Jorge
me dice que le cuesta cambiar de estado. Por las mañanas le cuesta levantarse y
por las noches le cuesta irse a la cama. Adela me contaba que la cuesta el
cambio, cerrar un tema para ponerse con el siguiente. Hay veces que se entretiene
más de la cuenta con lo que tiene entre manos, posponiendo lo que sigue.
Por mi
parte, hay veces que acabo una cosa y para cuando me quiero poner con la
siguiente pasa media hora. Tiempo de cambio, tiempo para cambiar de una
actividad a otra.
Raquel
comentaba que no la molestaban demasiado las interrupciones porque era capaz de
volver rápidamente a concentrarse en lo que tenía entre manos. A otros puede
llevarles 15 minutos volver al punto en el que estaban tras una interrupción de
2 minutos. En este caso el tiempo de recuperación nos perjudica bastante más
que la interrupción.
Es
bastante común tener dificultades para empezar algo nuevo después de terminar
una tarea o tardar en recuperarse de una interrupción.
Cambiar
de tarea supone parar para volver a ponerse en marcha. Al parar nos podemos
distraer con cualquier cosa, especialmente si no tenemos claro lo que vamos a
hacer a continuación. No tener claro el siguiente paso puede generar indecisión.
Tener
claro el objetivo nos ayuda a recomenzar con lo siguiente una vez que cerramos
algo. Aunque a veces no es suficiente. Tener caso el siguiente paso, la
siguiente acción concreta, puede ayudarnos a ponernos en marcha.
Escribir
la primera línea puede ser el disparador para hacer el informe. Lo mismo que
ponerse las zapatillas y salir a la calle es la primera acción para ir a
correr. Así que, si sientes que te atascas entre dos acciones, prueba a tener
claro la siguiente pequeña acción concreta que comienza la siguiente tarea, dar
el primer paso ayuda a dar los siguientes.
No te
quedes enganchado en los descansos. En tiempos de estudiante, descansaba entre
una asignatura y otra, entre un tema y otro. A veces los descansos eran
demasiado largos, tan largos que no quedaba tiempo para ponerse.
Si no
empiezas no acabas. Cuanto más tardes en ponerte, más tardarás en terminar. En
ocasiones empezar es lo más difícil. Cuidado no te suponga media hora empezar a
hacer algo que te lleva cinco minutos.
Para
superar el tiempo de transición que se extiende, es útil establecer rutinas,
planificar con anticipación y dividir las tareas en pasos más pequeños y
manejables. Puede ayudar a iniciar nuevas tareas, incluso cuando no te sientas
completamente motivado.
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