Me acabo de enterar de que ha muerto un compañero del Colegio Mayor. Compartimos 5 años de residencia en Madrid. Apasionado por la música, continúo viviendo su pasión durante muchos años, no lo dejó para más adelante.
La
definición de joven de mi abuelo era de su edad para abajo; todo el que tenía
menos años que él era joven. Creo que es una definición compartida por muchos,
todos los de menos edad que nosotros nos parecen jóvenes, aunque ya tengan la
edad de jubilación.
Esa
definición hace que sigamos pensando que nos quedan muchos años por delante,
algo totalmente incierto. Solo podemos estar seguros de que cada vez nos queda
menos para la muerte.
El
tiempo de vida es algo curioso, todos los días tenemos 24 horas, todas las
semanas 7 días. Ese tiempo que pasa nunca vuelve, no se ahorra. Es uno de los
mejores regalos que podemos hacer, nuestro tiempo, nuestra atención, nuestra
energía.
Leí hace
tiempo, ya no sé dónde, que “vivimos como si no fuésemos a morir nunca, para
morir como si nunca hubiésemos vivido”. Conscientes de nuestra mortalidad,
saboreamos cada momento, cada instante, cada oportunidad. Vivir cada ocasión
como si fuese la primera, con mente de principiante y vivir también como si fuera
la última.
Cuántas
cosas dejamos para más adelante, para cuando acabe de estudiar, para cuando me
compre casa, para cuando tenga puesto fijo, para cuando se independicen los
niños, para cuando me jubile… Resulta que ese más adelante puede que nunca
llegue. Otra forma de posponer, de procrastinar, cosas que son importante.
Hace ya
tiempo leí el libro “32 maneras de saber que estás muerto”. Nos habla de los
muertos en vida, aquellos muertos a los 30 y enterrados a los 80, zombis de la
vida cotidiana, que te cruzas cada día, sin pasión, sin motivación ni energía. Esperando
para empezar a vivir.
Para
mi la muerte está conectada a la vida, saber que voy a morir me hace saborear
la vida. Me interpela a no dejarla para más adelante, vivir ahora, arriesgarme
ahora si es necesario.
Recordar
mis sueños de niño, de joven que cree en la utopía, me impulsa a vivir. Cuantas
cosas que parecían imposibles se han conseguido.
Preguntas
que remueven, que ayudan ¿Qué harías si supieses que te quedan 5 años de vida?
¿Si te quedan 5 meses? Y ¿Si te quedan 5 días? Preguntas que permiten ver lo
importante, lo que es importante para cada uno.
Me quito el sombrero Ignacio. No has descubierto nada nuevo, solo nos has hecho para y reflexionar sobre algo tan "vital" cómo es la muerte... Y lo que es peor, la vida no vivida. Solo puedo decirte, gracias x pensar el alto. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAunque suene a tópico, la vida es una y es ahora. Vivirla con mayúsculas es cosa de valientes... gracias Ignacio por ser uno de ellos y servirnos de inspiración. Un fuerte abrazo.
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