Estamos llegando al final del año y la Navidad se asoma casi sin darnos cuenta. Este tiempo trae consigo una energía especial: la del nacimiento y el renacimiento, la de volver a empezar. No se trata solo de cerrar un calendario, sino de abrir un espacio interior para detenernos, respirar y mirar con honestidad lo vivido. La Navidad nos recuerda que siempre es posible volver a nacer, renovar la mirada y recuperar lo esencial.
El final de año es una invitación a la reflexión pausada. Mirar atrás y preguntarnos cómo ha sido este año que termina:- ¿Qué es lo que ha ido bien?, ¿qué momentos han merecido realmente la pena?, ¿qué decisiones volveríamos a tomar tal y como las hicimos?, ¿qué encuentros, aprendizajes o silencios nos han sostenido?
- Reconocer también aquello que no salió como esperábamos, desde la comprensión y la experiencia adquirida. Hacernos las preguntas necesarias: ¿qué podría haber hecho de otra manera?, ¿qué no me hizo bien y sería mejor no repetir?
- Mirar que quedó sin hacer: ¿qué dejé pendiente por falta de tiempo, de claridad o de valentía?
Mirar
todo esto con calma es un acto de cuidado. Es parecido a la reflexión diaria
sobre cómo ha ido el día, pero ampliada a todo un año de vida, con sus luces y
sus sombras.
De
esta mirada honesta nace el terreno fértil para el año que comienza. Antes de
lanzarnos a escribir propósitos, conviene preguntarnos desde dónde queremos
vivir. Tal vez este sea el momento de romper un ciclo que no nos conviene, de
dejar de repetir inercias. En lugar de grandes metas sin estrategia, podemos
empezar a pensar en pasos pequeños, concretos y sostenibles, capaces de
transformar de verdad nuestro día a día.
Si sembramos bien ahora, el próximo enero no será una repetición del anterior. Podremos mirar atrás y reconocer el camino recorrido, no solo lo que soñamos hacer. De cómo convertir esta reflexión en propósitos realistas y con sentido hablaré en la próxima entrada del blog.
También, si vives en Burgos o cerca y sientes que te vendría bien hacer este proceso acompañado o acompañada, quizá este sea un buen regalo de Navidad. Puedes regalarte (o regalar) el curso de Gestión del tiempo, gestión de vida, donde, paso a paso, aprenderás a disfrutar de tu tiempo y de tu vida con menos estrés y un propósito claro. Porque una buena vida se construye con buenos “ahoras”. Toda la información está disponible aquí: https://www.ubu.es/te-interesa/gestion-del-tiempo-gestion-de-vida-ii-edicion
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