lunes, 4 de marzo de 2024

Posponer tiene sus ventajas y grandes inconvenientes

Este fin de semana he estado en un taller donde el tiempo pasaba sin darte cuenta. Sin reloj en la muñeca, el tiempo se desliza mientras estás absorto en lo que te interesa. Tiempo vivido y aprovechado en lo importante. Lo que Csíkszentmihályi define como tiempo de flujo (Flow), donde estás sin esfuerzo y los frutos son abundantes.

Hay otro tiempo, que también pasa rápido, no tan aprovechado, donde nos despistamos con cualquier cosa. Cuando tenemos pendiente un proyecto que no nos apetece, tendemos a ocuparnos con cualquier otra cosa, despistando la atención de lo que nos “convendría” hacer.

Ayer hablaba de esto con una compañera del taller, que se proponía, creo que no por primera vez, hacer con más tiempo, ponerse antes, con los proyectos e informes que tiene que entregar (como cuando decides que para el próximo examen te pones con más tiempo).

Yo me incluyo, con tantas personas en humanidad compartida, entre los que vamos dejando para después. Muchas veces no nos ponemos hasta que la amenaza de no hacerlo supera la fuerza de la pereza. Cuando estamos con el agua al cuello reaccionamos, seguimos nadando esforzadamente, hasta llegar a la orilla, cumpliendo con el plazo a duras penas. En parte satisfechos porque lo hemos conseguido y en parte decepcionados porque podríamos haberlo hecho mejor, además de estar agotados.

Se me ocurren, al menos, dos motivos para seguir procrastinando, para seguir posponiendo hasta el último momento:

  • La premura hace que te centres en lo importante: este es el famoso “trabajo mejor bajo presión”. Que es más una justificación que una realidad. Con tiempo el trabajo se hace mejor, con prisa es fácil que te dejes cosas importantes. Si lo que te pasa es que te despistas con una mosca, mejor atacar el problema, aprender a dirigir la atención, sin necesidad de una presión extra. Tu cuerpo te agradecerá una menor presión, sin estrés sufre menos.
  • Salva tu prestigio: ante el miedo de no ser capaz, de no ser suficiente, de no saber o la posibilidad de hacer un mal trabajo, el posponer te da la justificación perfecta “No es que no sepa, es que no he tenido tiempo”. No soy torpe, simplemente me despisto. Quizá sea mejor salvar tu prestigio porque te pones a tiempo y con tiempo, lo que casi seguro resultará en un mejor trabajo (y repito, con menos estrés).

Imagen de la TED Talk de Tim Urban "Inside the mind of a master procrastinator" (merece la pena verla; ¿Cómo controlar al mono de la gratificación instantanea?)
Como soy un procrastinador profesional, he pospuesto muchas veces y de vez en cuando lo sigo haciendo, me planteo y os planteo algunas nuevas aproximaciones:

  • Lo primero es ver si lo que estoy posponiendo es realmente importante. A veces pospongo porque lo tendría que hacer otro o porque no es importante. Si es el caso, solucionado, lo tacho directamente de la lista. Pero si es importante, decido hacerlo.
  • Si decido hacerlo, ya no es algo que se me impone desde fuera, es algo que yo decido. Así que toca reservar un hueco para ello como si ese hueco fuese sagrado, solo temas graves me sacarán de ahí.
  • Cuando llega el momento, cuesta ponerse, es difícil empezar, hay que superar la barrera de la pereza. Por fortuna, en muchas ocasiones, la pereza se esfuma a los cinco minutos. Así que, el mejor consejo, empieza y vamos viendo.
  • La atención se dispersa, es fácil irse detrás de cualquier mosca. La técnica Pomodoro puede ayudarte a perseverar y mantener la atención.
  • Finalmente celebrar el llegar a la meta, celebrar que lo he conseguido con tiempo.

Empezar con tiempo ayuda a gestionar los imprevistos que pueden surgir, disminuye el riesgo de hacerlo de manera insuficiente, aunque incrementa el riesgo de que te despistes con cualquier cosa. Ataca el problema de raíz, cuida tu atención y ella te cuidará a ti.

Posdata: El perfeccionismo nos lleva a procrastinar por miedo a no hacerlo perfecto.

Posdata 2: Una autoexigencia desmesurada puede hacernos pensar que procrastinamos cuando lo que necesitamos es descansar. No es posible hacerlo todo y no es fácil darte cuenta de cuando haces suficiente.

4 comentarios:

  1. Aquí una procastinadora extrema, hasta de las cosas q sí quiere hacer... El caso a veces es no hacer lo q toca. Creo q en ocasiones también temas inconscientes son clave, pero en cualquier caso cuidar la atención es fundamental!! Gracias!!🤗

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    1. Gracias Adela por tu comentario ¿Por qué no hacemos lo que nos conviene? A veces también a mi me pasa, incluso si lo que me conviene es parar y no hacer

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  2. Hace poco leí no recuerdo donde algo similar, si la procrastinación puede venir de la falta de motivación la disciplina puede hacer recuperar el foco.
    Gracias por tus artículos.

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  3. Gracias David por tu comentario. La motivación, encontrar un motivo para la acción

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