viernes, 5 de septiembre de 2014

“El hábito no hace al monje” ¿o sí?...

Un hábito es un comportamiento que repetimos regularmente, sin esfuerzo consciente, en muchos casos sin darnos cuenta. Hacemos en modo automático.

Somos criaturas de hábitos, lo que hicimos ayer tendemos a hacerlo hoy. Es el magnetismo del status quo.

¿Conoces cuáles son tus hábitos? ¿Qué haces cuando te levantas? ¿Al llegar al trabajo? ¿Antes de acostarte? ¿Qué actividades repites todos los días, o algún día de la semana concreto?

Si tienes la rutina de ir a correr todos los días, el día que no corres te duelen las piernas, te están empujando a que vayas a correr. Si acostumbras a leer todos los días antes de dormir, si no lees te cuesta dormir.

Al entrar en casa puede ser que automáticamente enciendas la tele o la radio, puedes hasta preguntarte en alguna ocasión si has sido tú el que lo ha hecho.

Los hábitos que tengamos marcarán nuestros resultados, lo que disfrutemos de la vida, el nivel de energía que tengamos. Todo esto casi sin darnos cuenta.

Los hábitos negativos minan y destruyen, los positivos revitalizan.

Te invito a que observes cuáles son tus hábitos, los positivos y los no tan buenos. También reflexiona cuales son los hábitos que te pueden resultar convenientes (ejercicio, comer sano…), que te gustaría adquirir y mantener.


La valoración de los hábitos que nos convienen es responsabilidad de cada uno. Leer la prensa puede ser una obligación, un disfrute o manera de desconectar o un ladrón de tiempo, sobre todo si se hace en exceso.

Seguro que llegas a algunas conclusiones. ¿Quieres obtener resultados diferentes? Entonces tendrás que hacer cosas diferentes.

En el momento del cambio nos encontramos con la Ley de la Inercia: las cosas tienden a seguir igual. Desde el punto de vista de la física, en movimiento si estaban en movimiento o quietas si estaban quietas, siempre y cuando no apliquemos una fuerza.

Para adquirir un nuevo hábito debemos vencer la inercia de no hacer. La regla del 21: “al repetir, con voluntad de asumir, 21 veces algo, lo convertimos en un hábito”

Los hábitos se adquieren por repetición cuando se tiene la voluntad de adquirirlos ¿Tienes 21 días por delante? Cada día irá costando menos hasta que salga de forma automática.

El truco para empezar “sólo cinco minutos”. Seguro que puedes leer cinco minutos, o estudiar inglés sólo cinco minutos. Una vez que te hayas puesto ya es sólo cuestión de continuar. Después de 21 días será más fácil.

La inercia también nos pone dificultades para abandonar un hábito que ya tenemos arraigado y no nos gusta. Quizá nos falta fuerza de voluntad para dejarlo, como el dejar de fumar.

Normalmente hay desencadenantes que nos llevan al hábito, rutinas adquiridas, por ejemplo el cigarro al levantarte. La propuesta es sustituir unos hábitos por otros, cuando te apetezca fumar ese cigarro decide que vas a hacer otra cosa.

“Siembras un pensamiento, cosechas una acción; siembras una acción, cosechas un hábito; siembras un hábito, cosechas un carácter; siembras un carácter y cosechas un destino”. Atribuida al Yogui Raman.

Los hábitos nos pueden ayudar a obtener mejores resultados con menos esfuerzo. Tienes la responsabilidad de tus hábitos, decide cuáles quieres tener.


Te propongo que empieces por adquirir uno en los próximos 21 días. Si ahora no ¿para cuándo? Si tú no te responsabilizas de ello ¿quién lo hará?

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