domingo, 25 de agosto de 2019

Con las ganas


Creo que hay dos pasos fundamentales para disfrutar de tu vida:
  1. Saber lo que quieres.
  2. Ir a por ello.

Mucha gente dice que no sabe lo que quiere, yo mismo me he encontrado en esa situación, diciendo que no sé lo que quiero, creyendo que no sé lo que quiero. En una de esas ocasiones alguien me preguntó, en esta sala quién te gusta, quién te atrae, con quién te gustaría estar; todo eso sin conocer a la gente de la sala y la respuesta sale sola si la dejas surgir de tu interior, tus intestinos saben lo que quieres, ahí reside el instinto (que después tendremos que poner de acuerdo con el corazón y con la cabeza; la emoción y la lógica).

Lo que quieres no siempre está en la cabeza, no siempre es lógico, pero lo tenemos mucho más claro de lo que nos permitimos ver. No lo queremos ver porque eso nos responsabiliza, si sabemos lo que queremos tenemos la responsabilidad de ir a por ello o al menos decidir que nos da miedo o reconocer cuales son los aspectos por los cuales no nos lo vamos a permitir.

Y así pasa la vida, sin querer mirar lo que queremos, por miedo a ir a por ello, porque se está más cómodo repitiendo todos los días lo mismo, haciendo el trabajo que ya conocemos, con la misma gente de siempre y con el mismo jefe que no nos cae bien.

Ahí están los dichos populares de “más vale malo conocido que bueno por conocer” o “más vale pájaro en mano que ciento volando”

A la gente que se atreve, gente valiente, que va a por lo que siente que quiere, muchas veces los tachan de locos, por pedir una excedencia, te dicen ¿dónde vas con tres niños? Si tienes una vida ideal. Cuando te empiezan a tachar de loco pueden estar en lo cierto o pueden estar escondiendo la envidia (sin darse cuenta), que sienten hacia alguien que se atreve

Los emprendedores, exploradores, aventureros salen sin conocer todo el camino. Hay gente que tiene necesidad de exploración y cada cierto tiempo, dos o siete años quiere hacer algo nuevo, ver algo nuevo, sentir algún cambio en su vida, aunque ahora vivan una vida acomodada.

El cambio tiene sus riesgos, la exploración tiene sus riesgos y nos lleva al aprendizaje, al conocimiento, al disfrute de cosas nuevas. Y no quiero animar a explorar sin cabeza, sin ponderar los riesgos, pero sí a ver cuándo el miedo te está paralizando, cuando hay demasiado análisis, demasiada parálisis por el análisis, cuando se parece a un miedo a vivir.
Si no te arriesgas no aprendes a escalar

En ocasiones merece la pena vencer el miedo, vencer la resistencia y probar, atreverse. Esta entrada va dedicada a todos aquellos que se atreven y que son ejemplo para los demás, que animan a vivir nuevas experiencias.

Candy Chang pinto una pared de pizarra con el encabezado “before I die I want to…” para que cada uno pudiese poner que quería hacer antes de morir, eso se ha extendido por todo el mundo en muchos muros, incluso en internet, cuando yo lo leía había quién se quería pintar el pelo de colores o volar en globo, vivir en el extranjero…

¿De qué tienes ganas? ¿Qué harías si no tuvieses miedo? ¿Qué es lo que no te permites hacer? ¿De verdad es tan complicado? No te quedes con las ganas, prueba, atrévete a vivir.

viernes, 16 de agosto de 2019

El camino de Santiago y sus lecciones


Este mes de agosto he disfrutado unos días del Camino de Santiago, desde Roncesvalles a Viana. Veo el camino como una metáfora de la vida que pueden ayudar a recorrerla, mis 10 lecciones del camino:

1. Tener claro el objetivo es la mitad del camino: normalmente el que empieza teniendo claro que quiere llegar a Santiago, en un plazo determinado, llega. Si no tienes claro el objetivo te puedes despistar por el camino. Como decía Séneca, ningún viento es favorable para el marino que no sabe a dónde se encamina.
2. Disfrutar del camino, no obsesionarse solo con el objetivo: el camino se disfruta cada día. Obsesionados con el objetivo nos podemos perder el día a día, nos podemos perder la vida. Stephen Covey habla de que algunos se pasan “toda la vida subiendo por la escalera del éxito para llegar arriba y darse cuenta de que la tienen apoyada en la pared equivocada”.
3.  Dividir en etapas: No se puede ir de Roncesvalles a Santiago andando en un día. Dividir los objetivos grandes en objetivos más pequeños. Te puedes comer un elefante bocado a bocado.
4.  Confiar, no se puede planificar todo: Tener clara la dirección e ir avanzando, siempre surgen imprevistos.

“Querer controlarlo todo es imposible y agotador, además puede llevar al enfado ante los imprevistos que son inevitables”

5. Abrirse a las oportunidades: flexibilidad suficiente para abrirse a lo que se presenta, fluir con lo que hay y estar atento a las oportunidades te puede permitir darte un baño, parar en un buen sitio, etc.
6. La importancia de la compañía: El camino y la vida es un espacio para compartir y conversar. He tenido la suerte de disfrutar estos días con mi hija Sofía y parte del camino con Luis Alberto y Álvaro. A veces podemos escoger con quien ir, a veces encontramos buena compañía. Un dicho de los indios americanos “si quieres ir rápido vete solo, si quieres llegar lejos vete acompañado”. Un gusto la compañía que repetiremos en más ocasiones.

Con mi hija Sofía en el camino de Santiago

7. Saber escuchar tu cuerpo, tu cansancio y el de los que te acompañan. Inteligencia emocional para saber qué te pasa y que les pasa a los demás, saber cómo estás y están. Empatía contigo y con el otro. El camino no es solo por fuera, también viajas hacia dentro, hacia conocerte un poco más.
8. Parar cuando es necesario: Si andas demasiado puede que revientes y no puedas seguir, las ampollas pueden aparecer y hacer más dura la continuación. A veces hace falta parar, descansar, recobrar fuerzas y tomarte un tiempo para observar, conversar, disfrutar de un buen paisaje.
9. Aprender de otros, preguntar (no hace falta inventar la rueda): otros han hecho el camino antes y más veces, tienen buenos consejos que darte si quieres y puedes escuchar (buscar a los que saben). Se aprende mucho preguntando. La ventaja del nuevo es que se puede permitir no saber y preguntar cualquier cosa. Nos podemos permitir mirar las cosas como si fuésemos niños y las viésemos por primera vez.
10. Llegas hasta donde llegas y no más: Teníamos 6 días y empezando en Roncesvalles no íbamos a llegar a Santiago, hemos conseguido llegar hasta Viana, en la próxima ocasión continuaremos camino. Dice el cuarto acuerdo de la sabiduría tolteca según Miguel Ruiz: “Haz todo lo que puedas y no más”. Muchas veces se nos olvida ese no más y en lugar de disfrutar de lo que si hemos hecho nos frustra lo que no hemos logrado. Disfrutar del esfuerzo, el camino no ha sido fácil.