Me he propuesto escribir una entrada a la semana en el blog, al menos hasta final de año. Como lo mejor para hacer algo, con menos esfuerzo, gastando menos fuerza de voluntad, es construir un hábito, pues me había planteado establecer la rutina de escribir los domingos por la mañana.
Ayer
fallé, el fin de semana fue diferente, me fui a Madrid, no estaba en mi entorno
habitual y decidí no llevar el ordenador ni buscar donde escribir. Era un fallo
casi planificado, tenía otras cosas prioritarias.
También
es cierto que podría haberlo escrito antes y que se publicase el domingo, pero
el lío de la semana me llevo a no hacerlo antes.
¿Y
ahora qué? Nos puede pasar lo mismo cuando nos planteamos que para hacer ejercicio
vamos a ir los martes y jueves, por la tarde, según salimos de trabajar, al
gimnasio. Llega el martes y algo se nos cruza, con fallar un par de martes, se
pierde la rutina, el hábito y se abandona. Faltar es lo que se convierte en
rutinario y no el ir.
Una
receta sencilla para solucionar el tema es decidir por anticipado que vamos a
hacer si fallamos con nuestro compromiso con nosotros mismos. En mi caso, si no
escribo el domingo voy a escribir el lunes (como estoy haciendo ahora). En el
caso del gimnasio me puedo plantear que si no voy el martes recuperaré el miércoles
(o el sábado si no quiero hacer dos días seguidos).
Es tan
sencillo como decir, “si no cumplo…, lo que prometo entonces es…”.
Comprometerse por anticipado en caso de fallar. Nos ayudará a mantener y seguir
desarrollando el hábito. El fallo forma parte del proceso, en lugar de
castigarnos y recriminarnos por lo que no hemos hecho, mirar hacia delante y
buscar la solución.
¿Quieres
ganar en autoestima y autoconfianza? La confianza se la gana aquel que hace lo
que dice que va a hacer. Para ganar confianza conmigo mismo, autoconfianza, la
clave es hacer lo que me digo que voy a hacer. Comprometerme y cumplir.
Lo
mismo si nos hemos comprometido con otros, tratar de no fallar y en caso de
fallo buscar enmendar lo no cumplido. Disculparnos y buscar alternativas, mirar
al futuro en lugar de quedarnos atrapados en el fallo.
La
compasión con uno mismo, castigarnos menos por no cumplir, ayuda a la
resiliencia, salir adelante asumiendo las consecuencias. Permite reconocer
nuestro fallo y buscar compensar, hacer algo cuando fallamos. Planifica que vas
a hacer cuando te falle el hábito o la fuerza de voluntad. El único que no falla es aquel que no se compromete a nada.
Respeto por su compromiso de crear contenidos educativos e inspiradores.
ResponderEliminarGracias
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