domingo, 12 de julio de 2020

Escoger los objetivos y las batallas a luchar


Desde el final del confinamiento los compromisos se multiplican. Es algo típico de nuestra época, la multitud de opciones, las infinitas posibilidades. Muchos me han hablado de la tranquilidad de tener menos alternativas, con una elección más sencilla, mientras hemos pasado más tiempo en casa.

Con un aumento de nuestros proyectos, de ocio o trabajo, es posible pasarse todo el día haciendo, saltando de una cosa a otra, sin acabar ninguna, preguntándose al final del día ¿qué he hecho hoy? No he parado y estoy agotado. Si hago balance resulta que no siento que avance.

Despistado en demasiados pozos sin avanzar en lo importante - Dibujo de Sofía Fontaneda

Despistado entre tantas cosas llevo sin avanzar en lo importante dos semanas, perdido entre tareas menores, compromisos, socialización, etc. Quizá me hacía falta dispersarme un poco, perder el foco, para después volver con más energía.

No es cuestión de sentirse culpable y castigarse, sino darse cuenta y recentrarse, volver al camino que lleva al objetivo, después de haber explorado una zona.

En ocasiones, menos, es más, empezando menos cosas conseguimos acabar más. Y es que no cuenta lo que empiezas, cuentalo que acabas. Inmersos en demasiados proyectos nos perdemos, sin un foco claro, desperdiciamos el tiempo saltando de un objetivo a otro.

Ya lo dice el refrán, “el que mucho abarca poco aprieta”. Como no podemos hacerlo todo, la única salida es elegir que sí vamos a hacer. Esto debe venir acompañado de lo que dejamos para más adelante, o lo que directamente no vamos a hacer.

Si todo es importante resulta que nada es importante. La importancia resulta de comparar. Supone priorizar, poner primero, poner por delante ¿Qué es lo prioritario? ¿Si solo pudiese hacer una cosa que haría?

La multitarea, hacer varias cosas a la vez, es una quimera. Solo podemos simultanear tareas sencillas, que no requieran mucha concentración o que tengamos automatizadas. El cerebro funciona de forma secuencial, así que si simultaneamos tareas lo único que hacemos es trabajar cambiando muy rápido de una a otra y vuelta a empezar.

De forma que realmente solo hacemos una cosa en cada momento. Siendo así lo más sensato parece escoger una sola cosa y concentrarnos en ella.

Te propongo que al empezar cada día escojas una sola cosa, la que consideres más importante para el día y te centres en ella hasta darte por satisfecho. Después puedes pasar a otra.

La importancia la marcas tú. Lo más importante puede ser, si estás bloqueado en el trabajo, dedicarte a descansar. La inspiración puede venir en momentos de descanso. O cargar las pilas permite que mañana empieces con mayor energía.

Hoy he dado prioridad a escribir esta entrada del blog y puedo sentirme satisfecho de que está terminada. Puedo dar paso a la siguiente prioridad, disfrutar de la naturaleza en plenitud, equilibrar esfuerzo y disfrute.

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