domingo, 13 de marzo de 2022

Crear tu suerte, lograr lo que quieres

Cuantas veces hemos oído “He suspendido el examen porque he tenido mala suerte” o “porque he tenido un fallo tonto” o “porque no he tenido suficiente tiempo para prepararlo”.

Hay una frase que se atribuye a numerosos deportistas que dice “cuanto más entreno, más suerte tengo”. Parece que la suerte se consigue entrenando, preparándote.

En ocasiones se va posponiendo la hora de ponerse a estudiar, con la sensación que todavía queda mucho tiempo. El tiempo pasa, el examen se acerca y ya, cuando no queda otra opción para evitar el desastre, comienza el estudio.

El famoso dejar para luego, posponer, procrastinar. Mucho más fácil ahora encontrar entretenimientos, en el móvil, internet, la televisión o la nevera. Hasta que encuentras la fuerza de voluntad o la motivación para empezar.

El motivo aparente es que ya no hay otra opción, o te pones o el fracaso está garantizado. Con tan poco tiempo, si suspendes, ya no es que seas torpe, es que no empezaste a tiempo, salvas tu autoimagen, tu sensación de capacidad. Algo sales ganando cuando pospones.

Los resultados no se dan por casualidad, se dan por causalidad. Una pequeña variación entre las letras “s” y “u” que supone una gran diferencia. Los resultados, la buena o mala suerte, se da por lo que hacemos, por cómo nos preparamos.

Lo explica bien el libro de Alex Rovira y Fernando Trías de Bes “La buena suerte”. Hay que preparar las circunstancias para que se de la buena suerte. Hay que preparar el terreno, sembrar y cuidar lo sembrado para poder recoger. Para poder tener suerte en la cosecha. El libro lo puedes leer en poco más de una hora.

Si estudias, sueles tener suerte en los exámenes (mucho más difícil si no estudias). Generas la base de conocimiento para seguir aprendiendo, es más fácil aprender a multiplicar cuando sabes sumar. Además, adquieres el hábito de estudio, lo que consolida tu buena suerte.

¿Qué hábitos te llevaran a la suerte que quieres?

Decía Pablo Picasso “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”. Cuando la oportunidad llegue, que te encuentre preparado, podrás decir ¡Qué suerte que llego esa oportunidad! Si no te preparas dirás, ¡qué mala suerte que llega esta oportunidad cuando no estoy preparado!

La suerte la creas, con tus acciones de hoy creas tus resultados de mañana. Con un resultado positivo es más fácil el siguiente, es más fácil ir encadenándolos.

Lo que he escrito es de sentido común, nada difícil de entender. Aunque no es práctica común.

Si no obtienes resultados, en lugar de quejarte y echar balones fuera, para, observa, reflexiona y decide que puedes hacer para mejorarlos, que puedes hacer para aumentar tus probabilidades de suerte.

Si sigues haciendo lo mismo seguirás obteniendo lo mismo. Si quieres cambiar tus resultados, cambia lo que haces.

Lo que hemos contado para los exámenes sirve también para los proyectos que tengamos entre manos. Incluso para aquellos que tenemos aparcados. Decide por donde empezar y ponte a ello.

Eres responsable de tu suerte, aunque a veces también se dan casualidades.

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