jueves, 19 de septiembre de 2019

La falta de productividad lleva a trabajar demasiado y demasiadas horas

Producir más no tiene necesariamente estar relacionado con trabajar más, con esforzarse más.

Cuando hablo de producir se puede entender en el sentido amplio, no solo en el trabajo, también en las labores de casa o incluso en la producción de satisfacción personal en horas de ocio.

Tampoco quiero contribuir a la pérdida de la cultura del esfuerzo. El esfuerzo, la constancia en el propósito, suelen estar presentes en muchos de los resultados que merecen la pena.

La productividad es el concepto que relaciona resultados (producción) con esfuerzo (gasto-inversión). A mayor productividad con el mismo esfuerzo se consigue más producción o también se puede conseguir la misma producción con menor esfuerzo (horas…).


Cuando tenemos-queremos obtener un resultado ambicioso y no somos productivos, resulta difícil alcanzar ese objetivo, la única vía parece el trabajar muchas horas, esforzarse más.

Si estás pasando demasiadas horas en el trabajo, demasiadas horas en las labores del hogar quizá trabajar todavía más no es la solución. Puedes empezar reflexionando sobre lo que haces
  1. ¿Cuántas de esas horas están dedicadas a realmente a trabajar?
  2. ¿Cuántas de las que trabajas a cosas que merecen la pena, que aportan valor?

Podemos encontrar dos ladrones de tiempo sutiles:
  1. Estamos en el trabajo de presencia física pero no hacemos nada de trabajo (ausencia mental-emocional). Puede que socialicemos demasiado, mucho tiempo a charlar con compañeros, a ponernos al día de lo que pasa y poco tiempo a producir (la palabra clave es demasiado, no creo que sea recomendable aislarse y no socializar en absoluto) o cada uno puede encontrar a qué se dedica en esos momentos de baja motivación.
  2. También nos podemos dedicar a cosas que no merecen la pena, que no aportan. Estamos más tranquilos porque hacemos algo, nos libramos del sentimiento de culpa al mantenernos ocupados (ocupaditis), aunque haríamos bien en parar y reflexionar ¿qué es lo que podemos hacer que merezca la pena? Eliminar las tareas que aportan poco, ya que no se puede hacer todo.

También puede pasar que no tengamos las habilidades suficientes para producir, para ser productivos. Puede compensar parar, darnos cuenta de que es lo que necesitamos, aprender y después seguir. En un mundo cada vez más cambiante el aprendizaje ha de ser continuo.

El mayor ladrón de tiempo es no tener claro el propósito, el objetivo de lo que hacemos, el para qué de nuestras acciones. De vez en cuando hay que parar para poder ir más rápido.

Mi recomendación: Al estar el en trabajo o en casa, hacer las cosas correctas (que merecen la pena), correctamente, además de buscar y formarnos en las habilidades necesarias y buscar ayuda cuando haga falta.

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