miércoles, 19 de junio de 2019

Salir, ver, aprender y volver

El cambio constante es una realidad de nuestro tiempo, aunque a veces nos cuesta aceptarlo y preferimos actuar como si nada cambiase. Es más cómodo pensar que lo que nos está funcionando ahora seguirá funcionando y qué no hay que preocuparse.

Todos los días el mismo trabajo, las mismas personas y las mismas rutinas; nuestro mundo confortable a pesar de los problemas cotidianos, hormigas trabajadoras con una visión muy corta.

Evitamos mirar que está sucediendo, no sea que tengamos que hacer algo, porque si ves y te das cuentas tendrás que hacer el esfuerzo, así que ponemos el piloto automático y nos mantenemos en lo de siempre, lo que se llama la zona de confort.

Se mezcla el miedo, la pereza y la comodidad que frenan el cambio y la adaptación. Y según Darwin sobreviven los que se adaptan,

Si no te adaptas al cambio tendrás que sufrir las consecuencias

El cambio está ahí, aunque no quieras verlo y si no te asomas quizá sea demasiado tarde cuando te des cuenta. Puedes vivir en un entorno confortable, qué esté resistiendo al cambio y dónde sea difícil percibirlo.


Para darte cuenta y tener tiempo de reacción hay que actuar de forma proactiva, observando de manera sistemática, en un proceso de cuatro pasos:
  1. Salir de lo conocido, de lo habitual. “El viajar mata los prejuicios y la ignorancia, por ello un criterio amplio de la gente y la vida nunca será alcanzable si nos sentamos en nuestro propio rincón del mundo” Mark Twain.
  2. Ver y observar, para poder valorar lo que hacemos bien y aprender qué se hace de otra forma y nos puede servir (ojos de explorador).
  3. Aprender de lo descubierto, enfocándonos en como lo podemos aplicar nosotros.
  4. Volver, si es que quieres, con las maletas llenas de experiencias que te ayuden a crecer y adaptarte.

Qué salgas de tu zona de confort no quiere decir que no puedas volver. Puedes disfrutar del viaje y de la exploración, aunque cualquier viaje puede tener momentos duros normalmente es una buena experiencia que recordar.

Salir confiando en que el que busca encuentra

Las cosas cambian y si no te das cuenta te encontrarás esforzándote en la dirección equivocada, asómate y mira de vez en cuando qué está pasando a tu alrededor. Mejor salir tarde que nunca.

¿Qué pasará si te lanzas? Solo lo puedes saber si lo haces, si no lo único que pasa es la oportunidad (además del tiempo).

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