Tenemos abundancia de opciones, de posesiones, de temas pendientes. Poder elegir puede ser una bendición o un castigo. Mi hija de 19 años me ha dicho alguna vez que “¡hacerse mayor es una mierda!”, tienes que elegir.
De eso
va la vida, de elegir. Pero cuando tienes muchas opciones la elección es más
difícil. Crecemos pensando que más es mejor, tener 24 opciones, es mejor que
tener 6. La investigación nos dice lo contrario, tener demasiadas opciones nos puede
desmotivar, nos puede abrumar e incluso, a veces, puede paralizarnos,
dejándonos sin el beneficio de tantas opciones. Compramos menos si nos ofrecen
elegir entre 24 mermeladas que si “solo” nos ofrecen 6 (sigue este enlace si
quieres saber sobre el experimento que lo demuestra; muchas veces más es menos)
Vivimos
con demasiado. Me cuesta decirlo, demasiadas posibilidades, que en muchos casos
nos abruman. Cuando una tarde tenemos cuatro opciones, todas ellas apetecibles,
pero de las que solo podemos escoger una, podemos vivir la tarde de distintas
formas:
- Paralizados ante las cuatro opciones, sobre todo si sentimos que podemos decepcionar a alguien, nos paralizamos y no hacemos ninguna de las cuatro, no entretenemos con cualquier tontería. Da tanto vértigo la elección (aunque sea simple), que simplemente no elegimos.
- Intentamos lo máximo, en lugar de elegir una de las opciones y disfrutar de la tarde, intentamos hacer las cuatro, con lo que en muchas ocasiones no disfrutamos ninguna de ellas, solo vamos saltando de un lugar a otro, sin estar en ningún sitio realmente.
- Escogemos una de ellas y nos pasamos la tarde pensando en las otras tres, lo que no hemos hecho que podríamos haber hecho, sin estar presentes. Acabamos sintiendo más dolor por lo no hecho que placer por lo que sí estamos haciendo.
- La opción que más me gusta es escoger una y vivir con la elección. A veces, elegir es renunciar. Evita quedarte enganchado en la renuncia.
Cada
día es así. Hoy puedes hacer muchas cosas, miles de opciones. Escoge que hacer
y céntrate en ello, no te dejes enganchar por la cara menos amable de la
abundancia.
Puede que
estés de vacaciones y tengas miles de opciones. Escoge las que te convienen o
te apetecen y deja el resto con tranquilidad. No intentes hacerlo todo, es probable
que disfrutes menos del viaje.
Con
demasiadas cosas es difícil encontrar lo que necesitas. Me abruma entrar en un
espacio donde hay demasiadas cosas, demasiados estímulos, no me quiero ni
imaginar lo que es limpiar ahí el polvo.
KISS
en inglés es beso y en su versión extendida viene a decir “Keep It Simple,
Stupid”, lo que viene a ser que lo mantengas simple, lo simple es más fácil.
Eliminar
lo superfluo, centrarse en lo importante, abandonar la idea de que tanto nos
viene bien. Por eso el minimalismo ha cogido tanta fuerza, la idea de que menos,
es más.
Simplificar facilita mucho las cosas. Como nos enseñan en matemáticas para simplificar una fracción |
No
te metas en muchos líos, ponte la vida fácil. Me voy a aplicar el
cuento, que tiendo a querer abarcar demasiado. Demasiado es lo contrario de
suficiente. Con los años he aprendido que me sienta mejor comer suficiente que
comer demasiado.
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