domingo, 16 de abril de 2023

La dificultad de soltar el móvil – dónde se escapa la vida

Hace ya tres semanas escribí una entrada para este blog sobre el móvil, el mayor ladrón de tiempo de estos días, al menos para mí. Me planteaba el objetivo de soltar el móvil, reducir su uso y recuperar mi tiempo.

He tardado en volver a escribir, me da cierta vergüenza reconocer que estoy en gran medida atrapado por el móvil. El objetivo era reducir su uso, más concretamente, llevarlo solo para recibir llamadas y permitir 15 minutos de Whatsapp al día. No quería estar desconectado.

Han pasado tres semanas, con días en los que he estado más cerca del objetivo y días totalmente atrapado por el móvil. En general ha sido un fracaso. Tres semanas muy diferentes, una justo antes de las vacaciones de Semana Santa, otra en plenas vacaciones y otra a la vuelta.

Me doy cuenta de cómo me absorbe, como ciertas aplicaciones me enganchan. También me encuentro más cerca de mi hija adolescente, a la que veo atrapada (ahora puedo decir que como lo estoy yo), con aplicaciones distintas, pero de manera muy parecida.

El móvil me atrapa - esclavo o dueño
El cerebro elimina el NO. Cuando digo NO voy a estar con el móvil, el cerebro elimina ese “no” y solo hace que acordarse del aparatito. Igual que cuando decimos que no voy a comer tal cosa o no voy a hacer tal otra.

La mejor medicina es encontrar una alternativa. Decidir que voy a hacer en lugar de engancharme al móvil, o de esa actividad-acción que quiero eliminar.

Estas tres semanas no han sido en vano, han sido muy útiles. El reto de dejar el móvil me ha permitido poner más consciencia en cómo lo uso, observar como me dejo atrapar o directamente corro a sus brazos. Cuando estoy aburrido, en los tiempos muertos, cuando estoy solo, especialmente cuando no tengo un propósito claro.

Sé que la mejor forma de no dejarme atrapar es apagarlo y dejarlo lejos. Desconectar el bluetooth del reloj, que está conectado al móvil y me avisa de todas las notificaciones: correos, WhatsApp, alertas… Toda una fuente de distracción, que secuestra la atención.

Los días que menos usé el móvil son: los que estuve con gente o aquellos en los que tenía objetivos claros. Con un objetivo claro, con algo que hacer, no me acuerdo del móvil, o si me acuerdo, soy capaz de no cogerlo.

Los días con propósitos más vagos, o con tiempos muertos, me dejaba arrastrar por el móvil, los minutos previstos se pueden convertir en horas. Se pasa una mañana o una tarde sin darte cuenta. El móvil, muy útil para pasar el tiempo, para matar el tiempo, para entretenerse.

Lo triste es lo que dejas de hacer: el compartir momentos con aquellos que están cerca, porque estás atrapado por el móvil; las lecturas posibles que nunca fueron realidad o el tiempo que no encuentras para hacer deporte. Cada uno tenemos esas cosas que se nos escapan, para las que no encontramos el momento.

Un propósito claro, un objetivo, un para qué, ayuda a evitar distracciones; también las del móvil. El mayor ladrón de tiempo, no tener claro que es lo que quieres, que es lo que te merece la pena. Antes de coger el móvil, date cinco segundos de reflexión ¿Es ese el mejor uso de tu tiempo para ese momento? Esos cinco segundos pueden cambiar tu día, pueden apagar el automático y permitirte ser más consciente.

Si no eres capaz de resistirte, siempre está el viejo dicho “La mejor forma de no caer en tentación es no exponerse a ella”. Aleja la tentación, apaga el móvil, póntelo difícil para cogerlo, déjalo en casa. No hace tantos años, vivíamos sin móvil y no lo echábamos de menos, no sabíamos que algo así podía existir.

Sun Tzu, en el arte de la guerra, decía “Si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no deberías temer el resultado de mil batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no a tu enemigo, por cada batalla que ganes sufrirás una derrota. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, perderás todas las batallas”.

Hoy me conozco un poco más. También conozco más a mi enemigo, el móvil con sus distracciones. Estoy un poco más cerca de poder vencer en mis batallas diarias.

Buena suerte con tus distracciones. 

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