Esta
entrada del blog es extra, no estaba prevista, ya tengo en mente la próxima,
que saldrá el domingo. Pero no me puedo contener, tengo que escribir, necesito
expresar y hacer público mi enfado, mi cabreo. El enfado nos da energía ante la
injusticia, para defendernos, y me siento injustamente tratado.
En
resumen, Alberto Martín Pérez,
habilitado en clases pasivas, con oficina en Burgos (mi ciudad), me ha dado un soberano plantón. Me ha
dejado plantado, esperando durante una hora, hasta que me he cansado y me he ido
de su oficina. Lo siento por Dolores, que es quien ha tenido que escuchar mi
cabreo, y sus compañeros (parece que ya tienen la costumbre de escuchar
cabreos).
Había
intentado en distintas ocasiones hablar con Alberto o que me llamase, sin suerte.
Lleva la gestión de una herencia de unos primos de Argentina que se está
alargando, ya se cuenta por años el tiempo. No reciben información de cómo va
el tramite y por eso me acerque hace unas semanas (tres), otra vez, para ver
cómo iba.
Me
dieron cita para hablar con él hoy a las 13 horas en su oficina. Haciendo un
esfuerzo, allí estaba. He aparcado muchas cosas para poder ir, adaptándome a su
horario (cuando me dijo su secretaria) y su lugar (su oficina).
He llegado
a las 12.55, me gusta llegar con tiempo, ser
puntual significa que respetas al otro, que respetas su tiempo y el tuyo, que consideras el encuentro
importante y para mí es una regla de urbanidad.
Cuando
he entrado me han invitado a sentarme y esperar, puedo entender que esté ocupado,
que tenga que acabar algún trámite. Cuando habían pasado 20 minutos he
preguntado si él sabía que estaba ahí. Me han dicho que no había llegado.
Supongo
que en ese momento le han avisado, porque 5 minutos más tarde me ha dicho
Dolores que había mandado un mensaje de que me fuese informando que ahora
llegaba. Me ha contado lo que sabía y he seguido esperando.
15
minutos más tarde me ha dicho que si me quería ir no creía que Alberto me fuese
a contar mucho más. Le he dicho que me quedaba, que ya me había resultado muy
difícil conseguir cita. Si había dicho que ahora llegaba, esperaba a que
llegase, así podría explicar como estaba el trámite. También contarme que es lo
que le había retenido. Me enfada que me
hagan perder el tiempo.
El
enfado ha ido creciendo. De Alberto ya no daban más referencias. He pedido su
móvil para llamarlo y me han dicho que no están autorizados a facilitarlo. Curioso
un gestor inaccesible. Seguro que
aprovecha bien su tiempo haciendo perder el de sus clientes.
He
intentado verlo en diversas ocasiones, poder hablar con él, pero ha sido
imposible. Yo lo he intentado porque los primos de Argentina lo tienen aún más
difícil, cuando me dicen que no les contesta los correos y tampoco les quieren
facilitar un móvil donde llamar. Tampoco parece posible una videoconferencia. No
me lo tomo personalmente, no soy el único por lo que he encontrado en la red.
En la foto muestro las tres primeras reseñas que aparecen en Google.
Las tres primeras reseñas de Google de Alberto Martín (habilitado...) |
Si
recibo una explicación razonable puedo borrar la entrada. Si al menos me llama,
lo pondré en comentarios más abajo, si no pongo ningún comentario es que ni
siquiera me ha llamado. No sé porque tampoco me extrañaría.
Soy
profesor universitario, tengo muchos alumnos en Burgos, al menos me queda la
posibilidad de contarlo como ejemplo. Muestra bien aspectos de los que explico
en mi asignatura.
Seguro
que algún conocido común lee esto, ruego
le informe a Alberto Martin de esta entrada del blog. Ilustra algo que
considero fundamental, el respeto por las personas o la falta de respeto.
Además, así estará informado.
No sé
si confiar en su profesionalidad, dado que ya debe haber cobrado puede que
piense que ya está todo hecho, sin haber acabado de prestar el servicio para el
que se le contrato, con la debida diligencia. Puede ser que tenga demasiado
trabajo, que no esté bien organizado u ocurran otras cosas. Estaría bien poder
hablar con él sin tener que escribir. Al menos el enfado me hace escribir
fácil.
Con la
experiencia que tengo con Alberto desconfío. No sé si puedo confiar. Espero que
el tema avance y en tres o cuatro semana, como me ha dicho Dolores, esté todo
solucionado. Confío en que informe debidamente a mis primos de Argentina y
cuando la herencia esté donde debe estar, borraré esta entrada.
Tengo
que agradecer a Alberto que su falta de educación (al menos aparente) me haya
ayudado a escribir esta entrada del tirón. El
justo cabreo da mucha energía.
También
agradecer a Dolores la información que me ha dado. Al estar en la puerta
supongo que ha tenido que soportar alguna bronca que no la correspondía.
Espero
que Alberto Martín venga a verme el día 20 o al menos me llame. También puede
mandarme su teléfono, para que yo pueda llamarlo. Creo que el paso le toca
ahora a él.
Si nos
conoces a ambos, a Alberto y a mí, te agradeceré que me llames y me cuentes
porque esto es solo anecdótico o si es lo habitual. Seguro que tenemos muchos
conocidos en común.
Si
quieres ver cuando publico una nueva entrada, puedes seguirme en LinkedIn. Pulsa
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Por lo que yo mismo he vivido y ya me sospechaba, me temo que esto no parece ser algo anecdotico. Que este señor ha dejado impunemente colgadas a más familias (queda por ver hasta donde ancanzan los dañis...) aprovechándose de la buena fé, desconocimiento yconfusión normales en este tipo de casos.
ResponderEliminarComparto el cabreo al ver (y sentir) la desfachatez sin escrúpulos de algunos.
Gracias por tu comentario. Sería estupendo saber si hay más personas afectadas (soy fácil de encontrar y contactar).
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