miércoles, 10 de abril de 2024

Construir autoestima y autoconfianza

Ya llevo tres días de retraso, hoy es miércoles y el plan/compromiso era escribir una entrada en el blog los domingos. Ese compromiso tenía opción, si no lo escribía el domingo, hacerlo a lo largo de la semana. A veces los domingos se complican, así que aquí estoy.

Si no lo escribo probablemente la mayoría ni lo notéis, estáis demasiado ocupados con vuestras cosas como para prestar demasiada atención a un texto más. El que más lo iba a notar iba a ser yo.

Cuando alguien me dice que va a hacer algo y no lo hace pierde mi confianza. La gana cuando hace lo que dice, cuando es coherente. Además, gana mi estima y admiración. No todo el mundo es capaz de hacer lo que dice, algunas veces porque mienten y las más de las veces porque se despistan.

Pues lo mismo sucede conmigo mismo. Si cumplo lo que digo que voy a hacer, gano en autoconfianza, gano en autoestima. Cuando no cumplo con mi plan, la autoconfianza y la autoestima bajan.

La autoconfianza y la autoestima dan felicidad

Me he encontrado gente que no quiere hacer planes porque está convencida de que es incapaz de cumplirlo. De tanto no cumplir tienen la autoestima dañada y no la quieren dañar más. Es posible que tiendan a ser demasiado ambiciosos en el plan, metiendo demasiadas cosas. No cumplir con nosotros mismos nos hace daño. Lo primero, aprender a planificar adecuadamente.

Por mi parte trato de seguir el plan, si está bien hecho me pone las cosas más fáciles. También soy flexible cuando aparecen nuevas realidades, a veces es bueno cambiar el plan, no está escrito en piedra (mejor usar un lápiz para poder replanificar).

Además, cuando cumplo con el plan, cuando consigo el objetivo, eso me da un chute de energía y me ayuda para el siguiente plan, para el siguiente objetivo. Si me fallo a mi mismo, si me decepciono, pierdo energía.

Los ejemplos son múltiples. Ayer quería hacer bicicleta estática, ese era el plan. Estaba cansado, me daba mucha pereza y tenía a mi lado a mi hijo Juan, que ya es un experto en gestión del tiempo (sabe mucho, aunque aplica menos). El caso es que Juan me aconsejaba dejarlo, tampoco era tan importante.

Escuchar a Juan me ayudo a ponerme. No solo por mi autoconfianza, también por él. Quería que viese que, aunque a veces nos cuesta hacer lo que nos conviene, conviene hacerlo, porque nos conviene. Repito lo de conviene varias veces para que quede claro.

Así que conseguí hacer bicicleta, aunque deje la entrada del blog para hoy. Espero que algún día que Juan tenga pereza pueda encontrarse con estas líneas y vencer la barrera de la pereza, haciendo lo que le conviene.

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