jueves, 29 de enero de 2015

La Cuenta Corriente Emocional

Somos seres sociales, la calidad de nuestras relaciones está íntimamente relacionada con nuestra satisfacción, con lo que disfrutamos de la vida y con los resultados que conseguimos. Si una relación es buena, de confianza, la comunicación es fácil, nos predisponemos para ayudar, son más difíciles los malentendidos y comprendemos los errores. Cuando la relación es mala, no confiamos, dedicamos tiempo a contrastar lo que el otro dice, es fácil malinterpretar y agrandamos los errores, no cooperamos y es difícil obtener resultados.

¿Qué tipo de relaciones tienes? Especialmente con las personas importantes en tu vida personal (pareja, hijos, padres, hermanos, amigos) o profesional (jefe, pares, colaboradores, clientes, proveedores). Te invito a que hagas tu mapa de relaciones importantes, la importancia la marcas tú y te plantees que aportas a cada relación y que te aporta la relación ¿Las relaciones están equilibradas? ¿Te sientes a gusto con lo que aportas? ¿Te gustaría tener mejores relaciones?

Stephen Covey, en su libro los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, habla de la Cuenta Corriente Emocional, con cada relación abrimos una cuenta corriente emocional, en la que hacemos depósitos y retiradas de efectivo, la calidad de la relación se mide por su saldo. En cada una de tus relaciones tienes una cuenta abierta, aunque no seas consciente de ella. También tienes una cuenta corriente emocional contigo mismo, según tu diálogo interior y lo que veremos a continuación también aplica a esta auto-relación.
Cuentas corrientes caseras de Manuel
Depósitos en la cuenta hacen crecer la relación, generan confianza, los reintegros son conductas que no gustan, generan desconfianza, minan la relación. Supone deposito el ser cortes, respetuoso, escuchar, felicitar, cumplir promesas, disculparse entre otras cosas; suponen reintegros ser desleal, hablar mal, faltar al respeto, regañar, ocultar cosas, romper promesas.

El saldo establece el nivel de confianza de la relación, la historia de los depósitos y reintegros. Si tenemos un saldo alto, aunque tengamos algún reintegro, la relación perdura, aunque no debemos abusar. Cargarse una relación es muy fácil, basta con perseverar en las conductas que suponen retirada de efectivo. La relación se destruye muy rápido.

Además los depósitos y los reintegros no valen lo mismo, curiosamente por cada reintegro parecen necesarios cinco depósitos para equilibrar la cuenta. John Gottman ha dedicado toda una vida a estudiar el impacto de las interacciones que construyen o erosionan la cuenta emocional (la confianza) en las relaciones de pareja y es capaz de pronosticar el futuro de una relación en función de esas interacciones.

Experimentalmente fue capaz de predecir  en un 94% de los casos que iba a pasar con la relación en los próximos tres años examinando una conversación sobre la que no estaban de acuerdo y entrevistándolos sobre su pasado. La pareja se mantenía si las interacciones positivas están por encima de 5 a 1 y solían terminar en divorcio si la tasa está alrededor de 1 a 1 (se torna peligro con relaciones por debajo de 3 a 1).

En estudios más recientes parece que las predicciones de Gottman también aplican al entorno laboral, dónde si queremos tener buenas relaciones las interacciones deben cumplir con la regla 5 positivas por cada 1 negativa o al menos 3 a 1, si no queremos que la relación se deteriore inevitablemente.

El que decide si lo que haces es un depósito o un reintegro es el otro, que en función del saldo de tu cuenta interpretará tus acciones de una u otra forma, un comentario jocoso, una referencia a su camisa, una broma, será interpretada muy negativamente si nuestro saldo es bajo y puede pasar desapercibida e incluso ser un depósito si el saldo es mayor.

Si no te callas ninguna crítica y te cuesta cualquier felicitación o halago tus relaciones se resentirán. La sobriedad emocional, la incapacidad para expresar aspectos positivos, quizá por la creencia de que eso nos debilita o nos pone por debajo, por pautas aprendidas en nuestro entorno personal o de trabajo, nos hace perder oportunidades de incrementar nuestras cuentas emocionales. Puede que seamos parcos con las felicitaciones por un trabajo bien hecho, por un logro grande o pequeño, en nuestro agradecimiento por la ayuda recibida. Quizá pensamos que el de al lado tiene la obligación de ayudarnos, de hacer bien su trabajo, de sonreír y no sabemos apreciar, poner en valor, lo que nos regalan.

Para Gottman los cuatro jinetes del apocalipsis, que destrozan las relaciones, son criticar, estar a la defensiva, cerrarse en uno mismo y tratar con desdén y desprecio. Hay tienes la mejor receta si quieres perder una relación.

La receta para fortalecer y mejorar una relación es fácil, hacer depósitos en la cuenta corriente emocional que la representa. Aunque la receta sea fácil quizá la aplicación no sea tan sencilla y la clave para que funcione es la perseverancia.


Tarea para la semana: ¿Qué relación quieres fortalecer? Escoge una y empieza a hacer depósitos, con la práctica resultará más fácil.

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