martes, 20 de septiembre de 2022

El cuerpo me avisa, toca parar

Solía vivir desconectado del cuerpo, con la creencia de que si quieres puedes, de que siempre se puede hacer un poco más. Esas creencias me han ayudado a conseguir muchas cosas, a hacer mucho. Podía pasar sin parar a comer, con poco dormir y con jornadas maratonianas.

Al llegar las vacaciones, no se si por la ausencia de adrenalina o porque el cuerpo se daba cuenta de que tocaba descansar, me ponía enfermo, para que no se me ocurriese ponerme a hacer más cosas. Descanso obligado.

Voy aprendiendo a escuchar el cuerpo, a darme cuenta de que estoy cansado, de que llevo demasiadas cosas y de que no puedo con todo. Se me está quitando el complejo de Superman. Aunque todavía me cuesta reconocer algo tan obvio, no puedo con todo.

El cuerpo me está avisando ahora, estoy cansado, casi agotado, ya he sobrepasado el límite, toca descansar, toca soltar cosas, liberarme de compromisos.

Voy a empezar por el blog. Este año me había propuesto escribir una entrada a la semana, no voy mal, llevo 37 y con esta 38, sobre lo previsto. Había planificado una entrada todos los domingos y si por cualquier cosa fallaba, escribir a lo largo de la semana.

Pues igual que me comprometí, me libero de ese compromiso. Como los planes son míos, los puedo cambiar cuando quiera, no están escritos en piedra.

Cuando doy un curso de gestión del tiempo suelo encontrar gente resistente a la planificación ¿Para qué planificarse si no voy a cumplir? O ¿Para qué planificarse si luego me estresa? Los planes se hacen como orientación y se pueden cambiar.

Los planes se hacen en unas circunstancias, y cuando las circunstancias cambian, lo lógico es cambiar los planes. Si los planes son tuyos los puedes cambiar cuando quieras.

De hecho, soy libre de hacer lo que quiera, siempre y cuando acepte las consecuencias. Igual que tu eres libre, hasta puedes no ir a trabajar, siempre y cuando aceptes las consecuencias (ej. Un posible despido).

Estoy leyendo el libro de Pau Donés, “50 palos… y sigo soñando”, me está encantando. Para la entrada de hoy tomo prestada una idea copiada del libro “Voy a dedicarme solo a cosas que considere que valen la pena, a cosas que me gusten. No malgastar la vida en gilipolleces”.

Añadiría, “estoy mayor para tonterías”. No se a partir de que edad se puede empezar a utilizar esa frase, por mi parte creo que ya soy suficientemente mayor y tú también, independientemente de la edad que tengas.

Así que voy a aplicar un poco de eso de hacer lo que me de la gana, lo que me apetezca y quitarme la obligación de escribir una entrada cada semana. Igual sin la obligación hasta escribo más, quién sabe. Me guiará la inspiración en lugar de la obligación.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo...

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  2. Todo tiene un porqué, a veces parar hace que podamos continuar desde otro punto diferente... Parar sin parar a detenerse tampoco!!! 👍

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