A lo largo de la vida, todos atravesamos momentos en los que el suelo parece desaparecer bajo nuestros pies: pérdidas, fracasos, dudas existenciales, momentos en los que no sabemos para donde tirar o situaciones que desafían nuestra identidad.
La palabra
“crisis”, que recoge el significado de esos momentos, proviene del griego krisis, que significa decisión o cambio.
También se ha extendido la idea de que “crisis” en chino se compone de dos
caracteres, el primero de los cuales significa “peligro” y el segundo “oportunidad”.
Así
que las crisis aparecen en momentos de
cambio, externos o internos, y las podemos vivir con un peligro o una oportunidad.
La crisis se identifica con períodos oscuros, muchas veces dolorosos, que tienen
el potencial de convertirse en catalizadores
para un crecimiento profundo.
Ante
una crisis, a menudo nos sentimos atrapados en un abismo emocional. El miedo, la ansiedad y la confusión nos invade;
nuestra mente solo puede enfocarse en el peligro, donde nos sentimos
especialmente vulnerables y sin saber por dónde tirar.
Es fácil
quedar paralizados por el miedo, evadir la situación o adoptar actitudes que no
nos sientan bien. Reconocer el abismo es el primer paso para salir de él.
“La
crisis impulsa al cambio necesario”
La crisis
tiene una oportunidad oculta, la transformación. El caos aparente es una invitación
al cambio, nos hace cuestionarnos lo establecido y abre a nuevas posibilidades,
surge la posibilidad de reinventarnos, de hacer las cosas de otra forma.
“La crisis
puede liberar la creatividad”
La
transformación no ocurre de inmediato ni sin esfuerzo. Requiere introspección,
aceptación y, a menudo, apoyo externo. Es un proceso de reconstrucción interna
donde, poco a poco, descubrimos nuevas fortalezas, redefinimos nuestros valores
y encontramos un propósito renovado.
Algunas
recomendaciones ante la crisis:
- Aceptar la
crisis, ver nuestra parte vulnerable y lo que nos duele.
- Buscar apoyo de amigos, familiares o profesionales que nos puedan aportar nuevas perspectivas.
- Practicar la introspección consciente, buscar momentos con nosotros mismos para mirar hacia dentro y entender lo que necesitamos.
- Abrazar el cambio, ante el obstáculo no queda otra que cambiar de camino, que adaptarnos a lo que es, a la realidad, no a lo que nos gustaría que fuese.
Aunque
la crisis puede parecer insuperable también nos impulsa al crecimiento y la
transformación. Tu actitud ante las crisis, ante los momentos difíciles, puede
cambiar el resultado.
Si
estás en crisis puede ser buen momento para parar y reflexionar hacia dónde
vas, cómo vives tu tiempo. Si vives en Burgos o cerca tienes la oportunidad de
hacer algo al respecto, lanzo una nueva edición presencial en Burgos del curso
de “Gestión de tiempo, gestión de vida”.
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