domingo, 29 de mayo de 2016

Estar parado es distinto de estar quieto

El jueves pasado estuve hablando con dos personas del proyectoempleat en Burgos: Inés Álvarez (@inexplicable26) y Máximo Rondón (@MaximoRondonA), cargados de ideas y de ilusión, a pesar de las dificultades para encontrar empleo.

Me explicaron que es distinto estar parado, sin trabajo, que estar quieto, sin hacer nada y cómo desde el proyecto empleat están haciendo muchas cosas que podéis ver en su web, ayudando también a otros a encontrar un puesto de trabajo.
Logo proyecto empleat
Comparten en la red (Burgos con empleo) muchas de las ofertas de empleo de Burgos y provincia que se publican en distintos medios, diariamente, de lunes a jueves. Un gran trabajo que seguro puede ayudar a muchos.

Como parte del proyecto clarifican cuáles son sus objetivos, definen hacia dónde quieren ir, empezando por conocerse, saber qué es lo que les gusta y que se les da bien.

Como el objetivo suele estar relacionado con conseguir unos ingresos deben encontrar la intersección entre eso que les gusta y se les da bien con aquello que el entorno (el mercado) necesita, por lo que está dispuesto a pagar, ahí estará la oportunidad de trabajo.

Porque como comentábamos en nuestra charla, puedes pasarte años haciendo algo que se te da bien y te gusta, pero con lo que no consigues los ingresos necesarios para una vida independiente y auto-sostenida en el largo plazo. Definir claramente el propósito de lo que quieres conseguir hace que no des palos de ciego ni camines cómo un pollo sin cabeza, caminando sin avanzar en el camino que quieres andar.

Este es uno de los principios a aplicar para muchas cosas, también para encontrar empleo, por cuenta ajena o propia. El principio de detectar y cubrir las necesidades de los que nos rodean. El entorno necesita información y ellos la facilitan. La Ley de la reciprocidad facilitará que el entorno pueda devolver lo que ellos aportan y será más probable si se lo ponemos fácil ¿Cómo poner fácil que el entorno les retribuya por lo que aportan?

Para ponerlo fácil hay que hacer propuestas concretas. Estás propuestas pueden ser de venta: es más fácil que te compre un curso concreto, por ejemplo sobre cómo hablar en público, con unos contenidos concretos a que te compre formación de manera genérica. Pueden ser propuestas para proyectos concretos: por ejemplo colaboración para montar una feria de empleo o una petición para dar una charla a personas en situación de desempleo que les pueda ser útil sobre algo que conozca.

Puede ser que nos estemos quejando de que la gente no nos ayuda, para encontrar trabajo, en el trabajo que ya tenemos la suerte de tener o en casa en el cuidado de nuestros hijos o nuestros mayores, para hacer la comida... ¿Qué sucedería si en lugar de quejarnos hacemos fácil que nos puedan ayudar? Sobre todo en cosas que les supongan poco esfuerzo o incluso disfrute y que para nosotros puedan ser de gran ayuda ¿Qué tal si probamos a pedir ayuda? Algo que nos cuesta tanto tantas veces. De pedir ayuda ya hablamos en una entrada del blog anterior.

Una cosa que hacen muy bien en el proyecto empleat es trabajar en equipo,  ir bien acompañados, ya lo dice un proverbio de los indios americanos: “Si quieres ir rápido vete sólo, si quiere ir lejos vete acompañado”.

En resumen, para no estar quieto aunque estés parado, me quedo con estas reflexiones.
  1. Conocerte: saber que se te da bien y que te gusta hacer.
  2. Saber cómo eso puede aportar a los demás ¿Van a estar dispuestos a pagar por ello?
  3. Tener claros tus objetivos.
  4. Definir los pasos para alcanzarlos.
  5. Crear una red de personas de apoyo: ayudar a los demás en sus objetivos y facilitar que otros te ayuden. Propuestas concretas.
  6. Ir dando pasos que te acerquen al objetivo.

Mucha suerte a todos los que estáis en búsqueda de empleo y también os deseo constancia para ir dando los pasos necesarios en el camino.

jueves, 19 de mayo de 2016

La prisa en la comunicación lleva a la confusión y al conflicto

Los griegos distinguían entre Kairos y Chronos: Kairos es el tiempo adecuado u oportuno para que algo importante suceda y Chronos es la personificación del tiempo, el tiempo de reloj, el tiempo que pasa.

Cuando vamos a hablar con alguien con el reloj en la mano, porque tenemos cinco minutos, nos sentimos con prisa y en muchas ocasiones la comunicación no va bien.

Es distinto decir algo rápidamente a que el interlocutor lo escuche y lo comprenda. El teléfono estropeado es un juego infantil que pone de manifiesto la diferencia entre lo que se dice y lo que se escucha, mucho más complicado si además se busca la comprensión.

Ser rápido con las personas no siempre es eficiente, la prisa en la comunicación puede llevar al error, a la confusión, a la incomprensión y al conflicto. En muchos casos porque no nos tomamos el tiempo para escoger cómo decir las cosas, buscar el momento oportuno y en otras ocasiones porque la comunicación es breve en exceso.

Contar algo lleva un tiempo y si queremos que nos comprendan lleva más tiempo. Un buen paso es comprobar si nos hemos explicado bien para que nos entiendan, si han entendido lo que queríamos decir y si nosotros entendemos lo que nos quieren decir, no sólo las palabras, también los sentimientos y emociones que las acompañan. Comprender al otro, escuchar, lleva más atención que simplemente oír.
El conejo de Alicia en el país de las Maravillas - Siempre con prisa
Cómo vivimos en el mundo de la prisa ante cualquier comentario, pregunta, sentimos que debemos dar una respuesta inmediata y este sentimiento de prisa puede estar aumentado si la comunicación o el tema nos cabrea, contestamos desde el calentón, con los nervios a flor de piel y después nos arrepentimos.

No hace falta acabar hoy todas las discusiones, se pueden dejar para mañana, en ocasiones el tiempo hace su labor y los puntos de vista cambian de un día para otro, el nuestro o el de nuestro interlocutor. Hay gente que se lamenta de no tener la respuesta justa e inmediata, envidian a los que tienen una creatividad rápida, aunque a veces la mejor respuesta es la ausencia de respuesta, el estar callado. El tiempo puede hacer que la respuesta, la comunicación y la relación sean mejores en otro momento.

Sucede lo mismo con las decisiones precipitadas, fruto de la prisa y la comunicación precipitada. Cuando nos piden que decidamos algo parece que teníamos que haber decidido ayer. Quizá no haya que posponer todas las decisiones y paralizarnos con el análisis, aunque para las decisiones importantes es mejor el Kairos (tiempo oportuno) que el Chronos (tiempo de reloj y la prisa).

Siempre presionados por hacer algo, estar parado tiene mala prensa y no siempre es necesario ni conveniente estar haciendo. Cuando haces algo y te arrepientes echar marcha atrás puede ser costoso. La clave es el equilibrio entre hacer y no hacer, entre el pollo sin cabeza y la parálisis por el análisis.

Deja espacio, un tiempo, para que entre en juego la decisión consciente, darte cuenta de lo que estás sintiendo en la comunicación, en las decisiones, que emoción te despierta y que es lo que te está diciendo el cuerpo. Parar para después avanzar con mayor claridad.

domingo, 15 de mayo de 2016

Menos es más

Un amigo cura me dijo hace muchos años que los sermones tienen que ser como las minifaldas, cortos y que enseñen (¡todavía no entiendo porque se salió de cura!). Eso mismo se puede aplicar a los post en internet, las conversaciones, los discursos, las cartas, las clases…

Baltasar Gracián decía “Lo bueno si breve, dos veces bueno; y aun lo malo, si poco, no tan malo”. Así que la brevedad aporta.

Puede pasar que al querer contar demasiado al final no se entienda nada. No es tanto lo que escribes sino lo que sirve de lo escrito, lo mismo que cómo profesor no es tanto lo que enseñas sino lo que aprenden los estudiantes.
Foto de el arte de presentar - Menos es más
También aplica al hacer demasiado o al hacer muchas cosas. Haciendo tanto se pierde el foco y al final no se sabe ni para que se hace. Para hacer mejor las cosas deja de hacer tantas cosas.

Lo mejor predicar con el ejemplo, así que hoy la entrada del blog es breve ;-)

jueves, 5 de mayo de 2016

Cómo un malabarista con demasiadas pelotas en el aíre

Hoy me siento como un malabarista con demasiadas pelotas en el aíre, tantas que si no paro no se ni cuantas tengo.

Soy una persona que se ilusiona con facilidad, que enseguida me involucro en nuevos proyectos incluso sin haber concluido los anteriores. Si no pongo cierto cuidado enseguida me encuentro con demasiado, con demasiadas tareas y la agenda llena.

Una agenda llena que no permite la creatividad ni las soluciones innovadoras, que no permite la flexibilidad suficiente para experimentar y aprender por el camino. Que dificulta disfrutar de la experiencia.

¿Cuántas pelotas serías capaz de mantener en el aíre? Con una no hay problema, dos es sencillo, tres requiere haber aprendido, cuatro cierta práctica y a partir de cinco ser muy hábil.
Foto de Wikipedia - Malabarista
Pasa lo mismo con los proyectos o los objetivos que requieren dedicación. Gestionar tres requiere haber aprendido y a partir de cinco tener mucha práctica.

Recomiendo entre tres y cinco objetivos, proyectos principales, que puedas recordar con facilidad. Si tienes muchos más la mente se satura, saltando de uno a otro, para no avanzar en ninguno. En ocasiones puedes llegar a la parálisis hasta que decides por qué decantarte.

Cada uno, según su entrenamiento, podrá con más o menos pelotas, de vez en cuando puedes forzar un poco, aprender a bailar con más, aunque si sientes que tienes demasiadas, el sobreesfuerzo te llevará a que se caiga alguna, algún proyecto no saldrá adelante, perderás algún objetivo.

Así que si como yo estás con demasiadas pelotas en el aíre, te sugiero que frenes, vayas cogiendo alguna, decidas cual retirar, con cuidado para que no se caigan las importantes y dejes hueco para poder aplicar la creatividad y movimientos diferentes con las pelotas con las que sigues jugando.

Lourdes Rad (@lourradz) me ha enseñado una técnica de Mindfulness con sus siglas DROP: Detenerse, Respirar, Observar y Proseguir. En este caso, con demasiadas cosas, es una buena técnica, que nos ayuda a saber con qué proseguir aquí y ahora. En este momento solo podemos hacer una cosa, que no es poco (la multitarea no suele funcionar bien).


Si tienes demasiadas tareas, demasiados proyectos, demasiados compromisos, decide cual dejas, date permiso para parar, respirar, observar (decidir) y proseguir.