¿Has tenido la sensación de ir demasiado rápido en el coche? Puede que el coche vibre, que parezca que un golpe de viento te puede mover… Si tienes la sensación de ir demasiado rápido es posible que sea así, que vayas demasiado rápido y la probabilidad de accidente sea más alta.
Esa
velocidad no es la misma para todos, ni para cada uno en distintos momentos.
Depende de muchos factores:
- El entorno: condiciones del tráfico, de la carretera, climatología, visibilidad, etc.
- Del vehículo: no es lo mismo un coche que otro, su estado de conservación, etc.
- Del conductor: con más o menos experiencia, cansancio, nivel de atención, etc.
La
velocidad, el ritmo adecuado será distinto en cada situación, para cada uno, en
cada momento.
Pasa
lo mismo con la vida, si tienes la sensación de que vas demasiado rápido, es
posible que así sea. Demasiado rápido no te da tiempo a ver por donde vas, te
pierdes la vida, no te da tiempo a saborearla. Es como comer a toda velocidad,
no das tiempo a saborear lo que comes.
No se puede hacer crecer más rápido una planta tirando de ella |
Demasiado
rápido dejas de disfrutar de actividades, haceres, que antes disfrutabas y
ahora haces por inercia (te sientes obligado por la costumbre, sin saber por
qué). No te pierdas el disfrutar del camino.
Respetar
los ritmos, respetar tus ritmos, la velocidad que te conviene. Todo en la
naturaleza tiene ritmos. En invierno la naturaleza para, las hojas se caen,
todo descansa, para brotar con fuerza en primavera. El día y la noche marcan
otros ritmos, nosotros regulados por los ritmos circadianos (cerca de un día),
dormimos por la noche (si podemos) para tener energía al día siguiente.
Equilibrio entre el descanso y la acción. Si estás todo el día sin parar tienes
un problema, si no tienes estaciones de descanso tienes un problema y las
consecuencias te vendrán, cuando menos conviene.
No
puedes hacer crecer una planta más rápido tirando de ella, la acabas
arrancando. Tienes que respetar su ritmo de crecimiento. Lo único que puedes
hacer es preparar la tierra, regar cuando conviene, estar atento a facilitar su
crecimiento y tener paciencia, su desarrollo llegará, cuando toca.
Así
tenemos también que respetar nuestro ritmo, no tirar demasiado de nosotros
mismos, o acabaremos como juguetes rotos. Si no sabes frenar a tiempo tendrás que sufrir las consecuencias.
Si
vamos con otros, respetar sus ritmos. Cada uno tiene el suyo, acompañados nos
solemos adaptar a un caminar más rápido o más lento. El grupo nos ayuda a encontrar
un buen ritmo si sabemos escuchar. Si el ritmo de ese grupo no es el tuyo,
quizá toca cambiar de grupo.
Escuchar
los ritmos, sentir los ritmos, el tuyo y el de los que te acompañan. Encontrar
el ritmo adecuado, la velocidad adecuada, para cada entorno y para cada uno
¿Cuál es tu ritmo? ¿Estás yendo demasiado rápido?
Si
llevas demasiado tiempo, yendo demasiado rápido, es tiempo de parar.
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