Tenemos
dos modos, el visionario y el operario, el visionario nos dice hacia dónde y
por dónde ir, el operario nos pone en marcha, nos hace avanzar en la dirección
señalada.
El tiempo
de parada, reflexión, pensar, viene bien al visionario, para determinar el
objetivo y el camino. Séneca afirmaba “Ningún viento será bueno para quien no
sabe a qué puerto se encamina”.
El
operario sin el visionario, sin una ruta, hace como pollo sin cabeza, haciendo
sin parar, sin avanzar. ¡Cuántos trabajan duro sin ir a ninguna parte! ¿Cuántas
veces nos ha pasado a nosotros? Nos ponemos a hacer algo sin saber muy bien
para qué.
Ahora
bien, el visionario sin el operario es un soñador, alguien que construye
castillos en su mente y nunca pone la primera piedra. Cuando trabajamos en
equipo uno puede ser el visionario siempre y cuando otros hagan, cuando estamos
con nosotros mismos tenemos las dos funciones, marcarnos el camino y andar ese
camino.
Sin
embargo demasiado tiempo como visionario nos atrapa, intentando vislumbrar un
sendero que seguir, miramos y miramos sin conseguir ver, llegamos a la
parálisis por el análisis. Hasta podemos llegar a justificar nuestro estancamiento
porque no sabemos decidir hacia dónde ir.
Es como
si perdidos en la montaña, desde donde estamos intentamos ver un camino y no lo
conseguimos, seguimos mirando y a pesar de nuestra insistencia no encontramos
respuesta. ¿Tendremos que cambiar nuestro punto de vista? Quizá debemos
ponernos en marcha, subir a un alto y ver si desde allí vemos un camino (de
entre los muchos que podemos tomar).
Foto de David Rodríguez Martín - Peregrinos camino de Santiago |
¿Llevas
tiempo parado? ¿Llevas tiempo pensando que tienes que cambiar? ¿Qué tienes que
hacer algo? Sigues parado porque aunque sabes que tienes que moverte no sabes
hacia dónde ir. Ponte en marcha e irás haciendo camino y desde nuevos altos
podrás ir decidiendo según avanzas. Decía Antonio Machado “caminante no hay
camino, se hace camino al andar”
Hay que levantar
la barrera de la pereza, que no nos deja ponernos en marcha; vencer la primera
ley de la inercia, que dice que cuando un cuerpo está en reposo sigue en reposo
si no se ejerce ninguna fuerza sobre él. Una vez en marcha aprovechar esa misma
ley de la inercia para mantenernos en movimiento.
Si llevas
mucho tiempo parado o parada, sabiendo que tienes que ponerte en marcha,
levántate y anda, sal de tu tierra, de tu zona de confort, de tu entorno cómodo
y seguro y comienza la aventura. Y si tienes claro tu objetivo, persevera para
conseguirlo, no desfallezcas en los momentos malos, es una carrera de fondo, de
resistencia, en la que los momentos duros se pueden también disfrutar.
Me ha gustado mucho. Es así, hay que ponerse en marcha y paso a paso vas haciendo que tu camino cobre sentido
ResponderEliminarSi no os importa, os añado en los links de mi blog http://biodescodificacionoriginal.blogspot.com.es/
ResponderEliminarMuchas gracias!
Ángeles.
Y felicidades por el post!
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