domingo, 3 de septiembre de 2023

La importancia de los comienzos

Esta mañana al levantarme tenía muy claro que es lo que quería hacer. Aun teniéndolo claro, a veces me despisto. He encendido el móvil, he pasado por el Whatsapp y sin darme cuenta estaba jugando, no he podido resistir el impulso.

Bueno, “serán cinco minutos” me he dicho. Es increíble la capacidad de autoengaño que tengo, supongo que todos tenemos. Me he enganchado con un juego bastante simple, que hasta me da vergüenza y ha pasado una hora y cuarto.

Después me he entretenido con otras cosas, al fin y al cabo, es domingo. Para cuando he puesto conciencia, había pasado bastante más tiempo. No pasa nada, siento una pequeña sensación de culpa, me digo “¡Otra vez!” y puedo hasta enfadarme un poco conmigo mismo. Nada de esto ayuda, lo que quería que estuviese hecho no se ha hecho solo ¡Vaya sorpresa! Las cosas avanzan si las dedicamos tiempo.

Afortunadamente, me he recuperado y ahora estoy escribiendo este post. Aunque debería estar revisando un artículo, que me cuesta más, y después escribir el post. Creo que esto me ayudará a coger impulso y continuar. Otra forma de autoengaño, siento que hago algo que tengo que hacer evitando lo importante, que me cuesta. Al menos no sigo entretenido con el móvil, un gran ladrón de tiempo.

Es clave como empezamos el día, la jornada de trabajo, la semana o el curso. Si nos despistamos al empezar podemos tardar en recuperar la concentración y la dedicación a aquello en lo que queremos avanzar.

Tener claro que queremos hacer y conseguir, aunque no siempre esto es suficiente. Mantener la atención, darnos cuenta si nos desviamos. Poder recuperar el foco en lo que queremos hacer y empezar.

Si lo posponemos, si nos resistimos, es posible que después sea más difícil ponernos. La resistencia va creciendo hasta que nos ponemos y una vez que nos ponemos la resistencia disminuye y es más fácil continuar.

“Si vences la resistencia inicial después todo es más fácil”

Superar la barrera de la pereza, especialmente al comenzar el día, la semana, el año o el curso. La primera ley de la inercia dice que “un cuerpo en reposo permanecerá en reposo a no ser que se le aplique una fuerza”, no nos pondremos en marcha a no ser que venzamos la inercia inicial (la pereza). Una vez en marcha es solo continuar, también la primera ley dice que un cuerpo en movimiento sigue ese mismo movimiento a no ser que se le aplique una fuerza.

Hay caminos que nos llevan a buenos sitios, aunque cueste recorrerlos. Normalmente sabemos cuales son los caminos, sabemos como conseguir los resultados que queremos, que debemos hacer, aunque a veces cueste.

Si empiezas es posible que acabes e incluso que generes buenos hábitos. Te invito a reflexionar sobre ¿Cuál es un buen comienzo para tu día? ¿Cuál es un buen comienzo para la vuelta de vacaciones?

Con un buen comienzo el resto del día es más fácil. Cada día es un nuevo comienzo. Momento de parar y dejarse sentir que comienzo nos va bien, cómo me gustaría empezar el día y qué es lo que me va a sentar bien haber hecho al final del día.


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