viernes, 19 de junio de 2015

El mundo de la prisa - ¡FRENA!

Esta semana anda circulando por internet un vídeo de José Mota y la agenda matrimonial que me ha llegado desde distintas procedencias, lo que muestra lo bien que ha captado el día a día de muchos matrimonios llevado hasta el extremo (¿o no tan extremo?).


Tenemos tantas actividades, tanto nosotros como los niños, que vamos corriendo de un lado a otro, sin poder saborear, apreciar, darnos cuenta, integrar, lo mucho que vamos haciendo. Iba a decir viviendo pero para vivirlo nos tenemos que dar tiempo.

Entramos en multi-actividad y esta nos lleva a la prisa ¡venga! ¡vamos que no llegamos! No encontramos el tiempo para tener una conversación tranquila, con nuestra pareja, con nuestros hijos, con un amigo, con el compañero de trabajo.

“Vamos tan deprisa que no tenemos tiempo de saber dónde vamos y si nos paramos a pensarlo un automatismo mental nos hace salir corriendo de nuevo”

Tanta actividad porque se nos olvida decir “NO”, no solo a las cosas que no nos gustan (qué es lo fácil), también hay que decírselo a algunas que nos apetecen para centrarnos y poner foco en lo importante o lo que realmente disfrutamos.

Estamos en no cerrarnos puertas, dejarlas todas abiertas. En los niños significa apuntarlos a inglés, música, baile, matemáticas, francés y hasta a yoga para que se relajen de tanta actividad. Qué tal dejarles que se aburran y que usen la imaginación, tan importante y que si no se usa se atrofia.

¿Qué pasaría si, por no cerrarnos puertas, en lugar de centrarnos en una chica que nos gusta nos centramos en cinco? Otra opción es quemar los barcos, que no haya vuelta atrás, lo que nos obligará a centrarnos.

Aplica aunque no tengamos niños, con tantos estímulos encontramos muchas cosas que nos gustan, nos apuntamos y al final no vamos, y si vamos no estamos porque ya pensamos en lo siguiente.
El conejo de Alicia en el País de las Maravillas (siempre con prisa)
Regálate un minuto, frena, párate, sólo un minuto, seguro que te lo puedes permitir y decide si merece la pena seguir con lo que estás haciendo, si sientes que es así, adelante, entrégate a ello, vívelo.


Hacer menos para acabar más, disfrutar más, estar presentes, comunicarnos con los que nos rodean, vivir tu tiempo y ser más feliz.

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