miércoles, 24 de diciembre de 2014

Tiempo de Navidad

Navidad en el altiplano de Bolivia con Diego Pla (foto de Diego)
¡Feliz Navidad! ¡Feliz año 2015! ¡Cuántas veces oímos estas expresiones estos días! La Navidad es el tiempo en el que la luz vence a la oscuridad, al menos en el hemisferio norte los días empiezan a ser más largos unos días antes de la Navidad. Todos tenemos nuestras luces y sombras, este puede ser un buen momento para que nuestras luces venzan a nuestras sombras. ¿Cuáles son tus luces y tus sombras?

Soy profe y durante muchos años he preguntado a los alumnos si les gusta la Navidad, me sorprenden las respuestas y cada vez hay más alumnos a los que la Navidad no les entusiasma demasiado. A ti ¿Te gusta la Navidad? Depende de lo que signifique para cada uno, de cómo elijamos vivir la Navidad.

Puede ser una época de compromisos, tanto con conocidos, pseudoamigos y familia. Tenemos la obligación de disfrutar de las fiestas, ir a cenas y comidas varias, felicitar a todo el mundo y estar contentos aunque no apetezca. Si lo vivimos como una obligación es difícil disfrutar de ello, podemos escoger estar, tomárnoslo con más calma, establecer límites cuando no nos apetece estar o cuando nos apetece irnos y aprender a decir “NO” a lo que no queremos.

Es una época de consumo desmedido, desmedido con los regalos para mayores y pequeños, desmedidas las comidas, excesivas en muchos casos (¿cuántos kilos tienes previsto ganar estas Navidades?), desmedidos con el Whatsapp (¿Cuántos mensajes recibimos y enviamos?).

Vamos tan acelerados de fiesta en fiesta, de felicitación en felicitación que no nos da tiempo de conectar con la gente. Podemos escoger ir más despacio para ir más deprisa, acabo de aprender que con las personas despacio es deprisa y deprisa es despacio. No podemos vivir las relaciones con el reloj vigilando la velocidad.

Podemos escoger cómo vivir la Navidad, puede ser la fiesta del reencuentro con los seres queridos, el reencuentro con la familia, con los amigos; el momento ideal para llamar a los que echamos de menos. La fiesta para celebrar a las personas con las que compartimos el camino.

Seguro que alguna vez habéis pensado en comer unos huevos fritos con patatas en Noche Buena (Navidad, Noche Vieja o Año Nuevo; tanto da) ¿Por qué no probar a hacerlo? Los huevos deben de estar baratos en Navidad. Podemos elegir comer lo que queramos.

Podemos elegir vivir unas fiestas relajadas, tranquilas, sin prisas. Podemos descansar, hacer lo que no hacemos habitualmente. Podemos disfrutar, el disfrute es contagioso y ayudará a que disfruten los de alrededor. Podemos dejar los regalos para después si es que queremos regalar, encontraremos menos gente en las tiendas, iremos en rebajas  y nuestros amigos se encontraran con un regalo inesperado.

Si quieres vivir una Navidad diferente te animo a reflexionar, a elegir cómo quieres vivirla. Puedes encontrar algunas recomendaciones en el blog de Julia: Creatividad, consciencia, autenticidad y valentía, ilusión y emociones, presencia.


¿Qué significa la Navidad para ti? ¿Cómo quieres vivirla? No escogemos todo lo que nos pasa, elegimos como vivir lo que nos pasa.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Volver a nacer, vivir cada día

Ayer fue un gran día, tres amigas volvieron a nacer, venían de Madrid a Burgos y se cruzaron cuatro jabalíes por la autovía, no lograron esquivar a todos y os podéis imaginar el resultado. Afortunadamente parece que las tres están bien, para mí eso es volver a nacer. Me alegro de que sigan estando ahí, espero que por muchos años y que yo pueda verlo.

Yo volví a nacer el 14 de marzo de 2007, me salí de la autovía camino de Valladolid a Burgos, del coche me sacaron los bomberos (menudo trabajo el suyo, digno de reconocimiento) y supongo que me salve porque, como digo a mis hijas, tengo la cabeza dura.

Así quedo el coche el 14 de marzo de 2007

Es increíble la cantidad de cosas que se te pasan por la cabeza en poco tiempo, de lo que has vivido y de lo que crees que te queda por vivir. Los momentos son intensos y quedan grabados para siempre. Sientes qué es lo importante, lo vives. Por eso renaces renovado, aunque esa renovación se te olvida, vuelves a vivir en automático, si no te paras a pensar de vez en cuando.

Vivimos como si fuésemos inmortales, como si nos quedase muchísimo tiempo, muchos años. Vamos dejando cosas para el futuro, en el futuro ilusorio siempre vamos a tener más tiempo, podremos hacer lo que no podemos ahora ¿Tienes conversaciones importantes pendientes? ¿Qué es importante y dejas para más adelante?

¿Qué quieres hacer antes de morir? La artista Candy Chang inició un movimiento en Nueva Orleans: “Antes de morir quiero…” que ella misma explica en una TED Talk. Es importante el tiempo y son importantes las personas, cómo nos relacionamos con ellas. A veces la muerte nos pilla por sorpresa.

Todos nos sentimos jóvenes, incluso los ya jubilados. Oí a mi abuelo decir, “se ha muerto un chico del pueblo de al lado” y al preguntarle cuantos años tenía el chico dijo que 87, ¡¡un chaval!! Claro, mi abuelo ya era más mayor. Otra gran frase suya: “No quiero irme de aquí sin saber en que para todo esto”. Era un cachondo, en la lápida quería que pusiésemos “perdone que no me levante”

Hoy ha sido un buen día para ver la entrevista de Risto Mejide a María Belón, superviviente del tsunami de 2004. Una de estas tres afortunadas amigas me la envió por correo hace unos días y la tenía pendiente para más adelante. Hoy la he disfrutado.


¿Por qué nos preocupamos? ¿Qué es lo importante? ¿Cómo quieres vivir? No hay que tener una experiencia intensa para renacer, transformarse, cambiar si es que queremos cambiar. Vivamos hoy, vivamos cada día, porque no sabemos cuánto tiempo tenemos.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Momento de hacer

Tenemos dos modos, el visionario y el operario, el visionario nos dice hacia dónde y por dónde ir, el operario nos pone en marcha, nos hace avanzar en la dirección señalada.

El tiempo de parada, reflexión, pensar, viene bien al visionario, para determinar el objetivo y el camino. Séneca afirmaba “Ningún viento será bueno para quien no sabe a qué puerto se encamina”.

El operario sin el visionario, sin una ruta, hace como pollo sin cabeza, haciendo sin parar, sin avanzar. ¡Cuántos trabajan duro sin ir a ninguna parte! ¿Cuántas veces nos ha pasado a nosotros? Nos ponemos a hacer algo sin saber muy bien para qué.

Ahora bien, el visionario sin el operario es un soñador, alguien que construye castillos en su mente y nunca pone la primera piedra. Cuando trabajamos en equipo uno puede ser el visionario siempre y cuando otros hagan, cuando estamos con nosotros mismos tenemos las dos funciones, marcarnos el camino y andar ese camino.

Sin embargo demasiado tiempo como visionario nos atrapa, intentando vislumbrar un sendero que seguir, miramos y miramos sin conseguir ver, llegamos a la parálisis por el análisis. Hasta podemos llegar a justificar nuestro estancamiento porque no sabemos decidir hacia dónde ir.

Es como si perdidos en la montaña, desde donde estamos intentamos ver un camino y no lo conseguimos, seguimos mirando y a pesar de nuestra insistencia no encontramos respuesta. ¿Tendremos que cambiar nuestro punto de vista? Quizá debemos ponernos en marcha, subir a un alto y ver si desde allí vemos un camino (de entre los muchos que podemos tomar). 
Foto de David Rodríguez Martín - Peregrinos camino de Santiago
¿Llevas tiempo parado? ¿Llevas tiempo pensando que tienes que cambiar? ¿Qué tienes que hacer algo? Sigues parado porque aunque sabes que tienes que moverte no sabes hacia dónde ir. Ponte en marcha e irás haciendo camino y desde nuevos altos podrás ir decidiendo según avanzas. Decía Antonio Machado “caminante no hay camino, se hace camino al andar”

Hay que levantar la barrera de la pereza, que no nos deja ponernos en marcha; vencer la primera ley de la inercia, que dice que cuando un cuerpo está en reposo sigue en reposo si no se ejerce ninguna fuerza sobre él. Una vez en marcha aprovechar esa misma ley de la inercia para mantenernos en movimiento.


Si llevas mucho tiempo parado o parada, sabiendo que tienes que ponerte en marcha, levántate y anda, sal de tu tierra, de tu zona de confort, de tu entorno cómodo y seguro y comienza la aventura. Y si tienes claro tu objetivo, persevera para conseguirlo, no desfallezcas en los momentos malos, es una carrera de fondo, de resistencia, en la que los momentos duros se pueden también disfrutar.