domingo, 14 de diciembre de 2014

Volver a nacer, vivir cada día

Ayer fue un gran día, tres amigas volvieron a nacer, venían de Madrid a Burgos y se cruzaron cuatro jabalíes por la autovía, no lograron esquivar a todos y os podéis imaginar el resultado. Afortunadamente parece que las tres están bien, para mí eso es volver a nacer. Me alegro de que sigan estando ahí, espero que por muchos años y que yo pueda verlo.

Yo volví a nacer el 14 de marzo de 2007, me salí de la autovía camino de Valladolid a Burgos, del coche me sacaron los bomberos (menudo trabajo el suyo, digno de reconocimiento) y supongo que me salve porque, como digo a mis hijas, tengo la cabeza dura.

Así quedo el coche el 14 de marzo de 2007

Es increíble la cantidad de cosas que se te pasan por la cabeza en poco tiempo, de lo que has vivido y de lo que crees que te queda por vivir. Los momentos son intensos y quedan grabados para siempre. Sientes qué es lo importante, lo vives. Por eso renaces renovado, aunque esa renovación se te olvida, vuelves a vivir en automático, si no te paras a pensar de vez en cuando.

Vivimos como si fuésemos inmortales, como si nos quedase muchísimo tiempo, muchos años. Vamos dejando cosas para el futuro, en el futuro ilusorio siempre vamos a tener más tiempo, podremos hacer lo que no podemos ahora ¿Tienes conversaciones importantes pendientes? ¿Qué es importante y dejas para más adelante?

¿Qué quieres hacer antes de morir? La artista Candy Chang inició un movimiento en Nueva Orleans: “Antes de morir quiero…” que ella misma explica en una TED Talk. Es importante el tiempo y son importantes las personas, cómo nos relacionamos con ellas. A veces la muerte nos pilla por sorpresa.

Todos nos sentimos jóvenes, incluso los ya jubilados. Oí a mi abuelo decir, “se ha muerto un chico del pueblo de al lado” y al preguntarle cuantos años tenía el chico dijo que 87, ¡¡un chaval!! Claro, mi abuelo ya era más mayor. Otra gran frase suya: “No quiero irme de aquí sin saber en que para todo esto”. Era un cachondo, en la lápida quería que pusiésemos “perdone que no me levante”

Hoy ha sido un buen día para ver la entrevista de Risto Mejide a María Belón, superviviente del tsunami de 2004. Una de estas tres afortunadas amigas me la envió por correo hace unos días y la tenía pendiente para más adelante. Hoy la he disfrutado.


¿Por qué nos preocupamos? ¿Qué es lo importante? ¿Cómo quieres vivir? No hay que tener una experiencia intensa para renacer, transformarse, cambiar si es que queremos cambiar. Vivamos hoy, vivamos cada día, porque no sabemos cuánto tiempo tenemos.

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