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sábado, 30 de agosto de 2025

Ponte fácil hacer lo que te conviene

Hoy he ido al supermercado y me ha dado para reflexionar. Fui con la lista preparada, para no dejarme llevar demasiado por los impulsos, aunque siempre me dejo llevar por alguno. Mientras camino entre los estantes, siempre aparecen cosas que me apetecen, que “me hacen falta” o que simplemente me vendrían bien. Y cómo no, también llegan las tentaciones, algunas al alcance de la mano; otras no me hace falta ni verlas, me vienen a la cabeza según entro por la puerta, como el helado de chocolate.

Me encanta el helado de chocolate, con sus trocitos también de chocolate, escribiendo esto siento su sabor en la boca. Este verano he comido unos cuantos, quizá demasiados, y los he disfrutado, pero ahora que acaba agosto tengo el propósito firme de cuidarme. Así que pensé: “mejor no comer helado”. Aunque tenía la excusa perfecta para comprarlo: a mis hijos también les gusta, seguro que no dura nada en el congelador. Pero luego me dije: puedo resistir ahora el comprarlo, porque si lo llevo a casa, lo tendré a pocos pasos y cada vez que me siente en el sofá, me acordaré de que está ahí. Para evitar comerlo tendré que usar toneladas de fuerza de voluntad, y para ser sincero, casi siempre acabo sucumbiendo a la tentación. Aunque no me machaco demasiado con la culpa, el “daño” está hecho.

Pensar en escribir esta entrada, según me debatía entre comprarlo y no, me ha ayudado a resistir su compra. De esa forma he eliminado de raíz la tentación continua y me lo he puesto difícil para comer helado, así que fácil para resistirme en el día a día.

Y aquí está la clave: lo que nos ponemos fácil, lo hacemos más fácil. Y lo que nos ponemos difícil, se hace más difícil. Si quiero cuidarme, no me conviene tener helado en casa. En cambio, sí me conviene dejar la ropa de deporte a mano, lista para usarla, así haré más deporte; o poner el libro que quiero leer a mano, así me será más fácil leer.

No se trata de complicarse la vida, sino de diseñarla un poco mejor para que aquello que de verdad quieres hacer fluya de manera natural.

A veces pensamos que todo depende de la fuerza de voluntad, pero la verdad es que la fuerza de voluntad es limitada y se agota. En cambio, si preparas tu entorno para que jugar a tu favor sea lo normal, entonces no necesitas luchar tanto. Es mucho más sencillo mantener un hábito cuando el primer paso está a la vista y al alcance de la mano.

Mi recomendación de hoy: observa qué cosas quieres incorporar en tu vida y cuáles quieres dejar atrás. Haz que las primeras estén siempre cerca, visibles y accesibles, y que las segundas estén lo más lejos posible. Verás cómo la diferencia no está en “tener más fuerza de voluntad”, sino en cómo te organizas para ponértelo fácil.

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domingo, 23 de marzo de 2025

Poner fácil hacer lo que te conviene

Hay días que ponerme a escribir es más fácil, casi fluye sin esfuerzo. Curiosamente, esos días casi siempre coinciden con una misma situación: mi ordenador ya está enchufado, el tiempo reservado y tengo tres líneas escritas con la idea sobre la que escribir. No tengo que decidir si escribir o no, todo está dispuesto para que lo haga sin pensar demasiado.

También hay días en los que voy al gimnasio de forma automática. Acabo de almorzar, la ropa de deporte está a mano y la mochila está preparada con lo necesario. Simplemente me dejo llevar y aparezco montado en la elíptica.

Estos pequeños detalle me llevan a reflexionar sobre cómo podemos alterar nuestro entorno para hacer que nuestras mejores decisiones, las que nos sientan bien, sean las más fáciles de tomar. La fuerza de voluntad es limitada y, si dependemos de ella para todo, tarde o temprano fallamos. En cambio, si diseñamos nuestro entorno con inteligencia, podemos reducir la necesidad de disciplina y hacer que nuestros hábitos positivos sucedan casi por inercia.

Netflix lo sabe bien, por eso cuando terminamos un capítulo de una serie, por defecto, el siguiente empieza automáticamente, a menos que hagamos algo para detenerlo. Tenemos que hacer un esfuerzo para resistir esa tentación.

O buscar estrategias como Ulises, que no podría resistirse al canto de las sirenas, así que pidió que lo ataran al mástil de su barco. En nuestro caso, si pasamos demasiado tiempo en redes sociales, podríamos eliminar las aplicaciones del móvil, esconder el mando a distancia de la tele, tapar el chocolate en la despensa para no verlo o quitar las notificaciones del móvil.

Poner más difícil hacer lo que no nos conviene, modificar nuestro entorno para que las tentaciones, que nos llevan por el camino que no queremos, pierdan fuerza, sean menos atractivas o menos visibles.

A la vez, poner fácil hacer lo que nos conviene: Si queremos hacer ejercicio por la mañana, dejar la ropa de deporte preparada la noche anterior; Si queremos comer saludable, dejar fruta a la vista en lugar de galletas; Si queremos practicar un idioma, cambiar el idioma de nuestro móvil y nuestras aplicaciones; Si queremos beber más agua, tener siempre una botella cerca.

Para generar cambios sostenibles, debemos eliminar la fricción entre nosotros y los hábitos que queremos adoptar. Si algo nos conviene, debemos ponérnoslo fácil.

Pequeños ajustes en nuestro entorno pueden marcar una gran diferencia. No se trata de tener más fuerza de voluntad, sino de diseñar nuestro espacio y rutinas de manera que nuestras mejores decisiones sean las más sencillas de tomar. ¿Qué cambios podrías hacer hoy para facilitarte la vida?

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domingo, 17 de septiembre de 2023

Solo creces si estás en el entorno adecuado

Un árbol, una planta, solo crece si está en el entorno adecuado, en las condiciones adecuadas y si recibe los cuidados adecuados. Algunas plantas están adaptadas al desierto, pero la mayoría crecen mejor en otros sitios.

Lo mismo nos pasa a nosotros, nuestro entorno nos influye más de lo que creemos. Hay entornos en los que es más fácil y más satisfactorio hacer lo que queremos hacer, lo que tenemos que hacer y nos conviene. Ya sea que nos venga bien estudiar, trabajar o hacer ejercicio.

Cuando todo alrededor es fiesta, es fácil estar de fiesta y difícil estudiar. En algunos momentos estudiar nos lleva a conseguir otros objetivos en el largo plazo. Si toca trabajar, es más fácil en determinados entornos y con determinados compañeros.

Estudie mi carrera universitaria viviendo en un Colegio Mayor. Los dos primeros años compartía habitación con Manete, ahora un buen amigo, aunque nos vemos menos de lo que me gustaría. Compartir espacio y tiempo con Manete me ayudó a sacar adelante los estudios, era una buena influencia para que yo estudiase, solo de ver lo que el estudiaba. Encontraba tiempo para muchas cosas, además de estudiar, jugar al fútbol y al futbito, echar la partida de mus, salir con la tuna… Nos acompañamos en encontrar un buen equilibrio entre estudio y disfrute, entre concentración y dispersión.

Los resultados que conseguimos dependen de como vivimos. No vivimos solos y aislados del entorno, nuestros resultados no solo dependen de nuestra fuerza de voluntad, de nuestra disciplina, dependen mucho más del entorno de lo que creemos, que es lo que nos lleva a vivir de una determinada forma y a tener distintas posibilidades.

Un árbol plantado en una maceta pequeña, crecerá poco (Imagen de IlonaBurschl
Hay entornos que nos ayudan a crecer, aprender, contribuir. Otros entornos que nos limitan. En algunos entornos es más fácil trabajar, son más inspiradores, motivadores, hacemos disfrutando de los retos.

¿En qué entorno estás? ¿Cómo es el entorno físico? (luz, espacio, aire, paisaje, decoración) ¿Cómo es el entorno social? (Con quién te juntas, cómo es la comunicación y la relación) ¿Te lo pones fácil para hacer lo que quieres hacer?

Algunas veces tienes influencia en tu entorno, en el sistema al que perteneces ¿Cómo puedes influir en tu entorno para ir en la dirección que quieres ir? ¿Tienes que cambiar de entorno? El entorno que te conviene dependerá de lo que tú quieras.

domingo, 5 de febrero de 2023

Salir de la rutina

La rutina, la repetición, llega sin darnos cuenta. Los días pasan más rápido cuando son todos iguales. Es distinto vivir 30 días, que 30 veces el mismo día. Puedes llegar a vivir sin darte cuenta de lo que pasa, porque pasa lo de siempre.

Repetir tiene sus ventajas, es más fácil, no hace falta pensar, el cuerpo va solo. La ventaja de los hábitos, que cuando son buenos, nos facilitan hacer lo que nos conviene.

De vez en cuando es bueno parar, salir de la rutina para poder ver esa rutina desde fuera. Experimentar nuevas formas, compartir con otros y ver cómo viven otros.

En enero me encanta venir a Lanzarote, los días son más largos que en la península, amanece antes y anochece más tarde. También hace mejor tiempo y puedes sentarte en una terraza, incluso en manga corta. Se mezcla gente bañándose junto con otros con ropa de más abrigo. Un entorno agradable te da energía.

Puesta de sol en Playa Blanca - Lanzarote
Compartir tiempo con gente distinta te cambia la perspectiva. Hablar y ver otras formas de vivir, de organizarse y de priorizar, cuestiona las propias formas, ayuda a poder plantearte que hay más posibilidades. Te ayuda a ver más para poder escoger mejor.

Estos días han sido especiales, he podido compartir tiempo con profesionales del Hospital de Lanzarote en un curso de gestión del tiempo. Sigo pensando que el que más aprende es el que se supone que enseña, cuando tiene la oportunidad de escuchar y cuestionar sus propias creencias.

En el curso estaba desde quien planifica la semana en piedra y no quiere cambiar una vez la ha planificado. Seguro que proteger su tiempo la ayuda a avanzar y a hacer gran parte de lo que quiere. También quien se resiste a planificar, teniendo lo importante presente y prefiere ir fluyendo por el día, abriéndose a lo que venga.

¿Cuál es la respuesta correcta? La vida no es un examen donde tengamos respuestas correctas e incorrectas, cada uno debe encontrar su camino o hacer camino al caminar. Todo cabe, las posibilidades son infinitas.

Salir de la rutina, de lo habitual, ayuda a expandir las posibilidades, a ver opciones. Después toca decidir. Si no te gusta decidir, igual te sientes mejor en la repetición. Sin decides no probar, no explorar, también estás decidiendo, aunque en este caso, de forma inconsciente. En cualquier caso, “tú decides”.

Convertir en rutina el salir de la rutina, menudo lío de palabras. Creo que voy a convertir en rutina lo de venir a Lanzarote en enero, así ya no sabré si es salir de la rutina o volver a ella.

¡Qué tengas una gran semana!