No sé
si te pasa, pero a veces, cuando tienes demasiadas cosas que hacer no sabes por
dónde empezar. Quieres hacerlo todo y no sabes cómo organizarlo ¡Menudo agobio!
Ante
el agobio, para salir de la ansiedad, puede que busques vías de escape. Puede
que te dé por navegar por internet, consultar las redes sociales, ponerte con
los videojuegos o ver un capítulo de una serie. En cualquiera de estas actividades
te puedes enganchar, lo que era un capítulo se convierte en tres y para cuando
te das cuenta han pasado tres horas. A pesar de todo lo que tienes/quieres
hacer, te has perdido en lo que no tienes ni querías hacer, te has anestesiado
con cualquier cosa.
Lo pendiente
te sigue esperando, lo que tienes/quieres hacer no ha desaparecido. De hecho,
no suele desaparecer. El nivel de agobio crece y a veces te empuja a la acción,
una acción heroica si todavía da tiempo o si no estás demasiado cansado para
ponerte. Además, menudo cargo de conciencia.
Otra forma
de entretenerte puede ser sobreplanificar. Pongo el prefijo sobre para dejar
claro que es planificar demasiado. Planificar es una buena herramienta, si no
nos entretenemos demasiado con ella. A veces el orden no es tan importante, lo
que cuenta es ir haciendo.
Demasiadas cosas pendientes ¿Con qué te entretienes? |
Puede,
que a pesar del agobio, sí tengamos el tiempo necesario para hacer lo pendiente.
Pues, si tenemos tiempo para hacerlo
todo, lo mejor que podemos hacer, con una breve planificación, es ponernos
e ir sacando cosas adelante. Ir acabando cosas, cuando lo que me agobia son
todos los pendientes, es lo que a mí me deja tranquilo.
Empezar
por el principio y seguir avanzando, no perdernos demasiado en fijar el orden
de prioridad, no siempre es tan importante, lo que cuenta es ir haciendo para terminar
lo que tenemos previsto.
Si lo
que tienes/quieres hacer es demasiado para el tiempo del que dispones… ¡Tachán!
La clave es la palabra demasiado. Si
son demasiadas cosas que hacer, es porque no dispones del recurso tiempo
suficiente para hacerlas todas. Debes dejar algunas sin hacer, mejor que escojas
tú que vas a dejar sin hacer a que se quede lo realmente importante sin hacer.
Así
que para salir del atolladero te aconsejaría, de forma rápida, sin engancharte
en la planificación, decidir que es lo que no merece la pena hacer para
olvidarlo directamente (la forma más rápido de tachar tareas). Como segundo
paso, ver quien te puede echar una mano, delegar aquellas cosas que puedes encargar
a otra persona, incluso pagando por ello (a veces pagar es lo más barato).
Finalmente decidir el orden del resto y empezar a caminar, empezar a hacer.
La
planificación no tiene porque llevar más de 15 minutos para aportarte mayor
claridad. Demasiadas cosas que hacer nos atascan, con tanto entre manos no
sabes por donde empezar y puede que te pares.
La matriz de Eisenhower, Nacho.
ResponderEliminarGracias Antonio, ¡¡¡Qué importante saber que es lo IMPORTANTE!!!
EliminarTienes mucha razón. Gracias por tu reflexión
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