domingo, 24 de septiembre de 2023

Respetar tus límites, sentir tu cansancio

Supongo que a muchos os habrá pasado, llegan las vacaciones y de repente te llega la enfermedad, que te obliga a quedarte en la cama o recogido en casa. Tú soñando con las vacaciones, ese espacio para dejar las obligaciones aparcadas, hacer otras cosas que te apetecen y te ves “obligado” a descansar.

A veces estamos tan desconectados de nuestras propias necesidades que las pasamos por alto. Nos olvidamos de comer o comemos de cualquier forma, no tenemos tiempo para descansar ni dormir lo suficiente, tampoco para estar con quien queremos y qué decir tiene para hacer ejercicio, movernos un poco.

El cuerpo es sabio y nos obliga a parar en cuanto tiene oportunidad ¿Cómo se dará cuenta de que llegan las vacaciones? ¿Cómo percibe que llega la oportunidad? Llega el momento de descanso y nos obliga a descansar, en lugar de meternos en una nueva vorágine. A veces, volvemos de vacaciones y necesitamos otras vacaciones para recuperarnos de tanta actividad.

Sin darnos cuenta, en ocasiones, empujamos demasiado nuestros propios límites. Al empujar los límites, no expandimos, lo que nos permite crecer. Si empujamos demasiado, nos agotamos, después toca descanso.

El cansancio de encontrar los propios límites (creado con Bing)
Saber escuchar nuestro cuerpo antes de llegar al agotamiento, poder hacer descansos antes de haber ido demasiado lejos. Cuidar nuestro bienestar, tanto corporal, como social, mental y emocional. Reconectar con el cuerpo, que nos avisa y nos dice cómo estamos.

La respuesta automática cuando nos preguntan “¿Cómo estás?” es “bien ¿y tú?”. Si el que recibe esa respuesta es amigo, se alegrará y si nos quiere poco, no le gustará tanto. Si abandonamos el automático y aprovechamos para sentirnos y percibir como estamos, nos llegará una información valiosa, que nos permite saber lo que nos conviene.

¿Cómo estás? Si has llegado hasta aquí, aprovecha para sentirte, ver cómo te encuentras y si necesitas un descanso ¿Cuándo vas a descansar? ¿Cuándo te puedes permitir hacer un alto en el camino para recuperar fuerzas? Si no lo haces tú por ti ¿Quién lo hará?

domingo, 17 de septiembre de 2023

Solo creces si estás en el entorno adecuado

Un árbol, una planta, solo crece si está en el entorno adecuado, en las condiciones adecuadas y si recibe los cuidados adecuados. Algunas plantas están adaptadas al desierto, pero la mayoría crecen mejor en otros sitios.

Lo mismo nos pasa a nosotros, nuestro entorno nos influye más de lo que creemos. Hay entornos en los que es más fácil y más satisfactorio hacer lo que queremos hacer, lo que tenemos que hacer y nos conviene. Ya sea que nos venga bien estudiar, trabajar o hacer ejercicio.

Cuando todo alrededor es fiesta, es fácil estar de fiesta y difícil estudiar. En algunos momentos estudiar nos lleva a conseguir otros objetivos en el largo plazo. Si toca trabajar, es más fácil en determinados entornos y con determinados compañeros.

Estudie mi carrera universitaria viviendo en un Colegio Mayor. Los dos primeros años compartía habitación con Manete, ahora un buen amigo, aunque nos vemos menos de lo que me gustaría. Compartir espacio y tiempo con Manete me ayudó a sacar adelante los estudios, era una buena influencia para que yo estudiase, solo de ver lo que el estudiaba. Encontraba tiempo para muchas cosas, además de estudiar, jugar al fútbol y al futbito, echar la partida de mus, salir con la tuna… Nos acompañamos en encontrar un buen equilibrio entre estudio y disfrute, entre concentración y dispersión.

Los resultados que conseguimos dependen de como vivimos. No vivimos solos y aislados del entorno, nuestros resultados no solo dependen de nuestra fuerza de voluntad, de nuestra disciplina, dependen mucho más del entorno de lo que creemos, que es lo que nos lleva a vivir de una determinada forma y a tener distintas posibilidades.

Un árbol plantado en una maceta pequeña, crecerá poco (Imagen de IlonaBurschl
Hay entornos que nos ayudan a crecer, aprender, contribuir. Otros entornos que nos limitan. En algunos entornos es más fácil trabajar, son más inspiradores, motivadores, hacemos disfrutando de los retos.

¿En qué entorno estás? ¿Cómo es el entorno físico? (luz, espacio, aire, paisaje, decoración) ¿Cómo es el entorno social? (Con quién te juntas, cómo es la comunicación y la relación) ¿Te lo pones fácil para hacer lo que quieres hacer?

Algunas veces tienes influencia en tu entorno, en el sistema al que perteneces ¿Cómo puedes influir en tu entorno para ir en la dirección que quieres ir? ¿Tienes que cambiar de entorno? El entorno que te conviene dependerá de lo que tú quieras.

domingo, 10 de septiembre de 2023

Vencer la burrocracia (burocracia). Hacer lo que hay que hacer

A veces me quedo atascado con la burocracia. Quizá deberíamos decir burro-cracia. Procedimientos administrativos que se eternizan, que dificultan el avance y que parecen no tener sentido. Pondré un ejemplo.

Como un burro (burrocracia) - haciendo que los papeles avancen
Soy profesor universitario y para poder ir a un congreso, teniendo ya el presupuesto para ello, me lleva unas seis u ocho horas. Sería largo de explicar, como resumen, tengo que seguir un procedimiento administrativo (te puedes saltar los cinco siguientes párrafos, como todo procedimiento que se precie, es largo y farragoso, eso que ya tengo experiencia).

Lo primero, tengo que conseguir las firmas que autorizan mi desplazamiento (lo que supone varios correos). Lo que supone que tenga que firmar: el responsable del departamento; alguien de investigación que comprueba si los códigos están bien puestos y el vicerrector correspondiente, para lo que tiene que pasar por su secretaría (si no es el mismísimo rector).

Una vez conseguido esto, si hay que dormir algún día fuera, hay que seguir el procedimiento para viajes. En el caso de mi Universidad, solicitar presupuesto al Corte Inglés (que suele resultar caro), enviando la autorización anterior. Cuando el coste supera el máximo preautorizado, lo que casi siempre sucede, hay que rellenar un nuevo formato, solicitando autorización para el exceso de gasto al vicerrector (no siempre es fácil encontrar el formato) y enviarlo nuevamente al vicerrector, para que lo autorice. Cuando lo ha autorizado (de momento siempre ha sido así, será que soy razonable), escribes de nuevo al Corte Inglés para que te reserve alojamiento, con suerte el precio se mantiene y ya tienes donde dormir. Lo he contado en sencillo, porque el proceso puede suponer varios correos a la agencia de viajes del Corte Inglés. Además, ¡Ay de ti si el precio ha aumentado! Vuelve a la casilla anterior a pedir nueva autorización.

También hay que inscribirse en el congreso correspondiente y pagar. Si no está dado de alta como proveedor de la Universidad, previo al pago, deben rellenar el formato de alta de proveedores, certificando que son los titulares de la cuenta, enviándolo al servicio de Contabilidad de la Universidad. Así que eso te supone unos cuantos correos más.

Posteriormente, la unidad de investigación, a la que tienes que decir que ya están de alta, puede proceder al pago. Para eso tienes que rellenar otro documento, otra vez con tu nombre, apellidos, proyecto al que se va a cargar (que ya lo habías puesto en la autorización al vicerrector…) y más datos, diciendo que paguen y que te comprometes a entregar después la factura a nombre de la Universidad, firmarlo. Con suerte, si el que tiene que pagar, no tiene el día libre, se pagará y te enterarás.

Este es el procedimiento simple, se puede complicar si resulta que el congreso está al final del plazo en el que acaba el proyecto donde se va a cargar, lo que lo complica más, pero eso lo dejamos para los entendidos.

Una vez superado el procedimiento puedes ir al congreso. Una vez superada la burocracia (burrocracia) puedes hacer lo que aporta valor.

El procedimiento es claro, se puede entender, aunque es largo. Muchas veces la pereza hace que te resistas, hasta te cabreas… El único perjudicado eres tú mismo, más vale tomárselo con filosofía, hacer lo que tienes que hacer para saltar ese obstáculo y seguir avanzando.

Hacer lo que tienes que hacer para llegar a donde quieres llegar. En este caso a un congreso. A veces no apetece, no ves que aporte valor, pero es necesario si quieres llegar. Son pasos que hay que dar. Es como conseguir la licencia para empezar a construir, sin ella no es posible o te van a tirar lo construido.

La metáfora de sacar la pelota de tu tejado me sirve para estos procedimientos. A cada paso, la pelota vuelve a tu tejado, cuando ya has dado el primero, debes dar el segundo y mandarlo al siguiente paso. En cada uno te enfrentas a la pereza, porque una vez dedicada media hora, toca esperar hasta dar el siguiente paso, que cuando toca, cuesta más porque has tenido que parar.

Algunos abandonan antes de llegar al final del procedimiento. Si abandonas, has perdido todos los pasos previos. Dejar las cosas a medio terminar es peor incluso que nunca empezar, se queda a medias y además duele por el esfuerzo puesto en ello (lo hecho a medias queda como un recordatorio de lo no terminado).

Esperemos entre todos mejorar los procedimientos, hacerlos más fáciles para todos, también para los administrativos, que son los guardianes de las vallas que impiden que el tema avance. Son la principal víctima del sistema, los que dan la cara cuando el procedimiento no funciona, ante los sufridos administrados.

En lugar de solo quejarme y patalear, voy a hacer una propuesta de mejora al procedimiento, quizá hasta me hagan caso y ahorre un montón de tiempo a administración, administrativos y administrados, nunca se sabe.

domingo, 3 de septiembre de 2023

La importancia de los comienzos

Esta mañana al levantarme tenía muy claro que es lo que quería hacer. Aun teniéndolo claro, a veces me despisto. He encendido el móvil, he pasado por el Whatsapp y sin darme cuenta estaba jugando, no he podido resistir el impulso.

Bueno, “serán cinco minutos” me he dicho. Es increíble la capacidad de autoengaño que tengo, supongo que todos tenemos. Me he enganchado con un juego bastante simple, que hasta me da vergüenza y ha pasado una hora y cuarto.

Después me he entretenido con otras cosas, al fin y al cabo, es domingo. Para cuando he puesto conciencia, había pasado bastante más tiempo. No pasa nada, siento una pequeña sensación de culpa, me digo “¡Otra vez!” y puedo hasta enfadarme un poco conmigo mismo. Nada de esto ayuda, lo que quería que estuviese hecho no se ha hecho solo ¡Vaya sorpresa! Las cosas avanzan si las dedicamos tiempo.

Afortunadamente, me he recuperado y ahora estoy escribiendo este post. Aunque debería estar revisando un artículo, que me cuesta más, y después escribir el post. Creo que esto me ayudará a coger impulso y continuar. Otra forma de autoengaño, siento que hago algo que tengo que hacer evitando lo importante, que me cuesta. Al menos no sigo entretenido con el móvil, un gran ladrón de tiempo.

Es clave como empezamos el día, la jornada de trabajo, la semana o el curso. Si nos despistamos al empezar podemos tardar en recuperar la concentración y la dedicación a aquello en lo que queremos avanzar.

Tener claro que queremos hacer y conseguir, aunque no siempre esto es suficiente. Mantener la atención, darnos cuenta si nos desviamos. Poder recuperar el foco en lo que queremos hacer y empezar.

Si lo posponemos, si nos resistimos, es posible que después sea más difícil ponernos. La resistencia va creciendo hasta que nos ponemos y una vez que nos ponemos la resistencia disminuye y es más fácil continuar.

“Si vences la resistencia inicial después todo es más fácil”

Superar la barrera de la pereza, especialmente al comenzar el día, la semana, el año o el curso. La primera ley de la inercia dice que “un cuerpo en reposo permanecerá en reposo a no ser que se le aplique una fuerza”, no nos pondremos en marcha a no ser que venzamos la inercia inicial (la pereza). Una vez en marcha es solo continuar, también la primera ley dice que un cuerpo en movimiento sigue ese mismo movimiento a no ser que se le aplique una fuerza.

Hay caminos que nos llevan a buenos sitios, aunque cueste recorrerlos. Normalmente sabemos cuales son los caminos, sabemos como conseguir los resultados que queremos, que debemos hacer, aunque a veces cueste.

Si empiezas es posible que acabes e incluso que generes buenos hábitos. Te invito a reflexionar sobre ¿Cuál es un buen comienzo para tu día? ¿Cuál es un buen comienzo para la vuelta de vacaciones?

Con un buen comienzo el resto del día es más fácil. Cada día es un nuevo comienzo. Momento de parar y dejarse sentir que comienzo nos va bien, cómo me gustaría empezar el día y qué es lo que me va a sentar bien haber hecho al final del día.