Hay
personas que marcan tu vida, que te ayudan a mantener el rumbo o que te
inspiran para cambiarlo. Manete fue una de esas personas en mi vida.
Con
18 años me fui a Madrid a estudiar y tuve la suerte de vivir seis años en el
Colegio Mayor Santa María de Europa, seis años de experiencias, rodeado de más de
200 estudiantes que se convirtieron en mis compañeros de viaje. En el colegio
había gente de todo tipo, con distintas inquietudes y experiencias.
Durante
los primeros años compartías habitación y tuve la suerte de compartirla con Manete,
un segoviano campechano y buena gente que tuvo mucho que ver en que esos dos
años me fuese bien como estudiante. Manete era y sigue siendo un tío constante,
ahora se dedica a correr maratones entre otras cosas, con gran capacidad de concentración,
los objetivos claros y un gran gestor de su tiempo. El me enseño lo que era ser
un “trapero del tiempo”, aprovechando los minutos sueltos que te van quedando
entre una actividad y otra.
Dice
el refrán que “dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma
condición”. Cada uno teníamos nuestro colchón y aun así aprendí muchas cosas de
mi compañero, me influenciaron muchos de sus hábitos y su ejemplo me ayudó a
estudiar de manera constante.
Y no
es que Manete estuviese todo el tiempo estudiando, también estaba en la tuna
(con lo cual salía), era uno de los pilares del equipo de fútbol y futbito del
colegio y las partidas de mus que echábamos eran memorables, a veces hasta
altas horas de la mañana. Todo en su justo equilibrio, nada en demasía como
decían los griegos.
Si
con 18 años me hubiese encontrado con un compañero de habitación al que le va
la fiesta, le gusta jugar a las cartas y pasar el tiempo de manera ociosa me
hubiese costado más sacar adelante los estudios.
Es
difícil nadar contracorriente y se avanza mucho menos, si es que se avanza. El
ambiente del que te rodeas (o del que estás rodeado) es como la corriente
Era
influenciable con 18 años y sigo siendo influenciable ahora con bastantes más.
Otro refrán reza “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Pone de
manifiesto la importancia de las compañías para determinar la persona en la que
nos convertimos.
He
oído en muchas ocasiones de Francisco Alcaide que te conviertes en el promedio
de las cinco personas con las que más te relacionas. Las personas de las que te
rodeas tienen una gran influencia en tu vida.
Tomado de Twitter de Belén Frau |
Además
tiendes a rodearte de los que son cómo tú, los que refuerzan tus creencias, si
eres optimista te juntas con optimistas, si eres pesimistas con pesimista.
¿Cómo
quieres ser? Busca personas que ya sean así, de las que aprender, y aunque no
nos enseñasen que es bueno copiar, benchmarkig lo llaman los anglosajones, es
más fácil copiar lo que hacen bien otros que aprender sólo, ver lo que
funciona.
Te
propongo que esta semana busques a alguien a quien admires por algo y pases más
tiempo con él, aprende esas cosas que te gustan y pregunta, normalmente nos
encanta a todos enseñar lo que se nos da bien.
Si
no te conviene el ambiente del que estás rodeado, cambia de entorno ¿Cuánto más
te vas a quedar ahí? Busca tierra fértil en la que crecer, dónde tengas
suficiente agua, tenemos la ventaja de podernos mover y decidir cuál será nuestro
entorno.
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