miércoles, 29 de junio de 2016

Eso también pasará

Ayer mi hija de 11 años estaba deseosa de comprar un juego de ordenador, decidida a gastar parte de sus ahorros en él me pidió ayuda para poder comprarlo por Internet.

La idea no me convencía demasiado. Con su insistencia acabó convenciéndome, la tenacidad suele tener su recompensa. Me senté con ella y la ayudé a informarse de los gastos y la invite a sopesar la posibilidad de que una vez comprado no funcionase en el ordenador.

Cuando nos informamos resultó que el equipo no es capaz de gestionar el juego así que finalmente descartó el comprarlo, con el consiguiente disgusto.

Para ella fue un gran revés y estuvo lamentándose toda la tarde. Aunque no parece para tanto y es lo que nos sale decirle, “que no merece la pena ponerse así por un juego”, para ella si era importante.

Las cosas que nos parecen importantes a los 11 años no son las que nos parecen importantes a los 20 y van cambiando conforme vamos pasando años. El tiempo suele curar la mayoría de los disgustos (algunos se nos atascan).

Una buena fórmula suele ser pensar si eso será importante dentro de cinco años, nos suele dar otra perspectiva, espero que mi hija no se acuerde dentro de cinco años de ese juego que no pudo instalar en el ordenador.

El tiempo todo lo cambia, lo transforma. También cambia el modo de ver las cosas y cómo percibimos lo que nos pasa y lo que nos pasó. Según vamos cambiando vamos viendo nuestras vivencias de modo distinto, no las vemos como son sino como somos, las vemos según nuestras propias gafas, nuestro modo de ver y esas gafas las vamos cambiando con los años.

Hay eventos importantes en la vida, que la transforman, que nos transforman y que además pueden ser desgraciados: la muerte de un ser querido, una separación, te deja tu primera pareja…

Hay veces que no podemos hacer nada, salvo aceptar lo que nos pasa y seguir adelante. No tiene por qué ser justo desde nuestro punto de vista.

Que nuestra pareja nos pida el divorcio no es justo ni injusto, puede ser triste porque esperábamos una vida juntos, la tristeza duele, toca el duelo por la vivencia perdida. El tiempo suele curar esa herida, como muchas otras, la pena dura un tiempo, después tenemos que ver la ventana que se abre tras la puerta cerrada.

El duelo por una muerte de un ser querido, por una separación normalmente será más largo que el duelo por un juego que no puedo comprar. Si nos quedamos enganchados a la pena perderemos las oportunidades que nos ofrece la vida. Cada uno tiene su tiempo.

Tan obsesionados estamos con el hacer, con el solucionar las cosas, que no nos damos cuenta de que hay problemas que se solucionan solos. No siempre hay que dar respuesta, a veces la mejor respuesta es no hacer nada.

Según Ovidio “el tiempo es la mejor medicina” aunque puede ser también dolorosa. Dicen que el tiempo todo lo cura aunque no lo venden en las farmacias. La paciencia es la madre de la ciencia y esperar sin desesperar puede solucionar muchas cosas.
Foto de www.reflexionesparatiyparami.com
Problemas que se solucionan mejor solos que si nosotros intervenimos. Hay veces que es mejor no responder, que la mejor respuesta es no hacer, el silencio y la calma.

Ante un problema, un contratiempo, pregúntate cuál será su importancia dentro de cinco años, ayuda a distinguir lo importante de lo accesorio. Analiza también si es mejor ponerlo en el montón de los problemas que se solucionan solos o en el montón de los irresolubles que es mejor aceptar.

viernes, 24 de junio de 2016

El tiempo de vacaciones

Llegan las vacaciones de verano, un tiempo que se espera con ganas después del ajetreo del día a día, la esperanza de unos días sin obligaciones, más calmados, de descanso y para compartir con los que más queremos.

El tiempo cambia, de tener el tiempo programado, estructurado a un tiempo sin estructura, sin un propósito claro, donde no sepamos que vamos a hacer cada día y que se puede transformar en un día que no hagamos nada o un día en el que intentemos hacer demasiado.

No hacer nada puede ser positivo, si es lo que queremos, esperamos de nuestras vacaciones. Parar puede llevarnos a escucharnos, a descansar, a desconectar. Aunque si no es lo que queremos nos puede dejar con una sensación de pérdida de tiempo.
Playa de los molinos - Fuerteventura - Un paraíso en la tierra
Si queremos hacer demasiado, ir a un sitio y visitarlo todo, puede ser incluso más estresante que la época laboral. En un viaje que hice con un primo me encantaba la filosofía que reflejaba con una frase “No nos vamos a estresar que estamos de vacaciones”.

Puede suceder lo contrario de lo que esperamos para las vacaciones, de hecho los divorcios aumentan tras las vacaciones, cuando las parejas tienen más tiempo compartido. Quizá descubren lo que quieren o quizá no saben cómo compartir ese tiempo.

Es posible que en las vacaciones aumenten las discusiones, cada quien quiere hacer una cosa y no hay una forma estructurada de decidir, no se comunica claramente lo que se quiere y cada quien tiene sus propias expectativas.

Si tienes unas expectativas y no las compartes con quien te acompaña en las vacaciones ¿Cómo va a ayudarte a cubrirlas? Quizá sus expectativas sean distintas. En unas vacaciones a la playa uno está pensando en tirarse al sol durante horas y otro en pasear, jugar a las palas o estar todo el tiempo activo. Todo está bien ¿Por qué nos lleva a discutir?

La principal característica del tiempo de vacaciones es que es desestructurado, no está claro que es lo que se va a hacer y muchas veces hay tendencia a no programarse (forma parte de las vacaciones).  No hacer ningún plan es un buen plan para no hacer nada. Y el plan puede ser simplemente eso, pasar una mañana al sol en la playa. Especialmente recomendable si sois varios los que compartís las vacaciones y queréis compartir esos planes.

¡Cuidado con el tiempo desestructurado! Puede ser una oportunidad para hacer esas cosas que queremos hacer o una amenaza para entrar en dinámicas que no son positivas. La organización y la planificación ayudan a disfrutar más de nuestro tiempo de vacaciones, a vivir tú tiempo. Decide una cosa que quieras hacer cada día y hazla.

Fidel Delgado, titirepeuta, comenta “Hemos venido a este mundo a ser felices, no te despistes” No te despistes estas vacaciones y no te olvides de que si estás de vacaciones no es para estresarte.

¡Te deseo unas estupendas vacaciones! Cuando lleguen

Los niños si saben disfrutar de las vacaciones, con menos expectativas y haciendo lo que sienten, aprendamos de ellos, como vemos en el siguiente video

jueves, 16 de junio de 2016

El tiempo con los hijos

En este mundo de la prisa, donde todo pasa rápido y nos han vendido que hay que llegar a todas partes, ser excelentes profesionales, amigos, compañeros y además padres y madres.

Está extendido el modelo de la super-mujer y también el super-hombre que llegan a todo y a todos. Con tanta exigencia, auto-exigencia en muchos casos, aparece el estrés. La realidad es que no se puede llegar a todo, por lo que hay que priorizar, saber dónde poner el foco y centrarse en lo importante.

En muchos lugares se abre una brecha entre los que tienen hijos y los que no (en el trabajo, entre los amigos), con distintos estilos de vida, distintos compromisos y distintas prioridades.
Khahil Gibran - poema sobre los hijos
Acompañar a un hijo no es sencillo, en este tema más que en ninguno las reflexiones pueden ser controvertidas y cada hijo es diferente, igual que cada padre, aun así, he compartido reflexiones con otros padres y madres y ahora las quiero compartir aquí, para lo que puedan servir:
  1. No se puede ser rápido con los hijos, igual que no se puede ser rápido con las personas, necesitan su tiempo, hay que respetar sus ritmos, que no son los nuestros. Somos compañeros de viaje y a veces el compañero tiene que ir más despacio.
  2. Los niños aprenden con el ejemplo, así que si queremos que lean debemos leer, si queremos que no se enganchen a la televisión, el ordenador, la tablet o el teléfono no debemos engancharnos nosotros. Si queremos que coman sano podemos acompañarlos en las comidas. Los gatos tienen gatitos, los hijos se parecen a los padres, no solo físicamente.
  3. Escuchar cuando lo necesiten así aprenderán a escucharnos a nosotros cuando lo necesitemos. Si no escucha es porque muchas veces no se siente escuchado.
  4. Nuestra labor es ayudarles a crecer, a ser independientes. Igual que van creciendo poco a poco también poco a poco deben ir ganando en independencia y autonomía. Su independencia acorde con su edad, aprender a vestirse, prepararse el desayuno, el almuerzo…
  5. Capítulo aparte merece el tema de las tareas del colegio, tema controvertido en muchas casas y discusiones. La tarea no debe ser para los padres, debe ayudar a los niños a crecer en autonomía. Labor conjunta con los profesores que deben adaptarse al desarrollo del niño.
  6. Las tareas y obligaciones de los niños deben dejar tiempo para socializarse y jugar. En muchos casos el exceso de tiempo de la tarea puede que no sea problema de la cantidad de deberes sino de la falta de atención al hacerlos. Para ello proponer tiempos de atención a lo que están haciendo, enseñarles a tener foco, se puede emplear el sistema pomodoro con tiempo de 10 minutos e ir incrementando.
  7. Normas y reglas claras, estables, para que sepan a qué atenerse, sepan que hacer, igual que las reglas de tráfico. Las reglas se deben ir adaptando a su desarrollo e independencia.
  8. La confianza es algo recíproco, si das confianza recibes confianza. No una confianza ciega, sino una confianza que se van ganando con hechos y les lleva a la independencia. También tus actos harán que te ganes su confianza, si es que la mereces.


Como resumen, acompañarles, con el ejemplo, sin prisa, para que cada vez sean más independientes, permitiendo que cometan errores de los que aprender, sin sobreprotegerlos y sin llenarles la agenda de actividades, permitiendo que asuman cada vez mayor responsabilidad en su desarrollo y relaciones. Respetar sus gustos, que no son los nuestros y acompañarlos ahora y siempre.

lunes, 13 de junio de 2016

Cuestión de confianza

Creo que la mejor baza que tengo para poder cambiar de trabajo es la gente con la que tengo confianza. Curiosamente la confianza suele ser recíproca y si yo confío en alguien es más fácil que él confíe en mí.

Si va a cuidar de mis hijos lo más importante es que pueda confiar en esa persona. Si doy a alguien las llaves de mi casa se las daré a alguien en quien confío.

El martes estuve con Stephen M.R. Covey en Madrid, autor del libro “La velocidad de la Confianza”. Un gran libro con un gran título, la confianza se asocia a la velocidad, a la productividad.

Cuando falta confianza, si tienes que trabajar o hacer algo con alguien, las decisiones se ralentizan, las comunicaciones llevan más tiempo, todo se negocia, se generan intrigas, surgen cuchicheos, aumenta la burocracia, baja la motivación y asumes costes. No tener confianza es un gran impuesto.

Cuando confías todo va más rápido, se reducen costes, aumenta la innovación (la gente se atreve a probar porque si falla confiamos en que la intención era adecuada y puede salir a la próxima), aumenta la colaboración y esto nos lleva a mejorar los resultados

Sigo confiando en gente que hacía 25 años que no veía. Ayer disfruté del encuentro con unos cuantos compañeros de colegio de hace 25 años, echamos de menos a unos cuantos y mereció la pena el encuentro con los que sí estuvimos. Gracias Javi y tantos otros por la organización.
Foto promoción 1991
Sigo confiando en ellos porque tenemos unas raíces comunes, unos valores compartidos, son las raíces de un carácter forjado durante los años de educación. Ese carácter lo volví a ver ayer con todos ellos, era como si no hubiese pasado tanto tiempo.

Además de esos valores compartidos los he visto hacer, conseguir resultados, apoyar al de al lado, he visto que tenían cabeza y sentido común (el menos común de los sentidos), me gustan y los aprecio como compañeros de viaje.

La confianza según Covey tiene cuatro pilares:
  • Integridad: coherencia entre lo que dice, hace, piensa y siente.
  • Buena intención: sin intenciones ocultas.
  • Capacidad: Experiencia y conocimientos.
  • Resultados pasados que puede seguir consiguiendo.

En resumen una forma de ser (integridad e intención) además de ser capaz de conseguir resultados (No me dejaría operar por alguien sin formación, aunque tenga buenas intenciones).

Si somos capaces de generar confianza nuestra productividad se disparará, si el jefe confía en nosotros podremos probar más cosas, si nuestro cliente confía en nosotros todo funciona mejor y si contamos con gente de confianza tenemos un gran capital.

La confianza es la que hace funcionar las mejores empresas, los mercados, las relaciones de pareja, los amigos… ¿Qué pasaría sin confianza?

La confianza se gana en base a nuestros actos. Una confianza ganada en años se puede desmoronar en cinco minutos.


¿Quiénes son las personas importantes para ti? ¿Cómo está tu nivel de confianza con ellos? ¿Qué puedes hacer para mejorarlo? Quizá una conversación pendiente, una tarea o compromiso pendiente, un error sin corregir… Confío en que encontrarás el modo de crear, hacer crecer y mantener relaciones de confianza.

domingo, 5 de junio de 2016

Pon bien los objetivos si quieres conseguirlos

Conseguir los objetivos que te propongas es más fácil si están bien puestos. Pueden tener efecto motivador, ayudarte a enfocarte, facilitar el priorizar y decidir correctamente que hacer.

Es clásica la regla SMART, de inteligente en inglés, que nos puede ayudar a establecer objetivos inteligentes. En este caso voy a proponer una noción ampliada de sus siglas.

S: clásicamente recuerda a eSpecífico (Specific) y nos recuerda ser específicos con lo que queremos conseguir, también puede decirnos que sea Sencillo de recordar y Simple, entendido por claro.

M: Medible, para que podamos ver cómo vamos progresando, además de que nos resulte Motivadora su consecución y el camino para conseguirlo.

A: Alcanzable, si es demasiado alto y no creemos que podemos no lo conseguiremos, más que motivar será desmotivador; Ambicioso, que suponga algo importante, que merezca la pena, que nos lleve al esfuerzo, no demasiado fácil, de dificultad motivante; Accionable, donde estén claras las acciones a llevar a cabo para conseguirlo o para acercarnos; Auditable, en el que podamos dar cuenta y darnos cuenta (si es de largo plazo con hitos intermedios que nos permitan ver el avance, Analizar que tal vamos); Automotivante. Además si el objetivo es compartido con otros debe ser Acordado y Asignable, con un responsable claro.

R: Realista y Realizable, sinónimo de alcanzable; Relevante, que sea importante para ti o para tu equipo; Retador; Revisable y orientado al Resultado.

T: con un plazo de Tiempo para conseguirlo, este año, esta semana, hoy; Transformador, que suponga algo que te importe.
Además diría que me falta una P, porque además de relevantes (importantes) que sean Pocos, para tenerlos siempre en mente, entre tres y siete, para tenerlos presentes cada día, que ayuden a enfocarte y que sean Propios, tú decides lo que es importante para ti, si no lo decides otros decidirán por ti.

Todos los días, al comenzar, debes tener claro cuál es el objetivo más importante del día y la actividad que te acerca a ese objetivo: puede ser redactar un informe, una llamada, jugar con tus hijos.


Si no tienes claro dónde vas ¿cómo vas a llegar? Poner bien el objetivo es la mitad del éxito, sabiendo a dónde apuntas es más fácil acertar ¿Tienes claros tus objetivos? Te deseo los mejores objetivos y que disfrutes del camino para conseguirlos (SMART + P).