martes, 23 de enero de 2024

Demasiadas cosas pendientes: despistarte, entretenerte sobreplanificando, hacer

No sé si te pasa, pero a veces, cuando tienes demasiadas cosas que hacer no sabes por dónde empezar. Quieres hacerlo todo y no sabes cómo organizarlo ¡Menudo agobio!

Ante el agobio, para salir de la ansiedad, puede que busques vías de escape. Puede que te dé por navegar por internet, consultar las redes sociales, ponerte con los videojuegos o ver un capítulo de una serie. En cualquiera de estas actividades te puedes enganchar, lo que era un capítulo se convierte en tres y para cuando te das cuenta han pasado tres horas. A pesar de todo lo que tienes/quieres hacer, te has perdido en lo que no tienes ni querías hacer, te has anestesiado con cualquier cosa.

Lo pendiente te sigue esperando, lo que tienes/quieres hacer no ha desaparecido. De hecho, no suele desaparecer. El nivel de agobio crece y a veces te empuja a la acción, una acción heroica si todavía da tiempo o si no estás demasiado cansado para ponerte. Además, menudo cargo de conciencia.

Otra forma de entretenerte puede ser sobreplanificar. Pongo el prefijo sobre para dejar claro que es planificar demasiado. Planificar es una buena herramienta, si no nos entretenemos demasiado con ella. A veces el orden no es tan importante, lo que cuenta es ir haciendo.

Demasiadas cosas pendientes ¿Con qué te entretienes?

Puede, que a pesar del agobio, sí tengamos el tiempo necesario para hacer lo pendiente. Pues, si tenemos tiempo para hacerlo todo, lo mejor que podemos hacer, con una breve planificación, es ponernos e ir sacando cosas adelante. Ir acabando cosas, cuando lo que me agobia son todos los pendientes, es lo que a mí me deja tranquilo.

Empezar por el principio y seguir avanzando, no perdernos demasiado en fijar el orden de prioridad, no siempre es tan importante, lo que cuenta es ir haciendo para terminar lo que tenemos previsto.

Si lo que tienes/quieres hacer es demasiado para el tiempo del que dispones… ¡Tachán! La clave es la palabra demasiado. Si son demasiadas cosas que hacer, es porque no dispones del recurso tiempo suficiente para hacerlas todas. Debes dejar algunas sin hacer, mejor que escojas tú que vas a dejar sin hacer a que se quede lo realmente importante sin hacer.

Así que para salir del atolladero te aconsejaría, de forma rápida, sin engancharte en la planificación, decidir que es lo que no merece la pena hacer para olvidarlo directamente (la forma más rápido de tachar tareas). Como segundo paso, ver quien te puede echar una mano, delegar aquellas cosas que puedes encargar a otra persona, incluso pagando por ello (a veces pagar es lo más barato). Finalmente decidir el orden del resto y empezar a caminar, empezar a hacer.

La planificación no tiene porque llevar más de 15 minutos para aportarte mayor claridad. Demasiadas cosas que hacer nos atascan, con tanto entre manos no sabes por donde empezar y puede que te pares.

Si estás con demasiadas cosas encima, ahora toca salir del atasco (corto plazo). Si te pasa con frecuencia, mira a ver de donde te llega tanta actividad, tanto compromiso. El sobrecompromiso lleva al agobio. Poner las medidas para que no lleguen a ser demasiadas cosas te dejará avanzar con mayor tranquilidad (Nadie ha dicho que esto sea fácil; decir no a los demás y a uno mismo no siempre es fácil).

3 comentarios: