La
falta de sueño está relacionada con aumento de peso, afecta al humor, memoria,
funcionamiento inmunológico, sensibilidad al dolor y te hace discutir más, con
lo cual lleva a peores relaciones.
Puede
que madrugues porque tienes muchas cosas que hacer, o que te vayas a la cama
tarde para poder estirar el día. Si esto lo haces solo puntualmente quizá no
tengas que pagar la factura que relataba en el párrafo anterior, si lo haces de
forma habitual, dormir poco tiene su
precio.
Es
probable que tareas que pueden llevar 10 minutos se alarguen, que aumenten los
despistes y la dificultad para mantener el foco. El cansancio hace más difícil
la concentración, que es vital para un tiempo productivo.
Especialmente
importante si estás estudiando, durante el sueño se fija la información en la memoria
y se ha relacionado el descanso adecuado con el aprendizaje a largo plazo. No te quedes dormido delante del libro (ni soñando despierto).
No por estirar el día este va a dar de sí. Dibujo de Leyre Fontaneda |
Pasado
un cierto límite de cansancio nos da pereza hasta ir a la cama y podemos tener
más dificultades para dormir. Esos días enganchados a la televisión o a las
redes sociales, donde pasan dos o tres horas sin darnos cuenta y al día
siguiente no sabemos ni que hemos hecho.
¿Cuánto
descanso es necesario? ¿Cuánto sueño es suficiente? Las necesidades varían
según personas y también van cambiando con la edad, además también afecta la calidad del sueño, no solo la cantidad.
Aquí es importante saber escucharte, saber entender cuanto es suficiente para ti
y ver si con lo que duermes tienes un día satisfactorio y productivo o te vas
arrastrando.
Muchas
veces vamos a la cama tarde porque es el único momento en el que encontramos
tiempo para nosotros, tiempo personal. Sin ese momento podemos sentir que no tenemos
tiempo para nosotros. El truco puede estar en buscar en esos momentos a lo
largo del día y no dejarlos para el final, como si fuese lo menos importante.
Algunas
recomendaciones para un buen descanso:
- Horarios regulares para acostarse y levantarse.
- En los días “especiales” ser consciente de cuando ir a dormir.
- Establecer rutinas antes de ir a dormir.
- Evitar estimulantes (cafeína) y comidas copiosas o pesadas antes de ir a dormir. También los aparatos electrónicos y el brillo de pantallas.
- Buscar entorno adecuado, sin ruido ni luz, ventilado.
- Hacer ejercicio durante el día y no ejercicio intenso en las horas previas a irse a dormir.
Esta breve reflexión
solo pretende que pongas atención a cuánto y cómo descansas, también a cuánto y
cómo duermes, un buen descanso es clave para una vida satisfactoria y
productiva.
Para mi los tres grandes, la base de estar satisfecho: descanso-recuperación (dormir), comer-beber (qué gasolina echamos al cuerpo) y hacer ejercicio (el mantenimiento adecuado).
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