miércoles, 3 de junio de 2015

Fechas límite – estrés

Junio es un mes donde se suele amontonar el trabajo, se tienen que acabar muchas cosas antes de las vacaciones y nos encontramos con las terribles fechas límite.

Esto es especialmente cierto si somos estudiantes y nos adentramos en el terreno de los exámenes y las fechas de entrega de los trabajos de fin de curso. Soy profesor en la Universidad desde hace unos años y estudiante desde hace muchos más y este mes siempre es especialmente agitado.

Seguro que todos los lectores han tenido algún examen y se encuentran en situaciones análogas, tanto en el trabajo como en casa, con alguna fecha presionando para conseguir algo.

Hoy escribo pensando en mis alumnos, con lo que en la última clase hablaba de su uso del tiempo, especialmente en exámenes, clave para determinar los resultados finales.
Examen de admisión Universidad Antioquia
Entre otras cosas hablamos de los peligros del móvil con su Whatsapp (que puede estar apagado por unas horas), comentaba con Mario de la socialización excesiva que puede reducir el tiempo de estudio. Igual que podemos apagar el móvil, desde la consciencia podemos acotar la socialización.

También está el problema de creer que no vas a aprobar y ya decía Henry Ford “tanto si crees que puedes como si crees que no puedes estás en lo cierto” ¿Con qué animo vas a estudiar si estás convencido de que vas a suspender? Casi seguro que aciertas (estudia convencido de que vas a aprobar si te esfuerzas lo suficiente, está en tu mano).

Con los exámenes tan cerca en ocasiones surge el estrés, con sus dos variantes: el eustrés, que es un estrés positivo, que nos activa, nos permite una mayor concentración y un mayor rendimiento, durante un tiempo; por otra parte está el distrés, que es un estrés negativo, relacionado con la ansiedad, la falta de concentración, el quedarnos en blanco.

Los que dicen funcionar mejor bajo presión posiblemente aprovechan el eustrés, pero si este se alarga se transforma en distrés, con sus consecuencias negativas a corto y a largo plazo.

Si el estrés te ataca y notas esa ansiedad que te bloquea es momento de parar y respirar, dar un paseo y valorar si merece la pena, como decía Camilo José Cela “a los 7 años de un suceso el suceso ya es otro

Muchos abandonan porque la asignatura les parece difícil y el que abandona pierde, triunfa el que persiste. Seguro que hay algún reto difícil, que si no intentas no vas a conseguir. En el caso de las asignaturas te tendrás que enfrentar a ellas, si no es este año el que viene, así que te aconsejo que te pongas este, aprovecha el post de ¡tráguese ese sapo!

Planifica descansos y duerme lo suficiente. Si no has empezado a estudiar y mañana tienes examen igual te compensa dormir poco hoy y pensar cuando vas a compensar esa falta de sueño.

Ante la falta de concentración, lo que nos cuesta ponernos y vencer la barrera de la pereza, te recomiendo el método pomodoro, que te ayudará a ponerte y a mantenerte haciendo un trabajo o estudiando una asignatura. Prueba lo que te funciona y genera un hábito.


Y ante todo fíjate en el largo plazo. Ante la pregunta que ya he hecho a más de 1000 estudiantes de si estudian para aprender o para aprobar, más de la mitad contestan que en general para aprobar, con lo que se convierten en  estudiantes bulímicos, que engullen la lección para vomitarla en el examen y que después no quede ningún poso ¿A dónde te lleva eso en el largo plazo?

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