El Yin y el Yang representan la
dualidad, de lo opuesto y lo complementario, el bien y el mal, lo grande y lo
pequeño, donde no existe lo uno sin lo otro. El estrés y el relax. En las
vacaciones encontramos esa dualidad.
Nos han hablado mucho del estrés post-vacacional, cuando volvemos
al trabajo o a la rutina habitual. ¿Cuántas veces sientes el estrés pre-vacacional?, del que no nos
han hablado, dejar todo cerrado y ordenado en el trabajo o en casa, preparar
unas vacaciones que tenemos la “obligación” de disfrutar, cuantas discusiones y
gritos hay por preparar la salida, por decidir si playa o montaña. Y el estrés vacacional, por hacer muchas
cosas, porque hay que aprovechar, porque cambian las relaciones con los de
cerca, familia o amigos, porque tenemos la obligación de disfrutar y nos hemos
fijado unas expectativas, nos ponemos el listón alto. Llegan las vacaciones y en
ocasiones, al perder la tensión, nos sentimos cansados, apáticos, desganados.
La semana antes de irnos de las vacaciones suele ser un momento muy
productivo, donde hacemos orden, cerramos muchas cosas pendientes (sobre todo
las importantes, o así debería ser), delegamos otras, decidimos que ya no
merece la pena hacer algunas (que nos estaban ocupando espacio en la cabeza) y
dejamos para más adelante lo no prioritario.
Durante las
vacaciones nos podemos relajar, disfrutar de los regalos de cada día,
simplemente estar. Una oportunidad para desconectar de la rutina, del trabajo, de
las obligaciones, de algunos problemas y conectarnos con nosotros y con los que
queremos. También podemos decidir qué hacer y decidirlo con los demás, si son
vacaciones compartidas. Plantearnos hacer algo cada día, que nos guste, creando
el propósito. Son un regalo para tener nuevas experiencias, entrar en un ritmo
nuevo.
Tiempo de descanso, para parar,
observar y observarte. Un buen momento para la charla tranquila con los demás o
con uno mismo, para recuperar la capacidad de hablar de nada, del tiempo, donde
la conversación tiene su fin en sí misma. Fluir, dejarse llevar, disfrutar del tiempo tranquilo.
La vuelta de vacaciones es momento para fijar nuevos objetivos,
abandonar hábitos laborales-rutinarios negativos, menos fuertes al haberse
dejado durante las vacaciones y adquirir hábitos nuevos que nos puedan llevar a
nuevas satisfacciones. Cambiar nosotros para que los resultados cambien.
Empezar de nuevo, renovados.
Espero que en tus vacaciones
encuentres y disfrutes la parte buena de la dualidad, te sirvan para recargar baterías
y entrar en el día a día con energía renovada. Sepas superar el estrés y
disfrutes de ellas. Este es un buen día para empezar.
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