domingo, 14 de marzo de 2021

Es más fácil viajar con plan, mapa y brújula

Ahora estamos acostumbrados a llegar a cualquier sitio con las indicaciones de Google Maps. Muchas veces nos perdemos parte del camino solo siguiendo sus indicaciones. No hace tanto sabías cómo llegar a una ciudad y una vez allí preguntabas para llegar al destino concreto. Nuestro sentido de la orientación está cambiando.

Hace un par de semanas fuimos a andar al monte, teníamos prevista una ruta espectacular, solemos usar las orientaciones de Wikiloc, pero al llegar al punto de partida no había cobertura y no habíamos descargado los mapas. La ruta estuvo bien, aunque nos perdimos, tuvimos la posibilidad de explorar.

Ayer repetimos, con el mismo objetivo, en este caso con los mapas descargados. Aun así, nos permitimos explorar en los alrededores de la ruta prevista.

Con las orientaciones de quienes habían hecho antes el camino encontramos parajes escondidos, que hubiésemos pasado por alto sin el mapa. La ruta fue impresionante.

Un salto de agua que se nos pasó el primer día. Con el mapa llegamos
Sin conocer el territorio es difícil viajar sin mapa, es fácil perderse, especialmente si vas sin brújula, desconociendo la dirección. Y si tienes mapa, la brújula ayuda a orientarlo.

La brújula en la vida son la misión y los valores:

  • ¿Cuál es tu misión? ¿Para qué haces lo que haces? ¿Por qué lo haces? En qué raíces se apoya y hacia donde te lleva.
  • ¿Cuáles son tus valores? Las cosas que consideras importantes y ¿Cómo vives esos valores? Son tus acciones las que ponen de manifiesto tus valores reales, lo que está en tu agenda. Puedes pensar que la familia es importante ¿Cuánto tiempo le dedicas?

El mapa nos permite diseñar una hoja de ruta, saber dónde estamos y cómo llegar a dónde queremos ir. Podemos diseñar un itinerario que nos apetezca, no solo el destino es lo que pesa, en muchas ocasiones es más importante el camino. En un mapa se muestran hitos importantes, paradas a disfrutar o en las que aprender.

Con el mapa también sabemos si nos estamos desviando y cuánto. Podemos decidir si ese desvío merece la pena. La exploración puede estar más orientada. También podemos soltar el mapa y explorar sin él, para volver cuando lo consideremos oportuno.

He oído muchas veces que en un entorno tan cambiante no merece la pena hacer planes. Lo que no tiene sentido es hacer planes demasiado rígidos, seguro que nos tendremos que adaptar, si cambia el entorno nosotros también hemos de cambiar. Un plan flexible ayuda a mantener la dirección. Puedes cambiar tus planes cuando quieras, eres el dueño de tus planes.

El mapa no es el territorio, solo lo representa y nos sirve para orientarnos. Cuidado con los mapas anticuados, la realidad cambia y ahora muy rápido. Si puedes encontrar un guía que te pueda orientar y que pueda echar un vistazo a tu mapa para ver si está actualizado mejor. ¿Con quién te irías a vivir a la selva? ¿Con alguien que tenga un mapa o con quién haya estado viviendo allí varios años?

Con un buen mapa, preguntando a quien sabe y ha hecho el camino, una brújula y una hoja de ruta será fácil encontrar la compañía adecuada para disfrutar del camino y de la meta.

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