viernes, 10 de abril de 2020

Cuarentena como rito de paso, cambio, transformación


La incomunicación ha coincidido con parte de la Cuaresma, que dura desde el miércoles de ceniza a la víspera del domingo de Pascua, 46 días. Algo más de cuarenta días que viene a describir una cuarentena. Todavía no sabemos lo que va a durar la cuarentena por el Coronavirus.

Este domingo es domingo de Pascua, o de resurrección. La Pascua es un rito de paso, un salto, una transformación. Y está ligada a la resurrección, un renacimiento en una forma nueva.
Recuerdo esas Pascuas con los jóvenes de la parroquia, unos días de reflexión personal y encuentro con los demás (compartir), donde otras cosas paraban y encontrabas el espacio para encontrarte a ti mismo y en relación con los otros. Muchos echamos estas Pascuas de menos. U otras experiencias más cercanas también vividas en Pascua, como el introductorio al SAT, de Claudio Naranjo.
Huevos: metáfora de la posibilidad de un nuevo nacimiento

La Cuaresma y la Pascua se celebra como un tiempo de transformación, de morir al hombre viejo y nacer al hombre nuevo, un periodo de reflexión de cómo estoy viviendo y cómo quiero vivir. Transformación (cambio) que se habla mucho en los medios que traerá aparejada este confinamiento.

No estoy tan seguro del cambio, que solo llegará si queremos cambiar y hacemos algo al respecto. Dicen que de los errores se aprende y también que el ser humano es el único que tropieza dos veces en la misma piedra, lo que pone de manifiesto que no siempre de los errores se aprende. Para aprender primero hay que ser consciente, segundo tener propósito (propósito de la enmienda) y actuar en la próxima ocasión antes de volver a lo mismo.

Para Einstein la definición de locura es “querer obtener resultados diferentes haciendo lo mismo”. Si quieres resultados diferentes haces cosas diferentes.

La Pascua tiene su origen en el éxodo del pueblo judío, desde Egipto a la tierra prometida. Y ¿Cuál es nuestra tierra prometida? ¿Cuál es tu tierra prometida? ¿Cuál es mi tierra prometida?

Hace dos semanas preguntaba qué quieres conservar de la cuarentena y qué echo de menos y quiero hacer cuando haya pasado y estas son algunas de las respuestas que han llegado (un poco mezcladas y resumidas) y que también hago mías:

¿Qué quiero conservar? ¿Qué quiero hacer cuando haya pasado?
  • Conversaciones con la gente que quiero (virtuales o presenciales). Conversaciones que en muchos casos se posponían.
  • Ha mejorado mi comunicación con todo el mundo, estoy más abierto a expresar sentimientos y emociones.
  • Escuchar mejor y a quejarme menos.
  • Ratos de soledad.
  • La Economía del bien común. Ganas de ayudar y quitar presión a mi gente (familia, amigos, compañeros). Cuidarme más y estar más pendiente de los demás.
  • Incrementando el número y tiempo de los abrazos a los que quiero. Abrazar a los míos, tan largo como pueda. Abrazar a mi hijo (¡Qué duro estar lejos de los que quieres!)
  • Dar gracias a la vida porque seguimos aquí (“no somos inmortales”). Valorar las cosas que realmente tienen valor. Valorar más las cosas y a los amigos
  • Disfrutar de todo con pasión (como los niños, como si fuera la primera vez). Disfrutar de la naturaleza (tantas veces olvidada). Salir a correr, tomar una cerveza con amigas/os y abrazar mucho. Disfrutar 24 horas al día de mi hijo y de mi pareja. Disfrutar de la familia y amigos, con más tiempo (y de más calidad). Ir a la cafetería y jugar al pádel. Deporte en compañía.

Espero que el cambio, si es que lo hay cuando esto pase, vaya en la dirección que queremos.

Saber lo que queremos es la mitad del camino. Después solo queda ir a por ello.


3 comentarios:

  1. Gracias Nacho. Me quedo con la última frase. Saber lo que queremos es la mitad del camino. Ya sólo queda ir a por ello.

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  2. ¡Fantástico Nacho! Como siempre eres!

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  3. Muy bueno..espero q seamos muchos los que cambiemos

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