En las
noticias, decían que las canciones eran cada vez más cortas. Si no enganchan
desde el principio, se abandonan, no se espera si se inician con un
instrumental largo y el estribillo debe estar al principio.
Esto
también pasa con los textos, si no enganchan desde el principio, se abandonan,
los abandonamos. Algunos, antes de leer esta entrada del blog, habréis mirado
el tiempo que se tarda en leer, si es demasiado larga, muchos la desechan (algunas
redes sociales estiman el tiempo de lectura).
Hasta
los vídeos que son de más de un minuto parecen demasiado largos. Han triunfado
plataformas con contenidos cortos, donde se limitaba la duración de los vídeos,
como TikTok. Aunque después se ha ampliado la duración permitida, siguen arrasando
los vídeos cortos, que generan una gran adicción.
Twitter
limitaba inicialmente las entradas a 140 caracteres, aunque después lo ha ido
ampliando (Los usuarios de pago pueden escribir muchos más). Lo cierto es que
demasiado texto espanta lectores.
Lo
corto, lo rápido, es el nuevo mantra. Consumimos contenido sin integrarlo. Entra
por un oído y sale por el otro, no queda nada. Simplemente nos distraemos, nos
entretenemos y acabamos cansados de tanto estímulo. La lectura apresurada se
convierte en superficial.
También
triunfa la comida rápida, el aprenda un idioma en 7 días, baje peso rápidamente…
¿Te conviene ir tan rápido? ¿Te sienta bien? ¿Hay otra manera de vivir?
Invadidos por la prisa. Corriendo sin saber a donde vamos. |
Dar el
tiempo adecuado a las conversaciones, a desarrollar una relación, a las
comidas. Disfrutar de un buen libro, aunque tenga más de 140 caracteres. Dar el
tiempo a que la historia se desarrolle en una película de hace 30, 40 o más
años (ahora nos parecen lentas).
En un
tiempo de cambio como el de ahora, parece que hay que ir deprisa. Sin embargo,
a través de la lentitud, entendemos el cambio, el entorno, la novedad,
integramos lo nuevo, evolucionamos y nos adaptamos mejor.
Puedes
escuchar a Carl Honore en la entrevista de BBVA Aprendemos juntos pulsando aquí (1 hora y 10 minutos). Si no tienes tiempo, si tienes prisa, puedes
escuchar el tráiler en este otro enlace (4 minutos y 26 segundos).
Las
grandes damnificadas de la prisa son las relaciones, especialmente con los de
cerca. La comunicación se hace superficial, nos perdemos la conexión profunda.
No me alargo, quiero que llegues al final y te tomes el tiempo para integrar lo leído, hacerlo tuyo ¿Cómo quieres vivir? A veces vamos tan rápido que nos perdemos la vida.
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