jueves, 30 de marzo de 2017

No somos tan importantes

¿Te puedes ir de vacaciones un mes? ¿Te puedes ir de vacaciones dos meses? ¿Te puedes ir de vacaciones tres meses? Si no has contestado que sí a la primera pregunta difícilmente podrás decir que sí a las dos siguientes.

Si somos necesarios somos importantes y si somos necesarios no podemos permitirnos parar. Somos “imprescindibles”. Así que como somos importantes seguimos metidos en la vorágine del día a día ¿Seguro qué eres necesario-importante-imprescindible?

Oímos por todos lados lo de salir de la zona de confort y siempre se asocia a hacer algo que no estamos acostumbrados ¿Qué tal probar a no hacer? Pensar en parar puede hacer que se nos revuelva el estómago, así que mejor no paramos.

Aunque si paramos, dejamos de hacer, puede que nos demos cuenta de que no somos tan importantes y puede que el no ser importantes en lugar de sentarnos mal nos quite la presión de hacer y además de hacer bien, de hacer perfecto. Quizá nadie esté mirando.

Emilio Duro, para quitarnos el miedo a hablar en público, comenta que “da lo mismo lo que digas, nadie escucha a nadie”. Aunque no comparto que nadie escuche sí que es cierto que todos nos perdonan que nos equivoquemos, los jueces más severos sobre nosotros somos nosotros mismos.

Igual que pueden aceptar que nos equivoquemos al hablar en público, pueden aceptar que dejemos de hacer, que nos tomemos unas vacaciones, que cedamos el protagonismo a otros y que nos bajemos del pedestal del imprescindible.

Como no somos “imprescindibles” nos podemos permitir parar y el parar nos permite reflexionar sobre el camino, decidir continuar o cambiar el rumbo.

El parar de producir, igual que cuando una finca se deja en barbecho para que el año siguiente produzca más. Tiempo de barbecho para asentar lo aprendido, contemplar lo caminado y proyectar lo que queremos caminar.

Parar, para decidir el camino y después reanudar el viaje es distinto de llegar a la encrucijada, parar a pensar, para después montar una tienda de campaña y acabar montando una casa y quedarse allí indefinidamente.

¿Cuánto tiempo necesitas parar para decidir? ¿Cuánto tiempo para seguir el camino? ¿Cuánto tiempo de barbecho para volver a producir? ¿Cuánto tiempo puedes parar?
En barbecho para producir más al año que viene
Quizá puedes parar un minuto, una hora, un día o una semana. Si no puedes parar lo suficiente, lo que necesitas ¿Qué vas a hacer para poder ser prescindible durante ese tiempo?


Yo había dejado de escribir en el blog durante tres meses, me costaba dejarlo, me sentía responsable. Estoy convencido de que ninguna tragedia ha ocurrido porque yo no escriba y ahora continuo, porque me apetece seguir el camino y estaré encantado de que me acompañes, si es que quieres.

3 comentarios:

  1. Qué bueno ese guiño a Julia de Miguel de salir de la zona de confort. Estoy de acuerdo.... Nadie es imprescindible.... No podemos creernos el ombligo del mundo, porque nadie lo es. Pero es tan fácil dejarse llevar por las rutinas y no tomar un kit Kat..... Tendré que reflexionar sobre esto un poco más.....Y parar???

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  2. Me ha gustado mucho esta entrada. He conseguido poner en palabras un concepto que llevaba tiempo sin saber explicar. Muchas gracias.

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  3. Con reflexiones así de interesantes seguro que te acompañamos.

    Un Saludo!!

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