quieres hacerlo
más fácil, basta con que pares 3 segundos antes de empezar una nueva actividad
y decidas.
También
vale para las visitas a la nevera por aburrimiento ¿Eres capaz de abrir la
nevera y no comer? ¿Eres capaz de ir a ver tiendas y no comprar? Todo un reto
para vencer el impulso que nos lleva a la acción inmediata.
Tú decides, vivir en automático o elegir cómo vivir.
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