domingo, 31 de diciembre de 2023

No hay misterios para conseguir los objetivos del nuevo año

Llega final de año, momento para ver que tal nos ha ido el que acaba y que nos planteamos para el que empieza ¿Qué le pides a este año que empieza? ¿Qué resultados quieres para dentro de un año? ¿Cuáles son tus objetivos?

No hay misterios para conseguir los resultados que queremos, siempre que sean alcanzables. Hacer lo necesario para llegar allí. Tener claro el objetivo y ser constante en su persecución.

Me viene a la cabeza un chiste de dos compañeros de colegio que se encuentran pasados los años. Después de charlar un rato queda claro que a uno le ha sonreído la vida, al menos en lo económico y el otro pasa dificultades para llegar a fin de mes. El que tiene las dificultades le pregunta “¿Qué has hecho para conseguir todo lo que has conseguido?”, a lo que el compañero contesta “Trabajar duro”. Ante esa respuesta el que preguntaba exclama “¡Así, cualquiera!”.

Es que no hay misterios, esto mismo se puede aplicar a múltiples preguntas que pueden surgir ante realidades que contemplamos:

  • Pregunta: ¿Qué has hecho para hablar inglés con tanta fluidez?; Respuesta: He vivido cuatro años en Inglaterra; Conclusión final: ¡Así, cualquiera!
  • Pregunta: Veo que te mantienes en forma ¿Cómo tienes ese cuerpo de gimnasio?; Respuesta: Voy al gimnasio cinco veces a la semana; Conclusión final: ¡Así, cualquiera!
  • Pregunta: ¿Cómo has conseguido sacar esas notas en los exámenes? (O ¿Cómo has conseguido sacar la oposición?); Respuesta: Estudiando mucho; Conclusión final: ¡Así, cualquiera!

Me encanta la reflexión que acompaña a la Ley de la Cosecha: “Cada uno recoge lo que siembra”. Aunque también es cierto que no siempre, a veces cae un pedrisco a destiempo, no llueve… Los motivos pueden ser muchos. Lo que está claro es que, si no siembras, no recoges.

Para Einstein locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes. Si haces lo mismo obtendrás resultados parecidos.

Si este año quieres ponerte en forma, no dejes de hacer ejercicio a mitad de enero, los que tienen cuerpo de gimnasio suele ser porque van al gimnasio (algún privilegiado habrá con buena genética). Si quieres aprender inglés, ponte todos los días con el inglés, sin excepción… Mira que vas a hacer para conseguir los resultados que quieres y ánimo con la constancia.

Un gran jugador de golf decía: “Es curioso, cuanto más entreno, mas suerte tengo” ¡Ánimo con el entrenamiento!  Preparación y la persistencia son clave para alcanzar el resultado perseguido.

jueves, 21 de diciembre de 2023

Saber juntarse es todo un arte

Este trimestre, de forma regular, una vez a la semana, he compartido tiempo y reflexiones con un gran grupo. Éramos 12 y casi se puede decir que teníamos nuestro maestro (me recuerda a algo).

¡Qué bueno juntarse con buena gente! ¡Qué importante! ¡Qué bien viene para generar ideas, complementar tu visión, aprender de otras experiencias…! Encontrar y mantener un buen grupo es todo un arte.

La excusa para juntarnos era un curso sobre la visión sistémica de la vida. Creamos un grupo de estudio en Burgos. Ahí estaba el propósito, aprender juntos y ver su aplicación en nuestro entorno. Nos ha dado para hablar de eso y muchas más cosas.

La visión sistémica del grupo reconoce interconexiones y relaciones entre sus miembros, a veces complejas. Promueve la colaboración y comunicación efectiva. Confía en que, del cambio (la perturbación), que supone incertidumbre (no saber), emergerá algo nuevo. Es un enfoque holístico, que potencia las sinergias, para alcanzar metas colectivas.

Bueno, en el párrafo anterior se me ha ido un poco la cabeza. Algunas de las ideas de la sistémica todavía las estamos integrando.

Lo que si me queda claro “es importante con quien te juntas”. No sé si te has dado cuenta, en muchas ocasiones puedes escoger con quien te juntas. Para participar en este grupo me he sentido escogido, quien lo organizó fue invitando uno por uno a los que finalmente hemos estado (gracias por la invitación), aunque también se quedaron otros que se han perdido la experiencia (decidieron que no se querían juntar con nosotros, tenían otras cosas).

Tú también puedes crear un grupo, invitar a gente a unirse, personas con intereses comunes, donde todos se enriquecen. Eso es la sinergia, cuando el grupo es más que la suma de sus partes, surgen cosas que no surgirían con cada uno por su lado (el todo es distinto que la suma de las partes).

Jim Rohn acuñó la frase “eres el promedio de las cinco personas que te rodean”. La forma de pensar, sentir y actuar se contagia. Aprendemos de los que tenemos cerca, al lado, vamos imitando, copiando, sin darnos cuenta. Así que es importante con quien te juntas. También tenemos los dichos castellanos de que “dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición” o el que aparece en el Quijote de “Dime con quien andas y te diré quién eres”.

Los grupos tienen muchas ventajas. Si cuentas con otros no hace falta inventar la rueda. Si tienes al lado alguien que lo ha hecho, te puede contar como lo ha hecho. Buscar soluciones de forma colaborativa es más fácil, 10 personas de 50 años tenemos 500 años de experiencia, eso es mucha experiencia. Aplicar la inteligencia de todos es lo que se llama inteligencia colectiva.

Las redes permiten compartir, crecer juntos, encontrar mejores soluciones. Si creamos las condiciones adecuadas, las redes surgen. Podemos ser parte de esas redes.

Un buen grupo (red) tiene gente con algo compartido (objetivos, experiencias, modo de ver las cosas…). Pero no somos iguales, somos diferentes (diversos), las diferencias generan resiliencia, capacidad de adaptación, flexibilidad y mayor visión de juego.

No haremos un buen equipo de futbol si todos somos excelentes delanteros. Nos hacen falta centrocampistas (con distintos perfiles), también defensas y portero. Si contratamos a todos iguales nos faltarán perfiles, si contratas clones en la empresa perderás creatividad.

No estamos todos (nos faltan Ángel y Gustavo) - ¡Qué gran grupo vestido para la faena!

El cierre de los cursos hay que celebrarlos. La celebración final me recordó a la metodología Belbin, con su diversidad de roles, para la creación de equipos efectivos. El Coordinador planea, el Implementador se encarga de los detalles, el Cerebro aporta ideas, el Cohesionador se encarga del buen ambiente (lo pasamos bien juntos) ¡Un cierre perfecto gracias a un gran equipo!

Stephen Covey comparte la sabiduría de los indios norteamericanos en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”. Los indios dicen “Si quieres ir rápido, vete solo. Si quieres llegar lejos, vete acompañado”. Otra forma de decirlo, es sí vas solo no llegarás muy lejos.

No me iría de viaje con cualquiera, si escoges con quien viajas, cuanto más importante es escoger con quien vives, trabajas y compartes mucho más tiempo.

Espero que este grupo continúe con nuevos retos, aprendizajes y cenas… Te invito a que te juntes con quien te sienta bien juntarte.

domingo, 17 de diciembre de 2023

¿Cómo te roban el tiempo? ¿Quieres recuperarlo?

¿Conoces al perro de Pávlov? Iván Pávlov, que estudiaba el sistema digestivo de los perros, se dio cuenta de que estos empezaban a salivar antes de que se les diese la comida ¿Cómo podía ser?

Diseño un experimento para investigar el fenómeno: hacía sonar una campana antes de dar la comida a los perros; después de repetir esto varias veces, los perros empezaban a asociar el sonido de la campana con la llegada de la comida. Una vez la asociación estaba establecida, con solo oír la campana, los perros salivaban, incluso si no se les presentaba comida.

Este proceso de asociar un estímulo neutral (la campana) con un estímulo que provoca una respuesta (la comida) y obtener una respuesta similar al solo presentar el estímulo neutral se conoce como condicionamiento clásico. Primero se establece la asociación y después con sólo el estímulo neutral se da la respuesta.

Nosotros somos condicionados (dominados) por las aplicaciones de nuestros teléfonos móviles como lo eran los los perros de Pávlov por la campanilla. Al oír una notificación (la campanilla) corremos al teléfono a recoger nuestra dosis, abandonando lo que tenemos entre manos.

Las aplicaciones están diseñadas para captar tu atención, para atraparte, para hacerte volver. Te estudian, saben cuando entras, cuando mandarte una notificación y cómo hacerlo, para que tenga el mayor impacto.

Saben lo que te gusta, lo que te mantiene enfrente de la pantalla, van recogiendo datos, te enseñan los vídeos que no puedes evitar ver, lanzan mensajes que te mantienen con curiosidad, te hacen dar un clic más.

Si es un juego te lanzan retos, vas avanzando, rápido al principio, hasta que te enganchas. Después se complica, algunos te piden dinero si quieres avanzar más rápido, según estabas acostumbrado. Te van dando regalos, ponen normas para que vuelvas y te lanzan notificaciones. Te comparan con otros y te ponen en contacto con amigos, usan la presión social.

Cuando son gratis es porque el producto eres tú, es tu tiempo. Son vampiros que chupan tiempo, horas y minutos, al acecho. Te dejan sin energía, sin tiempo, sin vida, porque la vida te la pasas enganchado. Como buen adicto piensas: “yo controlo, lo dejo cuando quiera, pero el reloj sigue corriendo”.

Los teléfonos móviles nos alejan de los que tenemos al lado, nos distraen de asuntos más importantes, nos roban el tiempo, que es como robarnos la vida.

También las llamadas son peligrosas, conectados 24 horas 7 días a la semana (24x7). Tenemos que estar siempre disponibles. Si el teléfono suena, nos levantamos de la mesa para contestar, hasta salimos de la ducha corriendo, abandonamos lo que estamos haciendo, nos dejamos interrumpir, sin saber la importancia de la llamada, como si fuésemos médicos de urgencias de guardia. Normalmente no es tan urgente, muchas veces nos quieren vender algo. Alguna vez es alguien que apreciamos, con el que queremos hablar, ese es el premio, lo que nos hará volver, aunque no toque, como las máquinas tragaperras, que usan un refuerzo intermitente.

Muchas aplicaciones de los móviles están diseñadas por maestros en psicología para la manipulación, para mantenerte enganchado. Todos han leído el libro “Enganchado (hooked). Como construir productos y servicios exitosos que formen hábitos” de Nir Eyal. Nos tratan como perros a los que habitúan a volver al teléfono, nos manipulan.

Me llego por correo y me sentí identificado

Te invito a que veas, en los ajustes de tu teléfono móvil, los datos de salud. Allí tienes información sobre las horas de uso, el tiempo con cada aplicación, hasta puedes configurar un tiempo máximo que te dejarás robar. Mucho tiempo puede pasar hasta que te das cuenta de que llevas unos grilletes que tu mismo te pones, que te roban la vida y después te quejas de que no tienes tiempo. Puedes dejar el teléfono como el que se desengancha de una droga. Puedes hacerlo de a poco, al principio unos minutos, después unas horas. O puedes tomar medidas más drásticas, tu eliges.

domingo, 10 de diciembre de 2023

Regala y regálate tiempo

Hoy me ha llamado la atención un anuncio en la tienda de la gasolinera a la que voy. Ponía a la venta un reloj con la frase “¡Regálate tiempo!”. Menuda paradoja, parece que podemos sacar tiempo de un reloj que es quien aparentemente nos esclaviza, nos hace correr a todos lados.

Cada minuto cuenta, porque lo contamos con un reloj. El tiempo de reloj, cronos, al contarlo creemos que lo atrapamos y quizá sea el reloj el que nos atrapa a nosotros.

Frente a Cronos está Kairós, el tiempo adecuado para cada cosa ¿Cuánto es lo adecuado? No siempre se puede contar con un reloj. El tiempo oportuno, el momento justo para cada cosa, para cada experiencia.

Aunque tenemos 24 horas todos los días aparentemente nos falta tiempo, incluso para nosotros mismos. Somos ricos en tiempo, esas 24 horas, 1.440 minutos todos los días.

La Navidad está a la vuelta de la esquina, ya se ha desatado la fiebre del consumismo, al menos en este que llamamos primer mundo y queremos regalar cosas de todo tipo ¿Qué tal si este año regalamos tiempo?

Cada vez es más difícil regalar, tenemos de todo, más de lo necesario (al menos estoy hablando de mí). También puede ser que cualquier regalo es bueno, lo que importa es el detalle, el tiempo empleado.

Puede que el mejor regalo sea el tiempo. El tiempo que me puedo regalar a mi mismo o el tiempo que puedo regalar a los cercanos, a los que quiero. Al fin y al cabo, el tiempo es vida, estamos hechos de tiempo y lo que tenemos es el tiempo que compartimos.

En la foto está mi maestro, mi hijo Juan, que me ha dado permiso para colgar la foto. Ahí está, con los pies a remojo, disfrutando su tiempo. Saber apreciar las cosas sencillas.

Quizá no sabes cómo regalarte tiempo. Observa a los niños, ellos si que saben. Todos lo supimos algún día, todos fuimos niños. Podemos recuperar el niño que llevamos dentro y su sabiduría natural.

Estas Navidades puedes regalar tiempo (Cualquier momento es bueno para regalar tiempo). Es un regalo que viene de vuelta, si regalas tiempo a un amigo, es probable que ese tiempo sea compartido, con lo que también es un regalo para ti.

Me voy a hacer un regalo de tiempo, me voy al sofá, que he encendido la chimenea y me apetece leer un rato ¡Qué disfrutes de la semana! (de tu tiempo).

lunes, 4 de diciembre de 2023

Vivimos una pandemia de “ocupaditis” – todo el día ocupados

Todo el día haciendo, sin parar, y al final del día no he conseguido terminar nada ¿Has tenido esa sensación? Corriendo, saltando de una tarea a otra, sin finalizar nada.

Vivimos ocupados, quizá demasiado ocupados para darnos cuenta de en qué nos ocupamos. Una pandemia de “ocupaditis”, llenamos nuestro tiempo de actividad, tratando de hacerlo todo.

Presionados por exprimir y aprovechar todos los momentos de la vida. Parece que, si no has hecho “todo” lo que se puede hacer, entonces no lo has hecho bien. Así que es imposible hacerlo bien, porque es imposible hacerlo todo.

Las opciones han crecido, podemos hacer muchísimas cosas y por mucho que corramos, no podemos hacerlo todo. Obsesionados con llegar a lo siguiente nos perdemos lo que estamos haciendo ahora.

Se ha perdido el hacer con pausa, más despacio. Cargo de conciencia si no estamos ocupados, si no estamos haciendo. A mi me ha pasado, tan obsesionado por hacer que se me olvida disfrutar de lo sencillo, del día a día.

Hacer menos para terminar más, hacer más despacio para hacer mejor. En lugar de 100 chapuzas una cosa bien hecha. Bueno, quizá esto es otro extremo ¿Cómo encuentras tu equilibrio? ¿Qué te siente bien y dónde eres efectivo?

Es diferente estar ocupado y ser efectivo. Ser efectivo es conseguir los resultados que quieres conseguir, ahora y también de manera sostenida en el tiempo. Para eso tienes que saber lo que quieres.

Si no sabes lo que quieres cualquier actividad te vale, con cualquier cosa te puedes entretener, tenemos miles de opciones. También en nuestro trabajo, queremos parecer ocupados, porque de lo contrario somos prescindibles ¿Qué puedo hacer que aporte? ¿Lo que estoy haciendo aporta? ¿A quién le aporta?

Podemos estar perdidos en actividades que, en lugar de sumar, restan. Hay veces que es mejor no hacer. Para darnos cuenta tenemos que recuperar la pausa, la posibilidad de parar y pensar. Soy profesor en la Universidad y un día encontré a un compañero en su despacho, con las piernas encima de la mesa y echado hacia atrás. Ante mi cara de sorpresa el me dijo, revindico el derecho del profesor universitario a pensar.

Sin pensar andamos como pollo sin cabeza, perdidos en la actividad, corriendo sin ir a ningún sitio.

Para ser efectivos necesitamos decidir que hacer. Para poder hacer eso también necesitamos decidir que NO HACER. Es difícil renunciar a mostrarnos ocupados, es difícil dejar de hacer determinadas cosas que ya no nos sirven, porque tenemos el hábito de hacerlas. Para dejar espacio a lo nuevo hay que podar lo que no sirve.

En una planificación flexible debe haber tiempo para imprevistos, para cosas necesarias que surjan y para cosas interesantes, oportunidades, que se presenten. Con la agenda demasiado llena no puedes ni siquiera soñar con esas posibilidades.

Busca tu tiempo de pausa, de pensar y sentir, con tiempo. Tiempo también para conectar con los de tu alrededor y con la naturaleza, con lo que te rodea. Demasiado ocupado te pierdes demasiadas cosas, por ir tan rápido.